
El Papa Francisco. Reuters
Buena memoria para el nuevo Papa
He conocido a siete Papas en mi vida.
Pio XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I.
He admirado a tres, lamentado a dos, desconocido uno y olvidado a otro.
Pero todos han sido papas de la Iglesia a la que pertenezco y de la que he sido y soy creyente.
En estos siete papas la Iglesia católica está casi plenamente representada. Y digo casi porque ha habido épocas en las que tuvimos dos papas confrontados en Roma y Aviñon y en otras épocas hemos tenido papas guerreros y depravados.
Desde hace ya más de 200 años los Papas se han mostrado dignos de su mandato, pero tan distintos como tú y yo.
Este lunes ha muerto Francisco I. Todos hablan de su vida y de su legado. Su amor a los pobres, su vida humilde, su mensaje social, su apertura a los problemas de hoy como la inmigración, la discriminación sexual, los abusos de menores en la Iglesia, la ecologia, etéterac.Todo está muy bien, porque es verdad.
Pero ¿se acuerdan de lo que se decía cuando murió Juan Pablo II? Lean los periódicos de ese tiempo. Los elogios eran tan fuertes o más de lo que leemos y escuchamos hoy.
¿Y se acuerdan ustedes (tú no, que no habías nacido) de lo que se decía después de su muerte de Juan XXIII o de Pablo VI?
No digo nada de Pio XII, el líder carismático y enigmático de la Iglesia católica, cuando existían líderes enigmáticos (algunos también carismáticos) en el mundo.
Hitler, Stalin, Mussolini, Churchill, Roosevelt, Mao Zedong , Ho Chi Minh , Franco, Salazar y despues otros que siguieron como Fidel Castro, Mobutu, Mandela, etcétera. De eso ya no hay.
¿Y eso qué quiere decir?
Pues que la Iglesia católica está hecha por personas humanas, para las personas humanas (así no tengo que escribir ellos /ellas/ elles, que es muy largo y cansino). Por lo tanto, los papas reflejan esa condición humana, tan diversa y diversificada como los demás. No hablo del aspecto teológico-divino de la Iglesia, porque eso es otro tema.
Hemos perdido a un Papa-párroco
Ojalá podamos tener en el futuro a un párroco-Papa. Por ahora parece que vamos a continuar con un cardenal que llegará a ser Papa. Pero ya se sabe que los cardenales dejaron de ser párrocos hace mucho tiempo y quizás ni se acuerdan en qué consiste ser párroco (vecino, solidario, amigo, confidente, disponible, consejero, trabajador, plurivalente y hasta colega de sus enemigos ideológicos).
Francisco se acordó siempre de cuando era párroco.
Al nuevo Papa le deseo una buena memoria.