La población en riesgo de pobreza crece en la Comunitat Valenciana: hay 1.542.985 personas
La radiografía de la exclusión social en Aragón: afecta a 300.000 personas, uno de cada cuatro aragoneses
El informe Foessa destaca que tener un empleo ya no asegura la inclusión social.
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Mientras que el empleo ha registrado una mejoría en los últimos años y la previsión sigue siendo de crecimiento de la economía en Aragón, la realidad es que la desigualdad crece y la cifra de personas que sufren exclusión social en nuestra comunidad ha aumentado. Según el último informe de Foessa en 2025, afecta a 300.000, un 22,9% de la población y un 10,3% más que en 2018 (una proporción mayor que en el resto de España).
El informe de Exclusión y Desarrollo Social en Aragón presentado este jueves muestra una radiografía de la exclusión social en Aragón. Una situación que va más allá de la falta de ingresos y pobreza monetaria, pues no solo son aquellas personas que no pueden comer, sino que tiene en cuenta también a quienes se vulneran sus derechos sociales y por ende, encuentran dificultades que limitan su integración en la sociedad (empleo, vivienda, salud).
Tal y como ha reconocido el presidente de Cáritas Aragón, Carlos Gómez-Bahillo, en un momento de recuperación en España, mientras un sector aumenta su capacidad económica, hay otra realidad, que es la que presenta el Informe Foessa, que reconoce esa desigualdad y dualidad social. Además, entre otros aspectos destacados, refleja que el empleo ya no garantiza el bienestar ni la inclusión.
En el Informe Foessa de 2025 en Aragón han participado 586 hogares y ha dejado clara una fragmentación social inédita, en palabras de Gómez Bahillo. Y es que el 22,9% de la población de Aragón vive en situación de exclusión social. Se incluyen en ese porcentaje quienes sufren procesos de exclusión severa (10,8%) y de exclusión moderada (12,1%).
De esta forma, Aragón ofrece un deterioro general con respecto al resto del país, aumentando la incidencia de la exclusión social un 10,3 desde 2018, que vienen a ser 140.000 personas más. Sin embargo, todavía es más preocupante la cifra de personas que sufren exclusión social severa: se ha duplicado (entre 110.000 y 179.000).
Durante su presentación, el técnico de Estudios Sociales de Cáritas Española, Pedro Fuentes, ha manifestado con claridad una idea: “No fallan las personas, falla el sistema”. En ese punto, ha expuesto que 3 de cada 4 hogares que sufren exclusión severa trabajan, buscan trabajo o hacen planes de exclusión.
Indicadores de exclusión
Foessa mide la exclusión con 37 indicadores, que remiten en tres ejes (político, económico y relacional) que observan dimensiones como la vivienda, el empleo, la salud, el aislamiento o la participación social.
La principal problemática de exclusión social en Aragón es la vivienda, que afecta a tres de cada diez personas (31,1%), duplicando casi su incidencia.
En este punto, Pedro Fuentes ha expuesto que un 15% de la población queda con un ingreso por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagado el alquiler o hipoteca. Por otro lado, alrededor de 237.000 personas están en una situación de vivienda insegura o de vivienda inadecuada.
Así pues, es evidente que la vivienda “es el cuello de botella de una integración social en Aragón y debe convertirse en un pilar del bienestar”.
Presentación del informe. E.E.
Por ello, el técnico de Cáritas ha defendido que es “crucial superar medidas paliativas y avanzar una estrategia estructural que priorice el derecho a la vivienda sobre su valor de mercado”. “Sin una política de vivienda seria, la mejora económica nunca se va a traducir en integración social”, ha añadido.
Por otro lado, se encuentra el factor empleo y que tener uno ya no es sinónimo de inclusión. Los datos de ocupación son positivos en Aragón en los últimos años, pero las situaciones de exclusión social en este ámbito afectan a un 11,8% de los hogares y a un 15% de la población aragonesa. Es decir, hay 66.100 hogares que hacen frente a la exclusión social en esta dimensión.
Desde Cáritas han concretado que se trabaja más y mejor, pero hay personas que trabajan y están excluidas porque crecen los empleos de baja cualificación y malas condiciones. Además de que el aumento de los salarios no equivale al aumento del coste de la vida.
El incremento también es muy marcado para la dimensión de la salud, con una incidencia que pasa del 7,4% al 18,8%. En este ámbito, tanto en Aragón como en España, la principal dificultad es la insuficiencia de medios económicos para acceder a tratamientos o productos sanitarios, que afecta al 12,9% de los hogares en Aragón y al 10,5% en España.
Perfiles
La situación ocupacional de la persona que encabeza el hogar y el nivel de pobreza constituyen las dos variables que en mayor medida modulan el riesgo de enfrentar procesos de exclusión en Aragón: más de nueve de cada diez personas que pertenecen a un hogar encabezado por alguien que busca empleo se encuentran en situación de exclusión social, y tres de cada cuatro personas en hogares en riesgo de pobreza se hallan en exclusión social.
Junto al tamaño del hogar, la nacionalidad (condición administrativa) y el origen (procedencia) también constituyen variables determinantes del riesgo de exclusión social. Por otra parte, una de cada tres personas menores de 18 años en Aragón enfrenta procesos de exclusión social.
En cuanto al modelo de garantía de ingresos, el informe Foessa concluye que la cobertura de la renta mínima aragonesa se ha reducido desde la entrada en vigor del IMV.
El trasvase de personas beneficiarias desde las rentas mínimas autonómicas a la prestación estatal ha liberado el 11% del gasto de las comunidades autónomas en sus rentas mínimas. En Aragón se ha pasado de una inversión en rentas mínimas de 48 millones de euros en el año 2020 a menos de dos millones en el año 2023, lo que supone una reducción de más del 96%.
En este punto, desde Cáritas han reconocido que en 2019 fueron más de 19.000 personas las que recibieron el IMV, mientras que en 2024 ha llegado a más de 50.000.
Esperanza del futuro
El informe describe un modelo social agotado, que produce desigualdad, precariedad y fractura. Vivimos en una sociedad que desgasta tanto a las personas como al planeta.
Aun así, el informe también identifica semillas de esperanza en la acción y el desarrollo de las redes comunitarias, los movimientos sociales y las prácticas cotidianas de solidaridad.
Así pues, el presidente de Cáritas Aragón ha señalado que ve la solución en las políticas públicas ambiciosas de aquí a 30 años. “Las grandes diferencias sociales nos afectan a todos. Una sociedad dividida es una sociedad que no progresa”, ha finalizado.