Pablo Motos recibió este martes en El Hormiguero a los actores Pedro Alonso y Begoña Vargas, que acudieron al programa para presentar Berlín, la precuela de La casa de papel. Los dos actores desvelaron distintas anécdotas del rodaje de la serie, que narra el plan de robo de una colección de joyas de Berlín y su banda.

La serie, que llega el 29 de diciembre a Netflix, tiene un tono distinto a La casa de papel. "Está en otra clave energética, es otro tono, de hecho, es otra serie. Es más comedia romántica", explicó el protagonista de la nueva ficción.

Pablo Motos preguntó a Pedro Alonso por cómo había cambiado su vida el éxito de La casa de papel: "El meneo que nos dio fue bestial. A mí me ha movido el barco significativamente". "Escribo mucha literatura de no ficción, de todo lo que me pasa, lo que he escrito, de lo que me ha pasado a la gente de mi alrededor y a mí con La casa de papel, da para una novela. Hubo movimientos muy perturbadores de la energía que se generó alrededor", aseguró.

El trágico episodio que vivió en un ascensor

Después de la entrevista, llegó el turno de las hormigas. En un juego, los dos actores debían adivinar cuestiones de la vida personal de su compañero. De esta forma, Alonso acertó con que el olor favorito de Vargas es el de la goma de borrar, mientras que ella adivinó que, en un análisis de ADN, el actor descubrió que tiene sangre de tuareg.

Pero una de las cuestiones que más sorprendió a los espectadores fue un trágico episodio en la vida del actor. Alonso reveló que estuvo a punto de morir en un ascensor cuando era un niño de tan solo ocho años.

[Malú cuenta en ‘El Hormiguero’ el reproche que le hizo su hija por el mal olor que desprendía en la cama]

"Yo no era un niño quinqui, pero era un niño muy curioso", empezó afirmando el actor, que contó que todo comenzó cuando se le ocurrió meter una pelota de baloncesto por la rendija del ascensor que, recordó, antes no tenían puertas.

"La pelota se metió e, instantáneamente, pensé 'la bronca que me van a echar", contó. Fue entonces cuando Alonso decidió meter las manos por la rendija del ascensor para coger la pelota. "Me tragaron los dos brazos y cuando estaba a punto de... se paró el ascensor, saqué el brazo derecho, pero el otro no lograba salir", explicó.

En ese instante, Alonso comenzó a gritar "auxilio" y su familia y todos sus vecinos corrieron a ayudarle: "Apareció mi abuela, todo el edificio, mi hermano mayor bajó por las escaleras desde un octavo, venía mi hermano mellizo, que se había quedado en la plaza...".

El ascensor "no iba", contó el actor, y fue finalmente su hermano quien logró abrir la puerta. "Salí yo con dos grandes orificios en las manos, un cuadro... estuve a punto de palmarla", aseguró Alonso. "Qué tremendo", reaccionó una de las hormigas, que apuntó que podría haber muerto "decapitado".