Los alcaldes, concejales y representantes de las denominaciones de origen, con el director de EL ESPAÑOL DE ARAGÓN.

Los alcaldes, concejales y representantes de las denominaciones de origen, con el director de EL ESPAÑOL DE ARAGÓN. E. E.

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El vino se afianza como motor turístico en Aragón: "Se está convirtiendo en una auténtica vía de desarrollo"

Zaragoza, Cariñena y representantes de las principales DO de la Comunidad repasan con EL ESPAÑOL DE ARAGÓN los retos y oportunidades del sector.

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El vino se ha convertido en un auténtico motor turístico en Aragón. Grandes citas como el Festival de la Garnacha que organiza el Ayuntamiento de Zaragoza o el título de Ciudad Europea del Vino conseguido por Cariñena lo han consagrado como un eje más de la oferta turística de la Comunidad. Las posibilidades son infinitas, y más si se tiene en cuenta su potencial para mover la economía, ya sea con catas, charlas o congresos, y para llevar la ocupación y el ticket medio de los alojamientos, bares y restaurantes del territorio a nuevos niveles.

Para profundizar en el auge de este recurso, EL ESPAÑOL DE ARAGÓN ha reunido a representantes de Zaragoza y Cariñena y las denominaciones de origen de Calatayud, Somontano y Cariñena en un nuevo foro que deja claro que ‘Aragón’ y ‘vino’ maridan a la perfección.

Para Antonio Ubide, presidente de la DO Cariñena, el enoturismo puede jugar un papel clave a la hora de promocionar las bodegas y el patrimonio de la Comunidad. “Es capaz de generar otros atractivos y posibilidades tanto para el territorio como para las propias empresas”, comenta.

Foro EL ESPAÑOL DE ARAGÓN: el vino como motor turístico

En torno a esta nueva forma de hacer turismo, completa Francisco Berroy, presidente de la DO Somontano, han ido surgiendo hoteles rurales y “ha crecido la oferta”, convirtiéndose en una vía de desarrollo para las comarcas.

Ciudades como Zaragoza han estado siempre muy ligadas al vino, pero gracias a propuestas como el Festival de la Garnacha, esa relación es ahora más sólida. Quien lo dice es Félix Brocate, portavoz del Ayuntamiento. “Cada vez hay más necesidad de socializar y estar en la calle, y el vino te permite dar a conocer la cultura y las bondades de la ciudad”, agrega.

Cariñena también llevaba años soñando con ser Ciudad Europea del Vino, un deseo que este 2025 se ha convertido en realidad. “En 2019 competimos para tratar de alcanzarlo, pero no pudo ser. Para este tenemos un programa muy intenso de actividades vinculadas a la cultura, el arte y el deporte. Algunas serán exclusivas de este año, pero otras se quedarán fijas en la programación del Ayuntamiento”, avanza Sergio Ortiz, alcalde de la localidad.

En los últimos años, la economía de la zona se ha ido diversificando. “Parecía que estábamos dando un poco la espalda a la cultura del vino, pero queremos reivindicarnos como lo que somos: la Denominación de Origen más antigua de Aragón y una de las más antiguas de España”, apunta.

Todas estas iniciativas, afirma Miguel Arenas, presidente de la DO Calatayud, son siempre bienvenidas, ya que tienden a tener un efecto multiplicador que repercute en el conjunto del territorio. “Una de las grandes funciones de una Denominación de Origen es hacer promoción. Si te viene dada o propuesta desde fuera es un plus. Estamos en un momento en el que esas campañas tienen que ser más fuertes que antes, porque el consumo se ha estancado”, advierte.

La principal ventaja, coinciden unos y otros, es que las denominaciones de origen “han madurado” y, aunque cada una tiene sus peculiaridades, son “muy bien avenidas”. Esto facilita la promoción dentro y fuera de la Unión Europea, una vía que, según Ubide, convendría seguir potenciando en los próximos años para reducir los costes y mejorar la eficiencia. “Te garantiza un mayor impacto para llegar a tu cliente potencial”, señala.

Un ejemplo es el Festival de la Garnacha, que reunirá a 21 bodegas de las DO de Calatayud, Campo de Borja y Cariñena. “Cuando haces algo en la ciudad y en un espacio como el parque de Macanaz, la gente responde. Va a ser un antes y un después. Además, cuando se organizan actos de este tipo es que han llegado para quedarse. Ocurrirá seguramente como con el Zaragoza Florece. Fue una intención y ahora es algo absolutamente imprescindible”, remarca Brocate.

El perfil del turista

Los turistas que visitan Aragón por sus vinos suelen ser personas con un poder adquisitivo medio-alto; gente a la que le gusta consumir buena gastronomía, visitar bodegas, comprar vino y alojarse en buenos hoteles. En los últimos años, el sector no ha parado de crecer. “En este momento estamos en tres millones de enoturistas al año. Son cifras que hemos recuperado respecto a las que había antes de la pandemia. El impacto directo, siendo muy conservadores, es de unos 102 millones de euros por ejercicio”, detalla Sergio Ortiz.

La creciente popularidad de las catas de vino es una de las principales razones detrás del auge del enoturismo. Solo en Aragón, las cuatro rutas del vino suman ya más de 300.000 visitantes. “Muchos no vienen porque les gusten nuestros vinos ya de entrada, sino porque visitan por primera vez una bodega y los prueban”, agrega.

Esta misma semana ha habido un congreso de las Federaciones Autonómicas de Golf que hizo una parada en el Monasterio de Piedra y, posteriormente, en Calatayud para tapear y conocer los caldos de la Comunidad, un ejemplo de las grandes oportunidades que encara el sector.

¿Quién bebe vino?

Es una de las grandes preguntas que se hace el sector: ¿quién bebe vino? Y sobre todo, ¿quién lo hará dentro de unos años? Los empresarios tienen asumido que no termina de encajar entre la gente joven tan rápido como antes. “Siempre ha costado, pero ahora, más. El culto al cuerpo hace que empiece a dejar de haber un consumo normal de diario y pase a otro de fin de semana o de festivo. Al ser pequeñas empresas no podemos hacer grandes campañas de comunicación, y todo esto está llevando a que el consumo del vino decaiga”, dice Antonio Ubide.

El reto no es sencillo. “Nos tenemos que acostumbrar a este hábito. Nosotros somos de una generación en la que nuestros padres tomaban el vino cuando eran jóvenes como parte de su alimento, como una aportación energética cuando trabajaban en el campo. Eso lo hemos vivido, pero nuestros hijos no. En todo caso, hay que ponerle un punto de optimismo. A ellos también les gusta el buen vino. Lo que tendremos que hacer es empezar a ajustar nuestras producciones a lo que el mercado nos demanda. Si lo que piden son vinos más afrutados o algo más fáciles de beber tendremos que ir evolucionando hacia eso”, razona Francisco Berroy.

Para Brocate, lo que se necesita es hacer pedagogía. “Hay que explicar que el vino, en su justa medida, tiene unos valores extraordinarios para el cuerpo. Muchos de los que practican deporte, cuando terminan de hacerlo, se van a tomar un vino o una cerveza. Lo que ocurre es que hay que hacerlo con moderación”, subraya.

Imagen exterior

Los vinos de Aragón, coinciden los participantes, son “extraordinarios” y “no tienen nada que envidiar a otras denominaciones de origen”. “Pero muchas veces, cuando pides uno en un bar o un restaurante de la Comunidad, las opciones que te dan no son las aragonesas, y eso es triste”, admite Sergio Ortiz.

Las referencias de la tierra son, incluso, más económicas que otras, y en las catas a ciegas suelen ser imbatibles, pudiendo pelear “con cualquier otra que valga tres veces más”. “Cuando dices que la botella cuesta seis euros se quedan sorprendidísimos”, aseguran.

La gran meta es que todas esas personas se conviertan en prescriptores y recomienden los vinos aragoneses a sus conocidos dentro y fuera de la Comunidad. El camino, en cualquier caso, no va a ser fácil. Las propias leyes europeas son, en ocasiones, un impedimento. El sector apostó hace ahora 15 años por la autorregulación con mensajes instando a beber con moderación. Sin embargo, cuenta el presidente de la DO Cariñena, ahora “está a punto de salir una norma que va a impedir que se haga ningún tipo de publicidad en la calle”.

“Va a ser un caos. No vamos a estar presentes en parte de la hostelería ni en los escaparates que den a la calle, es una persecución constante por parte de determinadas administraciones. Parece que seamos una droga, y cada dos o tres años tenemos que hacer frente a cambios de etiquetaje”, lamenta.

El futuro del sector

La Denominación de Origen Somontano seguirá mirando al mercado nacional para mantener sus cifras, todo un reto teniendo en cuenta que “cada comunidad autónoma tiene sus propios vinos”. También mirará hacia afuera. Especialmente, a los países que no producen vino, donde hay más posibilidades de crecimiento.

En Calatayud, directamente, no pueden mirar más al mercado extranjero, ya que ya exportan en torno al 85% de la producción total. No renuncian, en todo caso, al cliente nacional, un escenario en el que la competencia “es cada vez más importante”.

El objetivo de las bodegas aragonesas es “estar en todos los sitios donde esté el posible consumidor”. “La cultura del vino está retrocediendo en Europa, pero en Brasil, Sudamérica y parte de Asia va en aumento. Hay muchos mercados por abrir. En Brasil, el consumo está creciendo entre un 18% y un 20% al año y en México, de un 15% a un 22%”, declara Ubide.

Esto tiene mucho que ver con el nivel de renta. “En el momento en que una parte de la población adquiere un nivel determinado accede a la cultura europea de la gastronomía, y ahí entra el vino”, completa.

Música y gastronomía

Los caldos aragoneses serán, también, el motor del festival Divino de Cariñena, con el que se buscará un acercamiento de los jóvenes a la cultura del vino. También habrá comedia, con monologuistas de la talla de J. J. Vaquero. “La idea es que el festival se quede ya para los próximos años”, adelanta su máximo responsable, Sergio Ortiz.

A la lista de actividades se unen los cursos extraordinarios de la Universidad de Zaragoza, que también podrían tener continuidad. El objetivo es que Cariñena siga siendo la ciudad del vino que nunca ha dejado de ser, independientemente del título, y continuar profundizando en la relación con el resto de municipios. Una de las ideas que están empezando a poner en marcha, adelanta el regidor, es organizar una prueba deportiva de barricas "como la que se hace en la Toscana italiana o en Vitoria" que implicaría a los ayuntamientos de Borja, Barbastro, Calatayud y Cariñena.

Cualquiera excusa es buena para congeniar, y el deporte es una maravillosa”, asegura Brocate, titular de este área en el Ayuntamiento de Zaragoza.

En su opinión, los aragoneses deben ser “los mejores embajadores de lo nuestro”. “No tenemos que esperar a que nos valoren. Nosotros somos los que mejor nos tenemos que valorar, y ahora, hasta el 8 de junio, tenemos una oportunidad importantísima”, agrega en relación al Festival de la Garnacha. “A partir de ahí tenemos que ir creciendo mucho más y colaborar con todas aquellas entidades con las que tenemos sinergias. Con pedagogía, sentido común y haciendo las cosas bien, el vino forma y formará parte de nuestra cultura y nosotros seremos sus mejores embajadores”, remarca.