Los actuales debates llenos de gritos e insultos se olvidaron del espíritu de 'La Clave'

Los actuales debates llenos de gritos e insultos se olvidaron del espíritu de 'La Clave'

Televisión

Los actuales debates llenos de gritos e insultos se olvidaron del espíritu de 'La Clave'

14 septiembre, 2015 09:16

En uno de los episodios de Cuéntame cómo pasó que siguieron al de la famosa frase: “Españoles, Franco ha muerto”, Antonio se sentaba frente al televisor junto a Mercedes para ver juntos (mandando antes a la cama a Carlitos) un espacio que según palabras textuales del patriarca de los Alcántara: “Me han dicho que es un programa muy interesante”. 

Fue el primer programa en el que acudieron personalidades de fuera de nuestro país

Este no era otro que La Clave. Su emisión era la tarde noche de los viernes en la Segunda Cadena o como por aquel entonces se conocía como el UHF. Se trataba de un espacio de debate en el que por aquel 1976 los españoles comenzábamos a sacar el hociquillo de la madriguera en la que habíamos estado y empezábamos a enterarnos de cosas como que la profesión de espía no existía y que el verdadero nombre era “expertos en información”.

También fue el primero al que acudían personalidades de fuera de nuestro país (todos llevaban unos curiosos auriculares, semejantes a los de los primeros walkman) y una voz en off traducía todo lo que iban diciendo. Una sintonía con cierto aire de misterio -compuesta por cierto por el gran Carmelo Bernaola- y unos sencillos créditos en los que aparecían sobre impresionados los tres monos sabios (no ver, no oír, no decir) eran su carta de presentación junto al saludo de rigor de José Luis Balbín, su presentador.

Además, a diferencia de en la televisión actual, en la que han desaparecido hasta los anuncios de tabaco, el periodista asturiano aparecía fumando en pipa, e incluso a algunos invitados se permitían el lujo de encenderse un pitillo. Yo no soy ni he sido fumadora; pero el ambiente que se respiraba en ese programa a mis escasos 16 años me atraía como un imán: era ejercicio de periodismo sin yo saberlo en estado puro.

Por si esto no fuera suficiente, en cada programa se emitía antes de la tertulia una película que tenía relación con el tema a debatir. Anatomía de un asesinato, El tren, La semilla del diablo, El rey del juego son algunos de los títulos que llegan a mi memoria.

La homosexualidad o el Opus Dei

Hay quien dice que con La Clave nació la democracia en España. Basado en un formato francés titulado Les dossiers de l'écran, emitido por la cadena francesa Antenne 2, cada semana se trataban temas diferentes que despertaban la curiosidad del espectador. Así un día podrían hablar de Lucifer y entre los tertulianos contar con la presencia de un exorcista, como otros trataban asuntos como la droga, la brujería, la homosexualidad, los hijos del exilio, la planificación familiar o el Opus Dei. Este último levantó bastantes ampollas entre el respetable. 

Los tertulianos hablaban respetando su turno y nadie gritaba más que el otro

En aquellos años en que comenzaba a fraguarse lo que los libros de Historia llaman la Transición española en La Clave también se trataban temas controvertidos y delicados, como la legalización del PCE, el aborto o la falta de empleo. En los cerca de 400 programas desfilaron por la tertulia posterior a la película cientos de tertulianos, que hablaban respetando su turno y nadie gritaba más que el otro. Balbín era el perfecto moderador.

El programa permitió, por primera vez, que los espectadores vieran por televisión puntos de vista diferentes en torno a temas que hasta hacía escasamente un año, habían sido tabú en los medios. Alfonso Guerra, Blas Piñar, Julio Anguita, Santiago Carrillo, Ramón Tamames, Jordi Pujol, Olof Palme, Fernando Sánchez Dragó, Severo Ochoa, Bernard-Henri Lévy, Ian Gibson o Manuel Martín Ferrand estuvieron sentados en las butacas giratorias de aquel programa que, a pesar de ser emitido por el UHF, gozó de una gran popularidad.

Además al final de cada programa se facilitaba una bibliografía para todos aquellos espectadores que querían saber más sobre el tema que se había tratado aquella noche.

Cancelado y recuperado

La Clave comenzó sus emisiones en enero de 1976 siendo su primer debate: El juego. Tras finalizar su primera temporada tras la emisión de los primeros 13 programas fue retirado de la parrilla. Sin embargo, con Rafael Ansón en la presidencia de TVE, La clave regresó a finales de 1976. El programa se emitía en directo y en 1980 volvió a sufrir otro parón cuando los directivos de la cadena exigieron que el programa se grabara previamente a su emisión, algo a lo que los responsables del mismo se negaron.

Balbín no dejó La Clave cuando fue nombrado director de informativos de TVE

Un mes después volvió a la parrilla en vivo y en directo como siempre había sido. Tras el Mundial de Naranjito, José Luis Balbín fue nombrado director de Informativos de TVE. Esta circunstancia hizo que algunos directivos se plantearan que el presentador dejara su puesto de moderador en La Clave, hecho que por suerte no sucedió.

Discrepancias entre José María Calviño y Balbín parece ser que sobre asuntos como la financiación del programa o la elección de los temas a tratar, llevaron al programa a ser clausurado en 1985 (este diciembre se cumplirán 30 años). La disculpa o la excusa oficial fue la falta de audiencia ya que mientras que desde TVE se decía que la cancelación era “por motivos profesionales”, Balbín aseguraba que los datos del EGM “no reflejaban la realidad y que la cancelación era un ataque a la libertad de expresión”. 

Los de arriba se negaron a que se trataran el tema de la OTAN

Hay quienes aseguran que al año siguiente (1986) iba a ser el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN y que -como se dice en el argot “de los de la planta de arriba”- se negaron en rotundo a que ese tema saliera en alguno de los debates.

Se da la circunstancia que para el programa de despedida el último tema iba a ser La movida nacional, relacionado con el fenómeno de la llamada movida madrileña. Un cambio de invitados de última hora hizo que TVE suspendiera la emisión y que José Luis Balbín no pudiera despedirse de su audiencia. De esta manera el periodista y sus tertulianos realizaron el debate el día previsto, desde uno de los salones del Hotel Palace y en abierto para el resto de los medios. Esta iniciativa fue una disculpa para poner un poco de luz sobre la supuesta manipulación informativa que sufría el Ente justo meses antes de un año electoral, así como el anteriormente mencionado reférendum sobre la OTAN.

Su etapa en Antena 3

Tras su salida de TVE, José Luis Balbín estuvo al frente de Hora Cero, el informativo estrella de la recién nacida Antena 3 Radio. Un profesional como la copa de un pino Manuel Martín Ferrand era el Director General de Antena 3 Televisión allá por 1990. Fue él, el que animó al periodista asturiano para que recuperase el formato.

La Clave se emitiría en Antena 3 durante sólo dos temporadas

Su nueva andadura comenzó en enero de 1990, unos días después del inicio de las emisiones regulares de la cadena. La clave estuvo en antena durante dos temporadas -entre 1990 y 1992- con la fórmula habitual de primero la película, seguido de la tertulia. Pero a partir de 1992 la cadena decidió suprimir el cine dejando solo la tertulia.

Tras los cambios accionariales de Antena 3 Radio y la posterior desvinculación de la cadena de televisión, José Luis Balbín se quedó en Antena 3 TV. El programa sufrió cambios de horario e incluso se pasó a emitir la madrugada de los viernes con la consiguiente y esta vez si cierta, perdida de audiencia lo que hizo que en junio de 1993 el programa dejara de emitirse definitivamente.

Ocho años después de su cancelación se emitió por La 1 un programa extraordinario de La Clave con motivo de los primeros veinte años de nuestra Constitución.

Un antes y después

La llegada de La Clave marcó un antes y un después en este tipo de programas (hasta ese momento Rueda de Prensa (1965-1966) y Tribuna TV (1967-1968) con Victoriano Fernández Asis eran lo más parecido), ya que marcó la senda a todos los que llegaron después.  

Lamentablemente, viendo las tertulias y los tertulianos de los programas de hoy en día, vemos que el espíritu de La Clave ha sido reemplazado por espacios en los que los gritos, insultos y faltas de respeto no son un menú a la carta sino más bien el plato del día. 

Hace unos años, en 2007, La clave fue considerada -según una lista elaborada por el grupo Joly- como uno de los mejores programas informativos y de debate de la historia de la televisión nacional. Y yo me pregunto: ¿Pasará lo mismo dentro de unos años con los programas de tertulia que pululan ahora mismo por las parrillas?