Opinión

Rafa Nadal o el triunfo de la constancia

Rafa Nadal o el triunfo de la constancia

Rafa Nadal o el triunfo de la constancia

Terminó el partido de tenis, final del torneo Roland Garros en París, en el que  Rafa Nadal se ha proclamado campeón por décima vez. Nadal, español de Manacor nacido hace 31 años, ha logrado un hito único en la historia del tenis: llegar diez veces a la final del mismo torneo y ganar las diez.

No lo ha hecho consecutivamente ya que su carrera deportiva no ha estado exenta de dificultades. Sobre todo en los últimos años, en los que diversas lesiones le tuvieron apartado de las pistas, perdiendo la oportunidad de participar en varios de los grandes torneos del tenis mundial y cayendo muchas posiciones en el ranking de la ATP.

Nadal siempre destacó por su juego rocoso, su resistencia física y su fortaleza mental. Sin la clase y la técnica de Roger Federer, supo imponerse al suizo en múltiples ocasiones. Pero desde muy pronto se manifestó un problema de tendinitis en sus rodilla que le impidió un mejor rendimiento. Y esta lesión, una en una serie de problemas de distinta índole, llevaron a un bache en su juego y en sus logros.

Aún así, una de las características de Nadal ha sido su humildad y tenacidad en los entrenamientos, para superar todos los problemas a los que tuvo que enfrentarse durante estos años. Pero lo más destacable para que ello fuera posible, en mi opinión, lo constituye el hecho de que siempre trabajó a las órdenes y bajo la tutela del mismo entrenador, su tío Toni Nadal, que, como bien recordaba Rafa al recoger por décima vez la Copa de los Mosqueteros, dirige su carrera desde los tres años de edad.

La organización del torneo quiso realizar una ceremonia especial en la que, además de entregar un trofeo conmemorativo con la inscripción de La Décima -guiño simpático al madridismo de Nadal- también fue reconocido su tío y entrenador, que subió al escenario montado al efecto en la pista central Philippe Chatrier y también recibió el homenaje del público y autoridades presentes.

Rafael Nadal ya es leyenda en Roland Garros, torneo al que ha prometido que volverá para seguir deleitando con su juego rocoso, inteligente y tenaz. Todo ello sin dejar de proclamar en ningún momento lo orgulloso que se siente de ser español y de llevar el nombre de España por todos los rincones del planeta.