Opinión

Miradas lascivas e Irene Montero

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en una imagen de archivo.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en una imagen de archivo.

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La ministra de Igualdad, Irene Montero, que se ha echado encima a las feministas clásicas de España, representadas por Lidia Falcón, presidenta del Partido Feminista, por negar el sexo biológico y apoyar al colectivo “trans”, ha dado ahora un paso más en su locura existencial, basada en la ignorancia más absoluta, en relación con las “miradas lascivas (propensión a los deleites carnales o apetito inmoderado de algo, según la RAE) de los hombres a las mujeres”. Lógicamente no voy a entrar ahora en las muchas implicaciones de una mirada “lasciva”.

Recientemente ha presentado la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, el informe más completo estadísticamente y más relevante que se realiza en España cada 4 años, sobre este tipo de violencia. La novedad este año es incluir como Violencia contra la mujer, también las miradas lascivas, bromas e insinuaciones del hombre sobre la mujer. El resultado de la encuesta dice que el 57,3% de las mujeres declara haber sufrido violencia, de cualquier tipo, por ser mujer, una autentica barbaridad de ser verdad.

Como ginecólogo y pido perdón por la reiteración al decirlo en otros artículos, pero ser ginecólogo es, además de una maravillosa profesión, una escuela de vida, y una de las cosas que he aprendido es que “no hay mayor enemigo de una mujer, que otra mujer”. Por eso disfruto enormemente de los escritos y entrevistas de la señora Lidia Falcón, mujer inteligente, escritora y abogada, licenciada en Derecho, Periodismo y Arte Dramático, cuando dice que Irene Montero es “una muchacha de barrio, sin formación” o cuando dice que el “lobby trans” son una “secta mutante”. Imbatible, doña Lidia.

El movimiento feminista de verdad, el de Lidia Falcon, Inés Arrimadas, Edurne Uriarte, Rosa Díez, Isabel Díaz Ayuso, etc.), es decir, mujeres serias, formadas, bien informadas, trabajadoras y luchadoras desde hace años por la igualdad de las mujeres, es compartido por todos los hombres y por mí el primero, y es totalmente distinto al feminismo radical o feminazi de los miembros de Unidas Podemos sin formación, sin información y sin experiencia. Estas feminazis deben ir con pies de plomo, para conseguir las metas que persiguen en España, en mi humilde opinión, por, entre otras, las siguientes razones:

a) La Dra. Louann Brizendine, una neurosiquiatra norteamericana en la Universidad de California, en sus magníficos libros El cerebro femenino y El cerebro masculino explica claramente las diferencias entre el cerebro masculino y el femenino. Incluso aventura la posibilidad de que el cerebro femenino sea superior al masculino, como así pienso yo. Son unos libros que recomiendo vivamente para todos, hombres y mujeres, pero que seguro que los “cerebros” de Unidas Podemos y del Ministerio de Igualdad ni siquiera conocen.

b) Yo tengo serias dudas formales sobre cómo se va a tipificar con exactitud ese delito (estamos hablando de un tema muy serio por sus consecuencias) de miradas lascivas, bromas e insinuaciones y sobre todo, cuál será el criterio legal para demostrar que se ha cometido o no. Supongo que la opinión simple de la mujer no bastará para ello, como ocurre con la violencia de género.

c) Ya empiezan a parecer escritos de mujeres reclamando “un hombre de verdad”, en el terreno de la educación, delicadeza y atenciones para una mujer, como las de antes.

d) También hay partes de la sociedad donde se está dando un rechazo a la mujer como compañera de trabajo, simplemente para evitar problemas futuros. No podemos dar a las empresas en bandeja una razón para no contratar a las mujeres, aparte de las que ya existen actualmente, como es los posibles problemas que se pueden plantear entre hombres y mujeres en su convivencia.

e) La literatura (Quevedo dijo: “primor quiero atisbar, que no ventana”) está llena de autores que han tenido, posiblemente, pensamientos y miradas lascivas, para escribir sus fantásticas obras, Rafael Alberti, Nabokov, Neruda, Javier Marías, García Márquez, Vargas Llosa, etc. ¿También los va a denunciar la feminazi Montero?

f) Finalmente, no todas las mujeres quieren o no les interesa, por múltiples circunstancias, la igualdad de sexos o el movimiento feminista y un hombre inteligente y la sociedad, debe siempre respetarla.

No podemos consentir, de ningún modo, un enfrentamiento y estado de crispación en nuestra sociedad entre hombre y mujeres. A nadie le interesa, pero a largo plazo menos a las mujeres. Ojalá que este movimiento feminista de verdad, con toda su buena voluntad, en el que todos los hombres debiéramos participar, no se deje arrastrar por el movimiento feminista radical o feminazi de Montero y su Ministerio de Igualdad, que tiene otros intereses políticos y sociales ocultos y perversos y generalmente están financiados por movimientos comunistas, populistas, LGTBI, pederastas o similares.