FICCIONES

B.O.T.

Twitter.

Twitter.

  1. Opinión

Las nuevas formas de comunicación han dado posibilidades increíbles a las sociedades humanas en la última década. A comienzos de este segundo milenio, cuando salías de una tienda, tras comprar un aparato tecnológico, era mejor no mirar hacia atrás: tu objeto era viejo, caro y de menor capacidad antes de cruzar la puerta.

Las redes sociales copan estas formas de lanzar y recibir mensajes de manera inmediata. En apenas segundos, un a noticia puede recorrer el mundo entero. Texto, imagen y sonido nos llegan de inmediato. Hay herramientas para filtrar tus preferencias, amistades, incluso programas para enviar los mensajes en una determinada fecha o momento.

Unos días atrás un amigo llegó a este mundo del mensaje de 140 caracteres. Al ver su perfil, rápidamente aconsejé:

-Por favor, revisa los datos que has puesto sobre tu persona.

Vaya por delante que él es de las personas más bondadosas y humanas de este país llamado España. Ama los animales, incluidos bípedos implumes, así como otros de más patas, pelo y plumas.

-Aquí los malos son muy malos o peores.

La era digital da la oportunidad de enmascarar a personas según venga en gana. Podría describir a varios tiparracos de la peor calaña, incluso con antecedentes policiales y penales. El anonimato de subir una fotografía como perfil, un nombre o un apodo, una descripción sin posibilidad de verificación real, hace que este mundo sea algo peligroso.

A diario llegan noticias de personas que utilizan la red para estafar a otros. Ocultan su nombre, edad, sexo, con el fin de aprovecharse para interés propio de otros humanos. Pederastas, por ejemplo, y otros tipos depravados sexuales utilizan este sistema; qué decir de terroristas y quienes apoyan sus acciones, ideología, movimiento y fomentan la incorporación de otros débiles mentales a esa maldita acción contra la humanidad.

Mi amigo se sorprendió mucho:

-Yo soy bueno.

-Por eso, querido, por eso te digo.

El idioma ruso tiene una palabra que bien podría resumir la red de 140 caracteres: BOT. La traducción a español -o castellano- sería: he aquí. Voy a dividir sus siglas, conforme a las costumbres en España, donde se nombra ahora por las iniciales: TSJ, TC, LFP, CP y recordaré al Ejército de Tierra con el curioso nombre de una Unidad: PCMAYMA.

B.O.T. sería ideal para definir: Boletín Oficial de Twitter. Esta herramienta se usa para multitud de funciones en nuestra sociedad. Crear una cuenta es sencillo: nombre y un correo electrónico. Es más sencillo que el mecanismo de chupar un dedo. Alguien dotado de imaginación, incluso de una pequeña dosis de paciencia, puede crear un perfil para sí mismo y comunicar al mundo que es: Dios, el mejor jugador de fútbol, el penúltimo extraterrestre -al leer éso, seguro que ha llegado una docena más-, el humano que inventó el juego de la pocha, víctima del terrorismo o el Rey de un estado que lleva 3000 años esperando la recuperación de sus territorios. Por ejemplo: introduce un nombre en el buscador web y te responderá sus obras, milagros o la falsedad de quien dice ser el maldito troll.

Los 140 caracteres, además de una o varias imágenes, incluso vídeos de breves instantes, sirven para hacer comunicados de prensa, amor, odio... están dotados de una versatilidad casi inimaginables. Sí, sí, porque aquello que has imaginado, podrás ponerlo por escrito. Ahora falta que todo el mundo crea que se verdad; muchos dirán que es falso, pero otros muchos admitirán esa mentira como certeza.

Aquellos años, donde la credibilidad se basaba en escuchar noticias en radio o televisión, han acabado. Da igual la aparición en el telediario, noticiario informativo, periódico o escuchado en el puesto de trabajo. Las reuniones en el parque de nuestros seres queridos han dejado de ser referencia. Paco, Pepe o Juan, desde sus negocios de hostelería, quiosco de prensa o pescadería, tienen ya credibilidad, pese a estar al día de todas las novedades.

El B.O.T. marca la actualidad, al menos eso pretenden miles de trolls. Personajes con identidades falsas, que repiten mensajes erróneos u ofensivos bajo una máxima común: repetir una mentira mil veces hace que sea verdad.

Pues no, queridos, no es así. Hemos de contrastar la noticias para conocer la realidad. De otra forma, seremos manejados como títeres por esa jauría de falsarios que quieren hacernos creer aquello que no es real. Don Antonio Machado argumentó en su obra “Juan de Mairena” el siguiente principio:

-La verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero.

Esta afirmación nos indica que, la verdad tiene independencia sobre la persona o cargo que tenga dentro de la sociedad, ya por nacimiento, profesión o empleo.

Si aparece una noticia en el B.O.T., contrasta su veracidad, recopila datos de otras fuentes y, una vez conozcas varios puntos de vista, podrás formar tu argumento para otorgar si es o no verdad. Tienes siempre la posibilidad de ser “Agamenón” o un miserable y despreciable troll.