Ignacio Mateos con su primer libro 'Meditarte'.

Ignacio Mateos con su primer libro 'Meditarte'. E.E

Cultura

Ignacio Mateos sobre su libro 'Meditarte': "Es una invitación a echar el ancla en este lío en el que estamos metidos"

Ignacio Mateos propone un método visual y pausado para reconectar con el presente con la publicación de su primer libro.

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Zaragoza
Publicada

En tiempos de hiperestimulación digital, Ignacio Mateos (Zaragoza, 1986) propone detener el mundo, aunque sea un instante, a través del arte.

Pintor, historiador y experto en mercado del arte, acaba de publicar Meditarte (Planeta), un manual visual y espiritual que une dos universos que ha cultivado desde joven: el arte y la meditación. Este lunes presentó su obra en el Patio de la Infanta de Zaragoza y conversamos con él sobre este original método de meditación contemplativa.

Mateos se formó en la Complutense y completó estudios en Nueva York, donde comenzó a trazar el método que hoy propone: siete pasos guiados a través de obras de arte y elementos naturales que nos ayudan a observar el mundo, y a nosotros mismos, con una mirada más calmada.

Entrevista a Ignacio Mateos

¿Qué nos encontramos al abrir Meditarte?
Es un manual de meditación contemplativa a través de obras de arte. Tiene dos partes: por un lado, una guía práctica con herramientas a las que recurrir en cualquier momento; por otro, un recorrido por siete obras de arte seleccionadas por cómo conectan con grandes tradiciones meditativas. Lo he concebido como si fuera un comisario de exposición, guiando al lector.

No es un libro al uso, ¿verdad?
No, no hace falta leerlo de principio a fin. Es inmersivo, muy visual, ilustrado a color. Une mis dos pasiones desde niño: el arte y la meditación. Lo puedes abrir cinco minutos, mirar una obra y meditar. Es un libro al que se vuelve.

¿De dónde viene esa unión entre lo visual y lo meditativo?
Desde pequeño he vivido en un entorno familiar muy dado a la reflexión. Además, tuve un familiar jesuita misionero en Japón, que despertó mi interés por lo oriental. Profesionalmente me he formado en el mercado del arte, y a la vez siempre he estado vinculado a prácticas meditativas. Al final, para una sociedad tan visual como la nuestra, meditar con imágenes tiene mucho sentido.

"Meditarte invita a reducir la cantidad y aumentar la calidad visual que consumimos"

Pero hoy en día consumimos imágenes a toda velocidad. ¿Cómo se enseña a mirar con calma?
Eso es lo que propone el libro. Hoy pasamos horas haciendo scroll en TikTok, y sabemos que eso no nos beneficia. Meditarte invita a reducir la cantidad y aumentar la calidad visual que consumimos. Hay una metáfora que uso a veces que la de la dieta, tener una dieta de imágenes que nos nutran y que nos inspiren y que nos hagan sentir bien, porque si no es un empacho.

¿Y tu relación personal con el arte? ¿Cómo empezó?
Siempre he sido muy visual. Me gustaban los cómics, el manga, la animación… Todo eso me fue llevando hacia Bellas Artes, donde me licencié en pintura. Luego, gracias a una beca de la Fundación La Caixa, estudié un máster en el Sotheby's Institute de Nueva York. Allí comencé a desarrollar lo que más tarde fue ArtPath, la organización con la que divulgo estas metodologías.

Al hablar de arte, tenemos que hablar también de museos. ¿Cómo ves el papel de los museos en la sociedad actual?
Los museos han cambiado mucho. Ya no son solo vitrinas: ahora reinterpretan colecciones, hacen colaboraciones, descubren artistas. Incluso incluyen actividades como yoga o meditación. En el MoMA o el Metropolitan lo he visto. Son lugares fundamentales para conectar con el legado de los artistas y también con uno mismo.

Desde hace tiempo hay polémica con algunos museos y las obras de arte que presentan, pues algunos más que una obra de arte lo consideran una tomadura de pelo ¿Qué es el arte?
La frontera entre arte y artesanía, o entre arte y objeto cotidiano, es muy fina. Por eso no intento definir qué es arte, sino animar a cada lector a preguntarse qué arte le gusta. Puede ser una pintura, un paisaje o una imagen religiosa. Lo importante es encontrar algo que nos inspire y nos ayude a contemplar.

¿Tiene que haber belleza para que algo nos lleve a la contemplación?
Lo bello es subjetivo, claro. En Occidente solemos buscar simetría y perfección. En Oriente, sin embargo, se valora lo imperfecto, lo contemplativo. A veces, lo perfectamente artificial, como ciertas imágenes generadas por inteligencia artificial, no son bellas porque les falta alma. El arte que invita a detenerse no siempre es perfecto, pero tiene algo esencial.

"Esas herramientas vienen de lugares tan dispares como el budismo zen o de la dimensión contemplativa de los ejercicios espirituales de San Ignacio y Loyola; pero siempre en torno al arte"

¿Te interesa especialmente el arte oriental?
Mucho. Y no solo por mi familiar en Japón. Siempre me han atraído esas estéticas. De hecho, muchos impresionistas como Van Gogh o Toulouse-Lautrec coleccionaban grabados japoneses. Hay una conexión clara entre el arte oriental y la contemplación.

En el libro hay siete pasos, asociados a diferentes elementos.
Sí, la estructura responde a una intención didáctica y progresiva. Se empieza con lo básico, la respiración, la postura... y se avanza hacia conceptos más sutiles. Lo llamo una estructura “gamificadora”, para que sea accesible, amena y transformadora incluso para quien parte de cero.

Lo que explico en el libro no es una metodología que yo haya creado, sino que es una recopilación de herramientas de curación y orientación para el lector de hoy en día. Todas esas herramientas vienen de lugares tan dispares como el budismo zen o de la dimensión contemplativa de los ejercicios espirituales de San Ignacio y Loyola; pero siempre en torno al arte, que el artista es ese gran maestro de meditación.

¿Por qué es importante hoy en día detenerse a contemplar?
Porque todos estamos en una rueda de hámster. Este libro te ayuda a parar, es una invitación a echar el ancla en esta vorágine en la que estamos metidos todos. Además, no se trata de leerlo solo una vez, es una herramienta para volver a él cuando lo necesites. Aporta prácticas para aplicar en la vida real, incluso en momentos de agobio. Parar, respirar, contemplar… cuando tengo que contestar a 500 mails, saber parar y dar una vuelta a la manzana me ayudará a estar mejor.

¿Y qué le dirías a quien no se considera contemplativo o que cree que le va a resultar muy difícil parar a reflexionar?
Que Meditarte es un manual flexible, lleno de herramientas para que cada uno elija lo que le sirve. No impone un método rígido. Es una lectura agradable, visual, y creo sinceramente que quien se acerque a él va a salir beneficiado.