Espejo Público acaba de cumplir 27 años. Una edad de la que pocos formatos pueden presumir en la televisión actual. Tan sólo Saber y ganar, La ruleta de la suerte o Los Simpson pueden hablarle de tú a tú al programa que cada día presentan Susanna Griso, Lorena García y el recién incorporado Miquel Valls.

Era el 20 de octubre de 1996 en una joven Antena 3 cuando el que es una de sus señas de identidad veía por primera vez la luz. Desde aquel día hasta hoy la televisión ha cambiado por completo, pero también el propio formato que tan solo conserva de sus orígenes el nombre y su afán por informar al espectador de la actualidad.

Producido por Antena 3 Noticias, la cadena buscaba su propio Informe Semanal. Un programa que informara sobre los temas más candentes y, a su vez, aportara credibilidad y reputación al grupo. Una confianza que casi tres décadas después parece mantenerse e incluso más esta temporada con la incorporación de más corazón en la segunda parte del programa de la mano de Gema López. Una apuesta que le está sirviendo para aumentar su audiencia media respecto a la anterior.

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Espejo Público empezó emitiéndose los domingos por la tarde como access prime time en el hueco que hoy ocupa Multicine 3. Su primer presentador fue un joven pero ya reputado periodista procedente de TVE, Pedro Piqueras. Y su escaleta se basaba principalmente en una sucesión de reportajes sobre temas nacionales e internacionales de especial interés, introducidos por un breve speech del periodista.

Aunque sus audiencias nunca fueron extremadamente altas, la cadena lo mantuvo en dicha franja una década, hasta el año 2006. Durante esos años, su cuota rondaba el 20% de share con entregas que bajaban o despuntaban según la temática. Un share que hoy sería oro puro para cualquier espacio pero, por aquel entonces, significaba una línea que separaba el triunfo del fracaso. Como, salvando la distancia y con matices, el 10% de share actual.

Piqueras también fue su director, aunque su periplo en Espejo público duró poco. Tan solo dos años hasta que regresara a los informativos de la cadena, presentara algún que otro programa como A plena luz, 7 días, 7 noches y La respuesta y se marchara definitivamente a Telecinco.

En 1998, el actual presentador de la edición fin de semana de Cuatro al día, Roberto Arce, cogió el testigo. Arce se mantuvo hasta el 2002 bajo la dirección de Carlos Aguilera y luego bajo su propia batuta hasta que dicho año, Espejo público viviría una de sus etapas más boyantes en audiencias de la mano de Paco Larrañeta y Julián Nieto al mando y con la presentación de Sonsoles Suárez.

La hija del que fuera primer presidente del gobierno de la democracia, Adolfo Suárez, venía de triunfar cada tarde con otro programa de actualidad, A toda página. Soledad Arroyo, Lourdes Maldonado y Lydia Balenciaga completaron el cartel de presentadoras de esta etapa, aunque éstas en calidad de sustitutas.

Diez años donde el particular Infome semanal de Antena 3 conseguiría una media de más de 2 millones de espectadores e infinidad de premios, entre ellos varios Antena de Oro y TP de Oro. Incluido un premio Antena para la propia Sonsoles Suárez.

2006, el año de la transformación 

Susanna Griso a punto de cumplir un récord en TV.

Con la marca varios meses fuera de la parrilla y desesperada tras acumular fracaso tras fracaso en las mañanas -excepto en la primera etapa de Alicia Senovilla con Cómo la vida misma-, Antena 3 decidió recuperar Espejo público y convertirlo en su contenedor matinal. Y de la mano de uno de sus más pujantes rostros de informativos, Susanna Griso. El resto ya es historia.

Desde aquel diciembre de 2006 hasta la actualidad han pasado ya 17 años que han asentado a Espejo público como el programa informativo diario en una cadena generalista más longevo de la televisión. Y de la propia historia del medio. Ningún programa de su género ha conseguido sumar tantos años en emisión prácticamente de manera ininterrumpida.

El año que viene Espejo Público igualará el récord de permanencia que en la actualidad ostenta el ya desaparecido El programa de Ana Rosa con 18 años. Y pasará así a escribir su propia página en la historia de la televisión. Vistas sus audiencias, está claro que lo conseguirá y que la confianza de Atresmedia por la marca sigue intacta y en camino de sumar la friolera de 30 años en pantalla.