El fake ha decidido recortar paulatinamente su coleta a corto plazo y eliminarla a medio plazo. Y el fake tiene una estrategia. Yo también tendría una estrategia si estuviera en su lugar y quisiera mantener la audiencia. Y creo que mi estrategia sería similar a la suya.
El fake sabe que se hace mayor, como todos, claro. Y no se ve con una coleta juvenil mediada la cuarentena. Pero claro, no se puede presentar un día sin ella en público y mucho menos frente a sus votantes. Ello podría plantear dudas sobre su supuesta condición de faro del progresismo, sobre todo después de lo del chalé.
Y para ello el fake, después del verano, ha decidido recogerse la coleta en un moño y así ha aparecido en la tele. Para desviar la atención de su coleta el fake se ha puesto un pendiente en cada oreja. El moño le permitirá ir recortando la coleta sin que su electorado lo note, en parte porque la atención ha pasado a los pendientes.
La estrategia del fake le permitirá seguir siendo el guía moral del progresismo de nuestra galaxia sin que el paso imprudente de un corte repentino de su incómoda coleta arroje dudas sobre su supuesta condición antiburguesa. El fake podrá hacer que converjan en un punto su recta decreciente de rebelde coletero y su recta creciente de burgués con chale.
El fake tiene claro que en 2 o 3 años, quizás mucho menos, estará en mejor posición para que esa molesta coleta, responsable quizás de un 10 o 20 por ciento de sus votos, pueda afortunadamente desaparecer para siempre sin que apenas se haya notado. Si todo sale bien podrá pagar su hipoteca sin más sobresaltos y sin que nadie se haya dado cuenta de su paso de escrachador inclemente con coleta a pacifico político peinado a raya.
El fake va complementando su estrategia coletera con una estrategia similar en sus corbatas. Inicialmente el fake no llevaba corbatas. Lógicamente habría sido un desdoro incompatible con el progresismo que rebosa por todo su ser. Y aunque sospecho que desde hace ya algunos años tiene sueños húmedos con ponerse un traje y una corbata con toda la elegancia que le sea posible, al fake no le queda más remedio que aparecer con corbatas mal puestas para conservar una parte de su electorado.
Sin embargo, con motivo de los presupuestos, el fake ha salido en la tele con un traje y una corbata casi bien puesta, yo diría que al 70 por ciento. Habrá que ver cómo evoluciona el personaje, pero yo apuesto que en menos de 3 años el fake irá peinado a raya, como de monaguillo de pequeño, no llevará pendientes, y se calzará una corbata, al 90 por ciento al menos.