Una joven de Chimillas llenando una olla de agua embotellada.

Una joven de Chimillas llenando una olla de agua embotellada. E.E Zaragoza

Huesca

El calvario de Chimillas, Alerre y Banastás llegará a su fin en 2026: tendrán agua potable después de 33 años

La nueva red de abastecimiento presenta todavía algunas deficiencias ante las que se comenzará a trabajar la próxima semana.

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Zaragoza
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Las obras de la nueva red de abastecimiento (finalizada en octubre de 2024) que debía garantizar agua potable a los municipios de Chimillas, Banastás y Alerre, en Huesca, presentan todavía algunas deficiencias. La previsión, según señalan desde la Diputación de Huesca, es que el servicio no se active por completo, por lo menos, hasta dentro de "bastantes meses".

Los problemas se concentran "especialmente" en Banastás, localidad con una cota más alta que dificulta la llegada del agua. También en Chimillas, donde se han detectado fallos en la electroválvula que deberá cambiarse por otra nueva.

Estas son las incidencias que han trasladado desde los tres municipios afectados a los técnicos y al diputado de obra, Álvaro Bescos. Lo han hecho en una reunión celebrada este jueves entre todas las partes que buscaba poner solución a los problemas detectados y han programado un nuevo encuentro para el próximo jueves.

En esa reunión se determinará la cuantía de un contrato menor que permitirá acometer todas las reparaciones necesarias. Además, se pretende monitorizar la nueva red de abastecimiento para supervisar que la obra está completamente operativa.

La previsión es que, tras estos trabajos, el suministro de agua potable ya llegue de manera completa a los municipios. Algo que se dará ya a mediados o incluso finales del 2026, según apuntan desde la Institución, Asimismo, aseguran que se trata de una obra "compleja" y "con un largo periodo de adaptación" antes de que se ponga en marcha la red.

Un problema histórico

El acceso a agua potable ha sido un desafío crónico para los habitantes de Chimillas durante más de 30 años. María Victoria, residente del municipio, relataba a este diario que el agua "lleva siendo cancerígena desde 1993".

Actualmente, los vecinos reciben garrafas de 20 litros de agua embotellada a domicilio, con un coste aproximado de 50 euros mensuales, además de abonar la factura municipal de agua, que supera los 90 euros.

La situación se repite en Banastás y Alerre. Los altos niveles de nitratos, superiores a los 50 mg/l permitidos por la OMS y la normativa europea, hacen que el agua no sea apta para consumo, con especial riesgo para bebés y mujeres embarazadas.

La DPH inició en 2023 la construcción de la nueva red con una inversión de 645.000 euros, financiada en un 80% por la Diputación y en un 20% por la Mancomunidad de Aguas de los tres municipios. Aunque las obras finalizaron en octubre de 2024, los vecinos reclaman que llevan "más de un año sin información clara" sobre la conexión definitiva del suministro.