Estamos en una era televisiva en la que la contraprogramación y los cambios de contenidos están a la orden del día. Parece que a las cadenas no les gusta exponer demasiado cuándo estrenarán sus grandes formatos, y tiene una explicación. Hacer un anuncio con mucho tiempo de antemano le da una gran ventaja a la competencia para preparar un programa, un especial, una película potente con la que intentar que lo que apuntaba a ser un éxito no lo resulte tanto.

Un ejemplo reciente lo tenemos con La última noche y Tu cara me suena. La final del concurso de imitaciones se anunció inicialmente para la noche del 14 de julio, y se mediría con el último programa de Viernes Deluxe. Cuando Telecinco anunció el estreno de La última noche para el día 21 , Antena 3 decidió ofrecer un refrito ese 14, y hacer que la final coincidiese con la puesta de largo del nuevo magacín nocturno. Y, después de ese movimiento, los de Mediaset retrasaron La última noche para el pasado 28 donde, a pesar de la escasa competencia, no consiguió brillar en audiencias.

Sirva este ejemplo de cómo juegan sus cartas las cadenas para poner en valor la estrategia de Telecinco con la nueva temporada de GH VIP. Y es que ya ha comenzado a promocionar a bombo y platillo que el programa de convivencia, que ahora presentará Marta Flich, llegará a su parrilla el 14 de septiembre. Es decir, ha arrancado una fuerte campaña hasta mes y medio antes de que se abran de nuevo las puertas de la casa de Guadalix de la Sierra. Sin miedo a mostrar las cartas.

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Esto se puede entender como una muestra de la confianza que Mediaset tiene en el formato. Desde el año 2019 no se emite una nueva temporada de Gran Hermano, ni con famosos ni con anónimos, después de que el caso de Carlota Prado complicase la relación de la cadena con los anunciantes.

Telecinco lo ha intentado entonces con otros realities de famosos, como Secret Story: La casa de los secretos y Pesadilla en El Paraíso, que tuvo hasta dos temporadas con participantes conocidos. En ningún caso sus datos se acercaron a lo que se lograba con GH VIP. De hecho, ese último año, GH VIP 7, se despidió como la edición con mejor cuota de su historia, con un promedio de 32,5% y 3.263.000 espectadores de media, y la final más vista del VIP con un 38,5% de los espectadores pendientes de la victoria de Adara Molinero.

Se augura, pues, que el universo de Gran Hermano va a regresar pisando muy fuerte, y con un casting que estará a las alturas de las circunstancias. “Los castings son los que definen el formato porque dependiendo del perfil de concursante o de famoso que metes los conflictos son unos, los intereses son otros, las historias se viven de una forma o de otra... Yo creo que esto es muy definitorio de hacia dónde va el formato y cómo va a ser”, explicó en ese sentido la propia Marta Flich en La última noche.

Si se sigue la estrategia de otros años, Telecinco irá desgranando de forma paulatina el nombre de los famosos que vivirán unos tres meses en la casa donde todo se ve y se oye. De momento, lo que sabemos es que hay algunos rostros conocidos que han rechazado la propuesta, como el criminólogo Óscar Tarruella, exmarido de Mónica Naranjo, o Nagore Robles, que afirma que solo volverá al concurso si es para presentarlo, como hizo con Pesadilla en El Paraíso, del que fue concursante (y ganadora) cuando se llamaba Acorralados.

Hasta que llegue ese 14 de septiembre, Antena 3 tiene cuartel para plantearse una buena estrategia que no permita brillar al máximo al reality. Hay que destacar que, de mantenerse los horarios habituales, GH VIP se medirá en su primer tramo con El Hormiguero, que cerró la temporada pasada con el mejor dato de su historia. Faltaría ver con qué tipo de producto competiría a continuación y cuánto daño podría hacer a continuación. En ese sentido, cabría pensar en que ofreciese la nueva temporada de El novato, el programa de Joaquín Sánchez que promedió en su primera temporada 1.863.000 espectadores con un 18,4%, y que para su regreso tiene como plato fuerte una entrevista a Ana Obregón.