
Adam Richard, junto a sus dos hijas en la Semana Santa de Torrevieja.
Adam Richard, el británico que revoluciona la Semana Santa de Torrevieja: "Siento orgullo al recorrer las calles con el trono"
Tras más de tres décadas viviendo en España, asegura considerar este municipio como su "verdadero hogar".
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Hacen ya más de tres décadas que Adam Richards llama "hogar" a la Costa Blanca.
Británico de nacimiento y español de corazón, este entrenador personal y propietario del gimnasio Rebe11ion Fitness de Rojales ha construido en Torrevieja no solo su vida familiar y profesional, sino también un vínculo profundo con las tradiciones locales, especialmente con una de las más arraigadas: la Semana Santa.
Hace casi 35 años, Adam llegó a España, una primera estancia que se convirtió en su lugar definitivo de residencia tras enamorarse de una española, con quien tiene "dos hijas preciosas" en la actualidad.
A lo largo de los años, Adam sentía cómo se iba adaptando poco a poco a la cultura española: "Siento que este es mi verdadero hogar", asegura con sinceridad en una conversación con este periódico.
Un proceso de integración que el británico ha vivido con tanta naturalidad que forma parte en la actualidad de una de las fiestas más importantes de Torrevieja.
Pasión por la Semana Santa
Hace 15 años, se unió a una de las cofradías más singulares del país:la Cofradía de británicos de la Semana Santa de Torrevieja. En aquel entonces, Adam era el miembro más joven del grupo, rodeado de jubilados ingleses que habían encontrado en la Semana Santa una nueva forma de integrarse en su país adoptivo.
A día de hoy, sigue siendo el más joven y observa con cierta preocupación el envejecimiento de sus compañeros y la falta de relevo generacional. "Hemos tenido que empezar a empujar el trono en lugar de cargarlo, porque ya no tenemos suficientes portadores para llevar el trono como antes", confiesa.
Aun así, no pierde la esperanza, pues Adam cree firmemente en el valor de transmitir la tradición, una convicción que le ha empujado a involucrar a sus hijas en la cofradía: "Quiero que vivan esta experiencia desde dentro, que la sientan como parte de su identidad", asegura.
Vestido con el traje nazareno, al ritmo del tambor y entre nubes de incienso, Adam no solo participa en las procesiones, sino que las vive. "Es difícil de explicar, pero cuando estás ahí, todo cobra sentido. Es un momento de orgullo, de respeto y también de unión", añade.
Su mirada hacia la Semana Santa es a la vez reverente y consciente. Para él, esta celebración representa una oportunidad privilegiada para adentrarse en la riqueza cultural y espiritual del país que lo acogió. "Hay que integrarse con humildad y respeto. Los españoles, en general, reciben bien a los extranjeros que lo hacen así", afirma.
Cuestión de voluntad
Desde la experiencia de Adam, la convivencia entre comunidades en Torrevieja es una realidad, pero con matices: "Conozco a muchos británicos que se esfuerzan por integrarse y a muchos españoles que los acogen con los brazos abiertos. Pero también hay personas que prefieren no mezclarse".
En tiempos donde el relevo generacional escasea y las tradiciones se enfrentan a nuevos desafíos, la historia de Adam Richards es un recordatorio de que la integración no solo es posible, sino profundamente enriquecedora. Y que, a veces, quienes llegan de fuera pueden convertirse en los guardianes más comprometidos de las costumbres locales.
"Participar en la Semana Santa me hace sentir parte de algo mayor. Y eso es un regalo que quiero preservar para mis hijas y para la comunidad", concluye el británico.