Igor, alumno de la Escuela Oficial de Idiomas de Torrevieja.

Igor, alumno de la Escuela Oficial de Idiomas de Torrevieja.

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Igor lleva cuatro años en Torrevieja tras salir de Ucrania: "Tengo amigos de todas las nacionalidades y aquí soy feliz"

El ucraniano se encuentra cursando el nivel C1 de español en la Escuela Oficial de Idiomas, sin poder pasar al C2 debido a su supresión en la localidad.

Más información: Somos belgas y así nos hemos integrado en Torrevieja: "Nos ha cambiado la vida"

Alicante
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Hace cuatro años, Igor llegó a Torrevieja desde Ucrania, justo un año antes de que estallara la guerra en su país.

Desde entonces, su vida ha girado en torno al aprendizaje del español y a una profunda integración en la cultura local.

Alumno de nivel C1 en la Escuela Oficial de Idiomas de Torrevieja, Igor se ha convertido en un ejemplo de entusiasmo y dedicación, tanto en clase como fuera de ella.

Ganas de aprender

Su profesora, Patricia de la Cavada Fernández Coronado, destaca su pasión por la lengua: "Está tan motivado que me escribe a todas horas con dudas, compartiendo chistes y cazando errores gramaticales. Su aprendizaje no se limita al aula: lo vive en su día a día".

El interés en el idioma para Igor va tan en serio que su deseo es sacarse el título de C2, aunque ya no lo podrá hacer en Torrevieja a consecuencia de los recortes que han eliminado la clase a este nivel de estudios.

Más allá de lo académico, la experiencia en Torrevieja ha supuesto para Igor un espacio de libertad y crecimiento personal.

Vida en Torrevieja

Residiendo con su pareja, ha experimentado la diversidad y aceptación que ofrece España frente a las restricciones sociales aún presentes en Ucrania, especialmente en cuestiones de orientación sexual.

"En mi país, en pueblos pequeños es difícil vivir libremente, aquí en cambio puedo hacerlo con normalidad y pasear de la mano con mi novio", confiesa.

La Escuela Oficial de Idiomas también ha sido clave en este proceso. En clase no solo se abordan aspectos lingüísticos, sino también culturales, lo que ayuda a los estudiantes a comprender la sociedad española y evitar choques culturales.

Igor, que proviene del sur de Ucrania, una región que describe como más "abierta y sociable", se siente identificado con el carácter extrovertido de los españoles: "Somos muy similares, muy de hablar y de cachondeo".

Eso, sumado a su iniciativa para hacer amigos de distintas nacionalidades, le ha permitido integrarse rápidamente.

Aunque actualmente no puede trabajar debido a su situación administrativa, espera poder hacerlo el próximo año cuando cambie su permiso de residencia.

Mientras tanto, dedica tiempo a estudiar, a participar en la vida cultural y a fortalecer su red de amistades. "Tengo amigos de todas las nacionalidades y aquí soy feliz", afirma con convicción.

Cuando se le pide que resuma en una sola palabra su experiencia en la escuela, no lo duda: "Muy guay", con una sonrisa.

Una expresión sencilla que refleja no solo su progreso lingüístico, sino también el vínculo afectivo que ha creado con sus compañeros, profesores y con Torrevieja, la ciudad en la que hoy se siente en casa.