Manuel Díaz El Cordobés en 'TardeAR'.

Manuel Díaz El Cordobés en 'TardeAR'.

Bluper

‘TardeAR’ señala a Manuel Díaz El Cordobés por robar una toalla e intentar echar la culpa a su mujer

El programa se adentró este miércoles en qué artículos son los que más se suelen robar en los hoteles de lujo.

10 enero, 2024 18:28

El programa TardeAR ha ofrecido a sus espectadores un reportaje sobre cómo son los robos más habituales que se llevan a cabo en los hoteles de lujo. Y es que muchos huéspedes suelen apropiarse de cosas que no están incluidas en los servicios básicos de las instalaciones, llegando en algunos casos a apropiarse incluso del colchón de la cama. “Los ricos y los pijos también roban”, introducía Ana Rosa Quintana el tema. En ese sentido, toallas albornoces, perchas y bolígrafos son algunos de los objetos que más se sustraen.

Tras la emisión del reportaje, todos los colaboradores han opinado sobre este tipo de robos, y se les preguntó que qué habían robado ellos mismos. “¿Un colchón?”, preguntaba con sorpresa Javier Sardá, por lo ofrecido en la pieza. “Alguna bombilla led... Digo yo, se me ocurre”, decía por su parte Manuel Díaz, El Cordobés, dando a entender que él no lo habría hecho. “Hay que ser tieso”, exclamaba entonces Ana Rosa Quintana, con sorpresa.

Hay un cleptómano en la mesa y se llama Manuel” deslizaban los compañeros. Una frase que podría parecer un simple chascarrillo por dar a entender que robó una bombilla, pero había más escondido detrás. “Lo que yo hable fuera de aquí no me lo podéis (reprochar). ¿Tenéis pruebas?”, preguntaba entonces el colaborador.

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Aquí el señor Manuel robó una toalla...”, insistían. No la robé porque me arrepentí”, se defendía entonces el torero, que estos días ha hecho doblete televisivo además como invitado de Pasapalabra. “Lo puso en el bolso de su mujer para que le regañasen a ella”, le volvían a acusar. “Tú tranquilo, porque aquí en el que más habla es el que más peca”, le tranquilizaba entonces Ana Rosa Quintana.

Manuel no tuvo entonces más remedio que explicar qué sucedió. “Fue una toallita, de esas que secan muy bien, muy finas. Dije: qué monería, y se la metí en el bolso a Virginia, en un parque de agua”, exponía, en referencia a su mujer, la modelo Virginia Troconis. Sin embargo, a la salida del parque estaban revisando bolsos, “y mi mujer no sabía que estaba la toalla. Entonces yo salí corriendo y le dije: Virginia, saca una toalla que he metió en el bolso. Lo reconozco”.

Más adelante, en la mesa continuaron hablando de cómo en los hoteles se han quedado con los botes de champú o los cepillos de dientes. “Eso es para que te lo lleves”, se justificaba Manuel Díaz, mientras que otros compañeros le respondían que no, que es para que se use, no para que se lo lleven.