Soplan aires de progreso en nuestra Comunidad. Desde hace meses, escuchamos anuncios de inversiones multimillonarias en Aragón, bueno, en la zona privilegiada de nuestra Comunidad: el corredor del Ebro y tímidamente en la provincia de Huesca. Ya se habla de 50.000 millones de inversiones que van a llegar a nuestra Comunidad y la mayoría de ellos en forma de centros de datos. Es una buenísima noticia que aún podría ser mejor si estos proyectos llegaran a todo el territorio, en concreto, a la provincia de Teruel, la gran olvidada.
Pero Aragón corre un grave peligro, morir de éxito. Sin un impulso por parte del Gobierno de España a los concursos de energía, muchos de estos proyectos no podrán llevarse a cabo. Aragón es la Comunidad más afectada por la mala gestión o planificación de Red Eléctrica Española y del Ejecutivo central a la hora de autorizar o no las conexiones.
Recientemente presentaba la Fundación Basilio Paraíso un informe sobre el impacto socioeconómico en Aragón de los centros de datos. En este informe hay cifras muy significativas: estos centros supondrán el 50% de la demanda total de electricidad de la región para 2030, necesitando de 2.900 a 3.400 MW.
Aragón, en estos momentos, “no es un consumidor neto, sino uno de los mayores productores y exportadores de energía renovable”, dice este informe. Según datos de 2024, la producción total de electricidad en la Comunidad fue de 23,1 TWh, mientras que el consumo llegó a 11,2 TWh. Prosigue este estudio asegurando que el consumo a pleno rendimiento dentro de 10 años podría ser prácticamente absorbido con la producción de hoy en día.
Pero claro, como ya llevamos avisando desde el Partido Aragonés desde hace meses, “el verdadero cuello de botella y riesgo de despliegue de las inversiones como están previstas no está en el dimensionamiento energético sino en asegurar la asignación administrativa de capacidad y disponibilidad real de la red en el territorio”, recoge el citado informe.
El pasado mes de julio, el Partido Aragonés registró en las Cortes de Aragón una Proposición No de Ley en la que se insta al Gobierno de Aragón a instar al de España a convocar de forma inmediata los concursos de acceso eléctrico pendientes en Aragón, permitiendo así desbloquear los 5.792 MW de potencia y facilitar las inversiones comprometidas, fundamentales para el desarrollo de nuestra Comunidad.
Lo dije en su día y lo repito ahora: la planificación energética del Gobierno de España va a 80 kilómetros por hora por la carretera, mientras que Aragón va a 120. Necesitamos que el Ejecutivo central se adapte a la velocidad de crucero que llevan las inversiones en Aragón. No podemos esperar cinco años a saber lo que va a hacer Red Eléctrica y luego otros cinco para que se lleven a cabo las inversiones necesarias; las grandes empresas, los grandes proyectos necesitan energía y la necesitan ya.
Y no solo eso. La mejor garantía para que la energía que generamos se quede en Aragón es la apuesta por el autoconsumo, que buena parte de nuestra producción eléctrica entre directamente en los centros de datos y en las industrias sin necesidad de pasar primero por la red. Nuestra energía, una vez en la red, puede irse a Madrid, País Vasco o Cataluña, territorios que no pueden o no quieren producirla pero que la necesitan para mantener su actividad económica.
Seamos valientes, apostemos por un autoconsumo real y a gran escala, impulsemos la colaboración público-privada en la inversión y desarrollo de la red de transporte de energía, facilitando la participación del capital privado en proyectos estratégicos que mejoren las infraestructuras eléctricas.
Esta propuesta del Partido Aragonés, que posteriormente han hecho suya otras formaciones políticas, no debe asustarnos. Tenemos que ser pioneros, como ya lo fuimos con la Ley de Energía, y reclamar en la próxima conferencia de presidentes que las empresas privadas puedan invertir en las redes de transporte.
Aragón no puede perder ese liderazgo en materia energética por una mala planificación. Nuestro futuro, el de nuestros hijos, depende de ello.
Alberto Izquierdo, presidente del Partido Aragonés