Opinión

Bastarda gestión

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

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Evaluar la gestión de un político es una operación basada en los resultados. Quizá los más inocentes tengan poca memoria, respecto a las promesas electorales. La ingenuidad puede conquistar aquellas mentes débiles, que confían en la bondad general del ser humano. Sin embargo, hay un conjunto de personas a quienes nos gusta comprobar antecedentes con resultados, proyectos con realidades y hemeroteca con actualidad, entre otras muchas cuestiones.

Mentira

Este hermoso país es fruto de siglos de esfuerzo frente a las más terribles adversidades y enemigos. España se encuentra al borde de un precipicio muy peligroso. La mentira se ha instalado en los poderes públicos. Los dirigentes se dedican a hacer declaraciones, manifestaciones, largas e interminables intervenciones ante los medios de comunicación; dicen barbaridades con diferencia de horas, días o una semana, cuando mucho. Su realidad pasa del blanco al negro sin término gris ni paréntesis. Han pasado del dicho «la mentira es un arma revolucionaria», al hecho. Cualquier miembro del gobierno, incluidos los portavoces designados para aguantar el continuo chaparrón, es un ejemplo de este movimiento.

El día 20 de enero del año 2020, la prensa se hizo eco del último informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), organismo del Ministerio de Sanidad de España:

—El impacto para la salud pública, en caso de detectar un caso importado en nuestro país se considera muy bajo dado que, de ocurrir transmisión persona a persona del virus, ésta es limitada y se asocia a un contacto estrecho.

Unos días después del informe arriba referido, el Jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Policía Nacional alertaba a los agentes, mediante una instrucción dedicada especialmente a los compañeros que prestan servicio en zonas fronterizas aeroportuarias:

—Evitar el contacto cerca de cualquier persona que presente síntomas de enfermedades respiratorias, como tos y estornudos. Evitar aglomeraciones.

El documento causó tanto malestar en el Gobierno que el Director Adjunto Operativo (DAO) cesó en el destino al funcionario. Ojo, no se trata de un funcionario cualquiera: José Antonio Nieto González es médico, especialista de trabajo y técnico superior de riesgos laborales. Hemos de evitar comparar sus conocimientos y experiencia con el ministro de Sanidad... o no.

Triaje

El 20 de marzo de 2020 había ya más de 1.000 fallecidos por #Covid-19 en España. La avalancha de enfermos en los hospitales comenzó a saturar urgencias, plantas y unidades de cuidados intensivos. Llegó el triaje, como en tiempos de guerra: el médico determina atender a unos pacientes con más posibilidades de vivir respecto a otros. Ahí afloran las lágrimas en las mejillas de sanitarios, mayores y niños, abuelos y nietos, matrimonios y amigos, cuando se conoce el ingreso de un ser querido en el hospital. ¿Volverá con vida de ese trance?

La desazón llega a la población civil. Especialmente sorprende que, un gobierno encargado de procurar la salud y sanidad a la población frente a una pandemia, haya dejado pasar dos semanas —15 días, 15— de ventaja para implemtentar medidas e intentar atajar los contagios. Los ciudadanos de Italia, país europeo y cercano, comenzaron a sufrir el virus antes que nosotros. Sin embargo, aquellos encargados tan listos de nuestro país ningunearon las precauciones.

El 20 de mayo de 2020, Fernando Simón, director del CCAES, afirmó:

—No tiene sentido que los ciudadanos sanos usen mascarilla.

Dime de qué presumes

El día 10 de junio de 2020, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presidente del Gobierno de España, formado por PSOE y Podemos, afirmó:

—Acertamos cuando estamos unidos. Gracias a la unidad de las instituciones, los grupos parlamentarios y el conjunto de la sociedad española, hemos vencido al virus —en referencia a la Covid-19.

Según los datos del Gobierno llevábamos casi 30.000 fallecidos. Esa cifra tiene grandes enemigos de la realidad: el registro civil, las funerarias y el Instituto Nacional de Estadística. A eso lo llamó «victoria».

El 4 de julio de 2020, afirmó:

—Hay que salir a la calle, hay que recuperar la economía. Disfrutar de la nueva normalidad. Y hay que ser conscientes de que el país está mejor preparado para los rebrotes.

Lo peor de lo peor. Eso de la «nueva normalidad», ¿significa aceptar más de 200 muertos diarios por el virus? Esa recuperación económica, ¿se basa en subir impuestos a todos los ciudadanos por igual -gasolina, electricidad, gas, entre otros-? Aquellas vacunas que iban a llegar a toda la población, al ritmo de dispensación actual, llegarán a ser administradas a todos dentro de dos años, dos. La mayor virtud del Gobierno actual es el desastre.

Te diré de qué careces

El 19 de enero de 2021 se plantean confinamientos en toda España. Vuestra responsabilidad es una bastarda gestión. Nadie, ninguno, ha tenido la decencia de dimitir, después de más de 80.000 fallecidos. ¡Malditos seáis!