Yolanda Morales y Fernando Elosúa, enfermos de covid persistente
Yolanda y Fernando, enfermos de covid persistente: "Desde hace cinco años ya no somos los mismos"
Más de 2.000 personas han sido diagnosticadas con covid persistente en Aragón, pero se estima que son "la punta del iceberg".
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Yolanda, Fernando, Delphine... son parte de una enfermedad "invisible" que ha dejado la pandemia sanitaria de la covid-19. Cinco años desde que el SARS-CoV-2 dejara millones de muertos en el mundo y obligara a tomar decisiones tan drásticas como decretar el estado de alarma un 14 de marzo de 2020 en España, los efectos siguen presentes en la sociedad. Parte de esos efectos se reflejan en las 2.007 personas que padecen covid persistente y que conviven en su día a día con esta patología.
Fernando Elosúa forma parte de ese número. Este paciente se contagió de covid en octubre de 2020: "Lo pasé con síntomas leves, un poco de molestias y fiebre, pero podía volver a trabajar", recuerda. Sin embargo, el 1 de diciembre de ese mismo año tuvo que volver al médico porque no podía andar: "Prácticamente me caía al suelo porque no aguantaba, no podía respirar bien y estaba agotado", señala. No fue hasta octubre de 2021 cuando fue reconocido como paciente de covid persistente.
Así, en un inicio su médico le dio la baja por astenia ante el desconocimiento de la enfermedad: "Decías que estabas cansado, que te dolían los músculo y pensaban que estaba relacionado con la covid, pero no se sabía que me ocurría exactamente", explica. De esta manera, se fueron sucediendo las bajas por astenia, depresión y a los 18 meses llegó a una acuerdo con la empresa para finalizar su contrato. Desde entonces, hizo un intento de volver a trabajar como autónomo tras acabar el paro después de dos años. Sin embargo, desde mayo de 2024 se encuentra de baja de nuevo.
"He llegado a perderme en mi casa. Estar en el salón y no saber ir a mi cuarto. En ese momento te bloqueas y no sabes"
Fernando Elosúa
Ante los síntomas que presenta, señala que en su caso vive con muchos dolores musculares, insomnio, dolores de cabeza, pérdida de memoria, de concentración, problemas para leer: "Es como si nos hubieran echado encima 25 o 30 años". La covid persistente ha afectado en su mayoría a población de mediana edad que mantenía una vida activa. En su caso, Fernando ha pasado de hacer 10.000 pasos en cuestión de tres horas a que le suponga "un récord" llegar a los 3.000. "Te esfuerzas por tu familia y amigos en salir de casa, hacer cualquier actividad, pero sabes que cuando llegas a casa vas a estar al día siguiente mal", recalca.
Parte invisible de esta enfermedad son las afecciones cognitivas ya que no son visibles a los ojos del resto. Sin embargo, este paciente destaca que el "cansancio mental es más fuerte": "Haces el esfuerzo de seguir conversaciones, pero te agota y eso seguidamente te da el físico". Así, señala que la lectura en muchas ocasiones supone un reto ya que a veces se pierde y no es capaz de recordar lo que está leyendo. "Siempre lo cuento pero he llegado a perderme en mi casa. Estar en el salón y no saber ir a mi cuarto. En ese momento te bloqueas y no sabes", reconoce el zaragozano.
Fernando Elsoúa contagiado de covid en octubre de 2020 junto a la escultura en honor a la víctimas de la pandemia
Por todo ello, admite sentirse "rechazado" ante aquellos que reniegan de la existencia de la covid y, en particular, de la covid persistente. La asociación Long Covid Aragón ha supuesto un cambio y un esfuerzo colectivo para que se les reconozca. Además de ser la voz que sirve para dar voz a su situación, Fernando reconoce que la pertenencia a la asociación supone verse entendido: "Es estar con gente que sabe lo que tienes, no tienes que justificarte en ningún momento".
"Te da un alivio y es un gran apoyo", agradece Yolanda Morales. Esta mujer de Zaragoza tenía 45 años cuando se contagió de la covid-19 en octubre de 2020 y no fue hasta un año más tarde que le diagnosticaron covid persistente por un médico cardiólogo del Hospital de Calatayud. En su caso, las taquicardias desarrolladas después de contagiarse propiciaron su diagnóstico. Sin embargo, el resto de síntomas como cansancio, síncopes, pérdida de apetito o niebla mental, desmayos "lo achacaban un poco a temas de salud mental".
"No podía ni salir de casa porque me desmayada y era muy invalidante"
Ante la falta de diagnóstico claro en ese aspecto, Yolanda reconoce que tuvo que irse y pagar una clínica privada en Santurtzi, en el País Vasco, para tener un diagnóstico y demostrar que sufría disautonomía: "Como era algo nuevo muchos médico son negacionistas y no quieren ver que tienes esos síntomas y que se puede achacar a la nueva enfermedad", señala.
De esta forma, se pudo someter a una rehabilitación cognitiva que le permitiera volver a ejercer de enfermera. Aunque para ello tuvo que estar dos años de baja ya que "no podía ni salir de casa porque me desmayada y era muy invalidante". Así, gracias a un cambio de puesto de Urgencias a un centro de salud ha podido seguir ejerciendo su profesión algo que reconoce que es "una suerte". Aunque la ejerce con gran esfuerzo: "Lo pagas con fatiga extrema, dolor de cabeza, tu cuerpo no aguanta y sufres de dolores articulares", explica.
Por todo ello, ve como un gran paso la reciente apertura a finales del 2024 de las consultas monográficas de post-covid que se encuentran en el Hospital Grande Covián de Zaragoza: "Es un paso adelante porque nos da la oportunidad de que podamos recibir un tratamiento o por lo menos un seguimiento".
"Tuvimos que trabajar nosotros mismos para dar visibilidad a la enfermedad"
Lucha y reconocimiento
Estos casos y los otros más de 2.000 diagnósticados son "la punta del iceberg" para Delphine Crespo, presidenta de la Asociación Long Covid Aragón. Según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre un 10% y un 20% de la población desarrolla síntomas a medio y largo plazo a causa de la covid-19. Delphine hace balance de estos cinco años como un "lucha": "Tuvimos que trabajar nosotros mismos para dar visibilidad a la enfermedad en los inicios, sino hubiéramos caído en el abandono más total y completo", recalca.
La presidenta bromea que fueron "muy aragoneses" para conseguir lograr cada "hito" que han conseguido como la declaración institucional sobre covid persitente que apoyó todos los partidos parlamentarios de las Cortes de Aragón el pasado junio de 2024 o el reconocimiento médico: "Se ha mejorado mucho en el sentido que ya no nos toman por iluminados como cuando llegamos en el 2020", señala. Aunque no pierden la esperanza de encontrar tratamientos para una cura o aunque sea para mejorar su calidad de vida.