Este pasado 23 de mayo, La Promesa llegó a los 100 episodios. Un día que se convirtió en una auténtica celebración y en la que sucedieron varios eventos que provocaron que la intriga, el misterio y el drama llegasen a altos niveles. Un centenario marcado por un casorio forzado, un malentendido cuyas consecuencias apuntan a ser terribles y el regreso de Jana (Ana Garcés), la cual vuelve completamente destrozada de la finca de los duques de los Infantes.

El episodio 100 ha servido para mostrar ciertas cartas sobre la mesa. La primera de ellas es que ha quedado completamente expuesta la crueldad de doña Jimena (Paula Losada), al obligar a la doncella a ir a trabajar a la casa de sus padres. Su regreso se ha producido en condiciones lamentables, hasta el punto de que su vida ha corrido peligro.

Nadie entiende cómo ha podido llegar así y cómo los duques han sido tan despiadados. Lejos de alejar a Manuel (Arturo Sancho) de la mucama, ha provocado un acercamiento en el que a él le ha dado igual enfrentarse a las consecuencias de estar pendiente de la joven, lo que le acerca poco a poco a recuperar la memoria, para infortunio de la nuera de los marqueses de Luján, que ve cómo sus planes se le pueden volver a la contra.

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Pero Jana no ha sido la única protagonista de este centenario. El capítulo 100 se ha convertido en testigo de la boda de Pía (María Castro) y Gregorio (Bruno Lastra). Una celebración discreta en la que el ama de llaves se ha visto obligada a aceptar después de que Cruz (Eva Martín) descubriese que ésta estaba encinta. Gregorio intervino, mintiendo al decir que él era el padre.

'La Promesa'.

Esa falsa confesión ha forzado a que el mayordomo y el ama de llaves deban contraer matrimonio si quieren seguir trabajando en el palacio. La marquesa, que desconfiaba de la explicación dada, les ha forzado a contraer matrimonio antes de que el bebé 'nazca en pecado'. Un casorio en el que no hubo invitados y en el que sólo estuvieron Teresa (Andrea del Río) y Mauro (Antonio Velázquez) como testigos.

A pesar de que Pía le confesó a Gregorio el origen de su embarazo, que es fruto de una violación, sí que no se atrevió a decirle que el responsable fue el padre de la marquesa, el barón de Ezquerdo (Alberto González). Con lo cual, para el ama de llaves, su marido sigue siendo realmente un auténtico desconocido.

Los malentendidos provocarán dolorosas consecuencias entre María Fernández (Sara Molina) y Lope (Enrique Fortún). La doncella piensa que ha sido Salvador quien le ha escrito y le ha regalado el anillo, creyendo así que se casará con ella cuando vuelva de combatir en la Guerra del Rif. Lo que desconoce es que el auténtico autor de ese gesto de amor es Lope.

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El cocinero no puede reprimir lo que siente y decide confesarle su frustración a Mauro, quien le regaña por no haber tenido el coraje de confesarle a María Fernández la verdad. Un malentendido que apunta a ser una bola de nieve que irá creciendo más conforme Lope siga callando, hasta el punto de que sea demasiado tarde aclarar la verdad.

Y, finalmente, la relación entre la marquesa de Luján y la baronesa de Grazalema (Lisi Linder) se volverá más tensa si cabe. En el episodio 99, alguien escuchó una conversación que comprometía a la baronesa, al oír que la aristócrata se jactaba de que "todo" esté "saliendo según lo planeado", lo que indicaba que había algo turbio detrás de la herencia del barón.

En el capítulo 100, se reveló que fue Cruz quien oyó todo. La marquesa ha delatado a la baronesa, dado que Elisa cometió un error al contradecirse en su relación que la vinculaba al barón ya muerto. Por ello, ésta ha intentado que Alonso (Manuel Regueiro) y Lorenzo (Guillermo Serrano) impugnen el testamento, algo que ven poco probable.

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Lo que desconoce Cruz es que su marido está gestionando la venta del palacio de Cádiz junto con su hija Catalina (Carmen Asecas). La joven le insta a su progenitor a decir la verdad, pero éste se resiste hasta que consiga hallar a un posible comprador. Sin duda, un episodio lleno de acontecimientos con el que celebrar los 100 capítulos.

Una cifra redonda que se tradujo en datos excepcionales. La Promesa obtuvo un 12,2% de cuota con su episodio 100, lo que se tradujo en 1.174.000 espectadores. La ficción diaria consolidad así su tendencia ascendente.