“La propiedad intelectual de la unidad y prosperidad del país ya se ha registrado a nombre de Ciudadanos”. Así comenzaba mi pieza en junio de este año para expresar un hecho que el tiempo y los acontecimientos han reforzado.
Hoy, la plataforma España Ciudadana aterriza en Sevilla. Con un calendario frenético, esta plataforma enarbola la bandera de España, abandonada por todos los partidos excepto Ciudadanos, y programa un gran acto en la emblemática Plaza de España sevillana en la mañana del sábado próximo.
Nunca fue tan necesaria la defensa de los valores democráticos del país como ahora. Los enemigos de España son muchos, el principal es el desgobierno de Sánchez, que es una fuente constante de escándalos, disparates, cambios de opinión, dimisiones y parálisis política. Ello es hábilmente aprovechado por los otros enemigos de nuestra democracia, es decir, por el populismo y los nacionalismos, que a cambio de poner al títere Sánchez en la Moncloa, están consiguiendo debilitar la unidad y la fortaleza ideológica que se impuso en la transición. ¿Y los desahuciados de Moncloa? Peleándose por las migajas heredadas del Registrador.
La creación de esta plataforma que desembarca en Sevilla esta semana pretende extirpar la condena que interesadamente han ejecutado contra nuestra esencia, contra nuestra bandera, contra nuestra identidad como país dentro de Europa.
No me avergüenzo de ser español, de emocionarme con el himno, de colgar la bandera constitucional donde quiera que viva, de ver por fin a miles de ciudadanos que salen a la calle para reclamar su esencia y su compromiso con una democracia que hoy está siendo amenazada.
Yo soy español.