Rocío Carrasco protagonizará una segunda entrega de su docuserie.

Rocío Carrasco protagonizará una segunda entrega de su docuserie.

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Telecinco más allá del espectáculo: las valiosas lecciones que ha enseñado la docuserie de Rocío Carrasco

5 junio, 2021 01:07

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Rocío Carrasco ha protagonizado este miércoles una emotiva entrevista en directo para cerrar el ciclo de Rocío, contar la verdad para seguir viva. La hija de Rocío Jurado ha respondido a las preguntas de los colaboradores y ha aclarado varios de los puntos que habían quedado en el aire en los 12 episodios de la docuserie, además de dar un adelanto de lo que contará en En el nombre de Rocío, una continuación de la serie donde abordará la relación con su familia materna.

El anuncio de esta segunda temporada ha generado todo tipo de reacciones, tal y como ya vaticinó BLUPER. La explotación por parte de Mediaset de una historia con tintes tan dramáticos podría ser objeto de un profundo análisis, de hecho ya se ha hablado mucho en estos meses del papel que la cadena ha ejercido en esta historia.

Sobre estas críticas se ha pronunciado recientemente Carlota Corredera. La presentadora ha asegurado en Viernes Deluxe que "si la docuserie de Rocío la hubiese emitido Netflix, hubiera estado todo el mundo dando palmas". La gallega obvia el hecho de que la plataforma que ha mencionado ya ha demostrado su compromiso con casos como el de Nevenka Fernández, los cuales ha difundido a través de cuidadas producciones, igual que Mediaset, pero sin someterlas a debates posteriores y sin hacer espectáculo de ello.

A pesar de todo lo que se puede criticar de la forma en que Telecinco ha tratado el asunto de Rocío Carrasco, lo cierto es que tras el final de la docuserie resulta necesario hacer un ejercicio de reflexión y apartar todo lo superfluo para quedarse con todo lo que el brillante trabajo de La Fábrica de la Tele ha contribuido a difundir en la sociedad española.

1. Violencias ocultas

Antonio David ha utilizado los medios para agredir psicológicamente a Rocío Carrasco.

Antonio David ha utilizado los medios para agredir psicológicamente a Rocío Carrasco. Mediaset

El mensaje más importante que Rocío Carrasco ha transmitido en la docuserie es que, tal y como demuestra su historia, la violencia de género va mucho más allá de los golpes físicos o del maltrato psicológico. La audiencia española ha podido escuchar por primera vez en un programa de entretenimiento emitido en abierto -y líder de audiencia- palabras como "violencia vicaria", "violencia mediática" o "violencia económica".

Rocío ha enseñado a la sociedad que el maltrato que una mujer puede recibir por parte de su pareja o expareja puede cobrar múltiples y sutiles formas. Antonio David Flores, según el testimonio de la madre de sus hijos, ha utilizado a los niños de forma maquiavélica para ejercer violencia vicaria contra su exmujer, ha recurrido a la prensa y a la televisión para someter a Rocío a la violencia mediática y, por último, ha utilizado la pensión de sus hijos para ejercer violencia económica contra la madre.

2. Salud mental

Rocío Carrasco ha expuesto asuntos como la depresión, la ansiedad o el suicidio.

Rocío Carrasco ha expuesto asuntos como la depresión, la ansiedad o el suicidio. Mediaset

Otro de los debates sociales que Rocío Carrasco ha puesto sobre la mesa es el de la salud mental. Este asunto es una de las grandes tareas pendientes de la sanidad pública española y, gracias a la docuserie, millones de espectadores han podido conocer mejor el contexto de una persona con depresión y ansiedad.

La protagonista de Rocío, contar la verdad para seguir viva ha expuesto de forma directa y valiente aspectos como su tratamiento contra la depresión o el intento de suicidio que protagonizó el 5 de octubre de 2019, una dramática realidad que a menudo permanece oculta en los medios. Exponer esta enfermedad silenciosa en un programa de tal repercusión ha ayudado a romper estereotipos como que una persona depresiva no puede sonreír o tener momentos de alegría, algo por lo que también se ha juzgado durante años a Rocío Carrasco.

3. Feminismo

Rocío Carrasco ha confesado que es feminista gracias a la docuserie.

Rocío Carrasco ha confesado que es feminista gracias a la docuserie. Mediaset

"Me he dado cuenta de que soy feminista, neófita, pero me muero por aprender, por saber y poder aportar más granitos de arena". Con esta reveladora confesión, Rocío Carrasco ha dado una valiosa lección sobre el feminismo. Pese a que siga habiendo un interés por mostrar este movimiento como una ideología de confrontación entre hombres y mujeres, al final se reduce a la solidaridad entre mujeres para romper con todas las barreras que sufren desde hace siglos por el mero hecho de no ser hombres.

Rocío, al igual que muchas mujeres, se resistía a identificarse con el feminismo hasta que, gracias a esta docuserie, ha descubierto la utilidad y la imperiosa necesidad de este movimiento. "No esperaba ser abanderada de nada, pero ahora lo soy con gusto", ha afirmado en su entrevista en plató, ofreciendo su ayuda a todas las mujeres que puedan necesitarla.

4. Negocio sin escrúpulos

La prensa y los programas de televisión contribuyeron a calificar a Rocío como mala madre.

La prensa y los programas de televisión contribuyeron a calificar a Rocío como "mala madre". Mediaset

A nivel televisivo, el mensaje más valioso que se desprende del duro testimonio de la hija de Rocío Jurado es el de la perversión sistemática de la prensa del corazón. A lo largo de dos décadas, una losa con la frase "mala madre" ha pesado sobre la espalda de Rocío única y exclusivamente porque así se ha construido el relato en los medios.

Independientemente de que tras este juicio se encuentre la estudiada manipulación por parte de Antonio David Flores, lo cierto es que la docuserie deja en evidencia la necesidad de toda la profesión, pero especialmente de Telecinco, de revisar sus filtros informativos y adoptar un compromiso con los principios periodísticos en todos sus espacios. El entretenimiento puede combinar espectáculo e información, pero siempre con arreglo a la veracidad y sin que todo valga por hacer televisión.