La provincia de Alicante está vinculada a muchas prácticas religiosas, la mayoría conocidas por locales y visitantes, pero esta zona del Mediterráneo también ha estado ligada al Maligno y al mundo de los exorcismos, con profesionales de la extracción del demonio del cuerpo humano que han actuado y aún operan desde la zona. 

Los poseídos alicantinos pueden estar, dentro de lo que cabe, tranquilos por contar con sacerdotes especializados en la materia. De hecho, el primer curso de Formación en España sobre el Ministerio del Exorcismo de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE), con sede en Roma, fue organizado en 2019 en Guardamar del Segura.

En el evento se reunieron párrocos de todas partes de España y llegados de América para "hacer frente a la creciente difusión del esoterismo, ocultismo y satanismo, así como la brujería en todo el mundo". En total, participaron 44 sacerdotes de diversas diócesis para formarse en este peculiar oficio.

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Uno de los consejos que se dieron es que si alguna persona sospecha que un familiar o conocido puede estar poseído, lo primero que tiene que hacer es comunicárselo al párroco, incluso directamente al obispo. Una vez que la diócesis conoce el caso, son los peritos especializados los que determinarán si padece una enfermedad psiquiátrica, o bien, se trata de una posesión diabólica. Y aclararon que el diablo no llega a meterse en el alma, pero sí que puede afectar a la persona.

Desde los edificios históricos también se protege a los alicantinos. Una campana de la Torre del Reloj del Ayuntamiento de Alicante tiene un exorcismo escrito en piedra que lanza a la ciudad cada hora para protegerla del mal. 

Otro factor que hace que Alicante tenga una especial relación con esta práctica es la Escuela de Exorcistas de Europa con sede Orihuela, cuyo rector es Manuel Adolfo Acuña, un sacerdote luterano reconocido por ser uno de los mejores exorcistas del mundo y ha ayudado a más de 1.200 poseídos a expulsar de su cuerpo entidades malignas. 

Autor de múltiples libros y publicaciones, alerta de la creciente salida de la clandestinidad del satanismo y rechaza series como Lucifer de Netflix por reproducir doctrinas del luciferismo. También es amigo del Papa y considera que el comunismo es "diabólico".

Exorcismo de Rosarito

Rosarito seguramente sea la persona que más ha dado a conocer el exorcismo en el territorio. Su saneamiento en la parroquia de San Blas a mediados de los años 80 fue tan espeluznante que aún se recuerda como uno de los episodios más señalados en la lucha contra el mal de todo el país. Más de media hora de grabación recoge gritos y maldiciones en diferentes idiomas que no paran en ningún momento. La joven permanece histérica durante un proceso con un alto nivel de sufrimiento que, se dice, le llevó a escupir babas de color verde.

El impactante documento fue revelado por el programa Cuarto Milenio. En el exorcismo se pueden oír las quejas de la alicantina, que por entonces tenía alrededor de 20 años, y frases como "¡no soy Satanás, soy su abuelo y me la llevo conmigo al infierno!", con constantes cambios de voz.

La claridad del audio registrado hace cuatro décadas permite interpretar oraciones pronunciadas por Rosarito. "Me quemo" es una queja recurrente, sin embargo, muchas otras palabras son imposibles de entender por ser lenguas desconocidas, aunque algunas interpretaciones encuentran semejanzas con el árabe. El párroco le dice "te conjuro Satanás", y Rosarito contesta con: "No la dejaré".

El sacerdote de la iglesia, Agustín Pérez Segura, fue el encargado de realizar el exorcismo, que se sumó a otros rituales hechos durante su trayectoria. El audio solo muestra los alaridos de una de las sesiones de un proceso que requirió de cinco intentos para liberar a la endemoniada. Según el programa, se siguieron los pasos indicados en el ritual romano del año 1999, un texto litúrgico utilizado en los exorcismos católicos.

El rito se realizó dentro de la iglesia en presencia del sacerdote, sus ayudantes y familiares de la poseída. Los diferentes tonos y timbres se asemejan en ocasiones a ruidos animales y hasta a llantos de bebés. De acuerdo con la tradición sobre el exorcismo, normalmente, son mujeres las que sufren la entrada del demonio. Aún se desconocen más datos de lo que se le hizo a la joven y a otras mujeres en la iglesia del barrio de San Blas para extraer a Satanás.