Zapatero, en el Ateneo.

Zapatero, en el Ateneo. Europa Press

Huawei: un caballo de Troya a punto de relinchar

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Los nuevos tiempos son de cambio y a todos nos pillan en medio, lo cual no suele ser nada aconsejable cuando hay pelea de gigantes. Desde hace algunos años, la debilidad del Estado liberal se manifiesta frente a las potencias emergentes –como por otra parte vaticinó Samuel Huntington en su conocido ensayo El choque de las civilizaciones–.

No podemos obviar que la civilización occidental y las democracias liberales son una excepción en el planeta que habitamos, y que hace algún tiempo que los bárbaros enseñan sus armas. El mundo, en su mayoría, se rige por regímenes dictatoriales que no protegen los derechos humanos. China, a la cabeza, ha vuelto a despertar, después de estar ausente cinco siglos.

Huntington vaticinó que la decadencia de Estados Unidos y la civilización occidental provocaría un planeta fragmentado en distintas civilizaciones, marcadas estas a su vez por la influencia religiosa: China, de influencia confucionista, lo que explicaría su camaleónico estado comunista, dominaría una de esas áreas. Brasil, potencia emergente, destinada a ser una gran potencia económica, dominaría el área de cultura latina o los restos que deje Estados Unidos. Japón, tras su desoccidentalización, la cual se avizora en las nuevas generaciones, influida por el sintoísmo, mantendría cierta independencia y capitalizaría otra área de influencia civilizatoria basada en una religión distinta.

India, influida por el hinduismo y mil millones de seres humanos, potencia atómica, antes perteneciente a los países no alineados, constituye otra cultura y otra civilización a tener en cuenta, aunque de carácter oriental.

El islam, por su parte, con otros mil millones de seres humanos y un poder económico pivotando en torno a los hidrocarburos, constituye otra área geográfica de gran influencia. Finalmente, nosotros, Europa, Canadá y Estados Unidos, titulares de la herencia grecorromana, representaríamos la grandeza decadente de los últimos siglos (de esto, esa es la buena noticia, suele nacer una literatura exquisita)

El ensayo de Huntington, aunque no por entero, está de viva actualidad. Sostuvo que estas civilizaciones mantendrían la rivalidad hasta que una de ellas prevaleciera sobre las demás, y que, entre tanto, cuatro naciones en el mundo cambiarían su impronta civilizatoria por otra. México abandonará el mundo latino por Occidente. Australia, influenciada por China y Japón, se orientalizará; Turquía se occidentalizará por razones económicas.

Finalmente, Rusia, podrá europeizarse o someterse a la influencia china, pero, sin embargo, de José Luis Rodríguez Zapatero, as de Soros, Huntington no vaticinó dónde estaría. No es una nación, sino un chico de provincias eligiendo modelo de civilización para nosotros. Alguien poco culto y sin una marcada capacidad intelectual, llegado a presidente, y sin que nadie le haya dicho que nos represente, se ha metido de pronto a probador de petróleo y tecnología.

El otro día dijo algo que obliga a leer entre líneas. Si no recuerdo mal, dijo que estamos en una época de cambios y que, como en toda época de cambios, no se puede evitar el sufrimiento. La lumbrera leonesa creo que se refiere a que el mundo está transitando a un modelo civilizatorio nuevo y que, en Europa, eso lógicamente provocará un trauma doloroso, un coste necesario (él ya lo sabe y lo quiere para nosotros).

Es verdad que algunos financieros se han fijado que el modelo de China (capitalismo de Estado con comunismo para la masa) se puede extrapolar a Europa si el capitalismo y los estados lo monopolizan los millonarios y el comunismo lo asumimos nosotros (Agenda 2030). Quizás Zapatero esté puenteando a Soros, para tratar directamente con China, una vez que el culete le huele a petróleo y EEUU ya lo sabe y le quiere encarcelar.

El gigante asiático vería bien un modelo similar al suyo en Europa y no le haría ascos a experimentar con una España fuera de la OTAN y desmembrada de Europa mientras Macron y los demás destrozan la Unión Europea dejando que Soros acampe luego vampirizando nuestra libertad. Sería una China casi idéntica (es preferible una Europa comunista en manos de millonarios, que una Europa ilustrada en manos del pueblo). Con Trump siguiéndole los talones, Zapatero ya ha negociado con Huawei antes de que Pedro y los Reyes coquetearan con Xi Jiping, la cara contemporánea del león despierto. Trump radicalizando el liberalismo, Europa con un caballo de Troya a punto de relinchar, y China y USA dejando que Europa caiga.

Europa será el primer cadáver que a los EEUU decadentes no les importará sacrificar. US liderando a Canadá, México y toda o parte de América latina, puede representar un espacio sociopolítico y económico suficiente, el nuevo espacio para la libertad, mientras nosotros descomponemos en detritus lo que queda de Roma, Grecia y un cristianismo post-Francisco rendido al comunismo. Huawei lo ha traído un chico de León. Y ese es el caballo de Troya…