Así está la zona afectada por el incendio de Ateca, tres años después

Así está la zona afectada por el incendio de Ateca, tres años después

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La lección aprendida de los megaincendios: "La atención psicológica de las personas está al mismo nivel que la extinción"

Los incendios de Ateca y Añón de Moncayo en 2022 quemaron 20.000 hectáreas y obligaron a desalojar a unas 3.000 personas.

Desde entonces, la atención psicológica y social de los vecinos se aborda en estas catástrofes al mismo nivel que la extinción del fuego.

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Zaragoza
Publicada

El verano de 2022 fue especialmente trágico para dos comarcas aragonesas. Las localidades de Ateca y Añón de Moncayo, y todos sus alrededores, sufrieron dos macroincendios forestales que calcinaron unas 20.000 hectáreas y que obligaron a desalojar a miles de vecinos de los municipios más cercanos al fuego por el riesgo de que las llamas y el humo entraran en los municipios.

Fueron tratados como incendios de sexta generación, en los que se juntan la atmósfera muy caliente y cargada de energía con bosques muy secos y con mucho combustible. Se juntaron los ingredientes perfectos para que se propagaran a toda velocidad y con una fuerza inusitada en muy pocas horas.

Esos fuegos marcaron un antes y un después también para el sistema de emergencias de Aragón, siempre preparado y perfectamente coordinado para atender este tipo de crisis. Desde entonces, se ha puesto especial énfasis en la atención psicológica de los vecinos, sobre todo los desalojados, conscientes de los duros momentos que se tuvieron que pasar.

Así lo recuerda Miguel Ángel Clavero, jefe de servicio de Seguridad y Protección Civil en aquellos años, y que coordinó la lucha contra aquellos incendios. “Trabajamos y reforzamos la colaboración con los trabajadores sociales y psicólogos. Aprendimos que la colaboración de la parte de intervención, que son bomberos, UME e Infoar, con la atención psicosocial y logística de las personas están en el mismo nivel de responsabilidad”, señala.

Así está la zona afectada por el incendio de Ateca, tres años después

Así está la zona afectada por el incendio de Ateca, tres años después

En total, fue necesario evacuar a 3.000 personas de sus casas en localidades como Moros, Villalengua o Trasmoz, entre otras, a quienes había que garantizar su mantenimiento, con la ayuda de Cruz Roja. “Supone poner en marcha un dispositivo de logística con albergues y avituallamiento y atención sanitaria, psicológica y social, por lo que supone estar lejos de sus casas, preguntando qué va a ocurrir o intentando volver a sus casas. Son situaciones complicadas”, recuerda Clavero.

Del mismo modo, desde entonces, el Gobierno de Aragón apostó por reforzar el sistema de logística, dados los problemas que existieron para albergar a un número de personas tan importante. “Ahora mismo tenemos montada una unidad de logística específicamente para atender a este tipo de emergencias, no solo incendios forestales”, explica.

“No se ha vivido nunca nada similar”

El primer gran incendio que atemorizó a la Comunidad en aquel trágico verano de 2022 fue el declarado en Ateca el 18 de julio, y que llegó a calcinar más de 14.000 hectáreas en once municipios como Alhama de Aragón, Bubierca, Cetina o Contamina. De hecho, llegó a cortar durante casi día y medio el tráfico de la A-2.

Su alcalde, Ramón Cristóbal, recuerda los momentos preocupantes que se pasaron aquellos días de incertidumbre y miedo por lo que podía pasar. “Los vecinos no habíamos vivido nunca una situación similar. Se mezclaban muchos sentimientos”, revive emocionado tres años después.

Aquel fuego se originó por una chispa de una de las máquinas de la empresa Land Life Company que estaba realizando trabajos de restauración ambiental. El Gobierno de Aragón puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía, y, a día de hoy, se continúa a la espera de juicio.

Mientras, los técnicos del Gobierno aragonés siguen trabajando en recuperar la zona, que se está restaurando de forma lenta y paulatina, esperando ver avances a partir de los próximos años. “La zona quemada se está recuperando relativamente bien. Los técnicos consideran que se puede recuperar de forma natural la zona afectada, pero hay que esperar unos cuantos años”, expone Cristóbal.

“Los recuerdos todavía están latentes”

Mientras, este fin de semana se cumplen también tres años del otro megaincendio que azotó a Aragón en aquel trágico verano, el declarado en Añón de Moncayo y que llegó a las inmediaciones del Parque Natural. Un cambio en el viento evitó que entrara en uno de los parajes más bellos y ricos del patrimonio aragonés.

Su alcalde, José María Vijuesca, todavía tiene latentes aquellos días en la memoria. “Nos tocó sufrir duramente. Aún existen recuerdos bastantes frescos. Hay sitios que todavía siguen quemados y, cuando los ves, vienen a la mente todo el mal rato, dificultades, trabajo y la solidaridad de los vecinos”, señala.

La particularidad de ese incendio es que se desató a una velocidad mayúscula, recorriendo 20 kilómetros en apenas unas pocas horas y quedando a las puertas de Borja, una localidad de más de 5.000 habitantes. “Unos cables de un poste eléctrico generaron la chispa y se desencadenó todo. Como había rachas tan violentas de viento, era imposible pararlo. La maleza ardió a una velocidad terrible. Fue un verdadero infierno”, recuerda.

Esa misma tarde, el operativo antiincendios obligó al desalojo de Añón de Moncayo. Y los vecinos se volcaron, sobre todo con la evacuación de la residencia de ancianos. “Cuando la Guardia Civil me lo dice, mi primera reacción es decir ‘¿a dónde vas?’. En la parte baja del pueblo se quemaron cinco o seis casas y una decena de corrales. Lo más difícil fue desalojar la residencia, pero la gente se volcó con sus coches particulares para sacar a los abuelos del pueblo”, destaca Vijuesca.