En este país de cuyo nombre no quiero acordarme, donde el pueblo vive subyugado bajo el peso de la Iglesia Católica, el patriarcado, la derecha política y el IBEX-35 todo parece perdido. ¿Todo? ¡Jamás! Aun quedan unos pocos de valientes que defienden los valores más políticamente correctos de esta sociedad y aunque viven a base de la publicidad de las grandes compañías, os aseguro que escupen sobre ellas.
Entre ellos podemos destacar a Jordi Evole, el Salvador, que navegando por las tibias aguas de la ambigüedad política dispara sus cañones tanto a derecha como a izquierda. (¡Sí! ¿De verdad, eh? No os miento… que con Otegui y con Maduro también fue muy duro, ¿eh? A ver… lo que pasa es que no tuvo un buen día. ¿Vosotros tendréis días en los que estáis mas flojos no? Pues eso, no lo juzguéis. Además… tenéis que entenderlo… son Otegui y Maduro, esos no se andan con gilipolleces como esos pusilánimes de la derecha).
Y es que el otro día, en una de mis intensas jornadas de reflexión donde alumbro ideas para el cambio que necesita este país, pensé… Ya que tras las largas luchas por la igualdad hemos conseguido tener un matrimonio civil y un bautizo civil… ¿Por qué no vamos a tener los laicos un sacerdocio civil? Y así, en este artículo proclamo: Jordi, sobre esta piedra edificaré mi iglesia.
Al fin de al cabo, es una persona que reúne todos los requisitos para ser sacerdote, incluso tiene aspecto de seminarista: ha hecho de la bondad un negocio; proclama la llegada de un mesías que nos hará a todos iguales y la gente va a confesarle sus pecados. Es más… ¡sería un gran inquisidor!
Cuando dudásemos de la corrección política de alguien, podríamos mandar al padre Jordi a que examinase la pureza de su corazón. El, con su mirada penetrante, le diría “¿Qué has hecho hijo mío? Cuéntame tus pecados”. Entonces el sujeto en cuestión mentiría, porque le daría vergüenza de tener esas ideas ante los ojos del pueblo. Pero aii… hombre de poca fe… el Padre Jordi todo lo sabe, así que sacaría su tablet y diría… “reconoce tus pecados hijo mio”. “¡Lo reconozco, padre, los reconozco!”, diría nuestro sujeto en cuestión. Entonces el padre Jordí, cambiaría el terror de su mirada por la compasión y la dulzura… “Vete hijo, y no peques mas”.
Ahora ya en serio, todo esto era ironía, que no se le ocurra a nadie nombrarlo Papa ni hacer una especie de sacerdocio laico. Lo digo porque hay gente que esta muy mal de la cabeza y seguro que dice… “pues no sería mala idea”. No… si piensas eso es que estas muy mal, ve a mirártelo. Por cierto… hablando de la Sexta. ¿Habéis notado que para ser tan feministas no tienen ninguna periodista que no esté buena?