El todavía presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, debe pensar que la ciudad de Alicante no se merece una visita institucional de la máxima figura de la región que todavía cobra del erario público por ello. Por eso, ha sido el gran ausente en estas fiestas de Hogueras.

Realmente son pocos los que le han echado de menos. El problema ha sido el gesto, que termina de confirmar (para quien no le conociese) sus "costuras" políticas y personales. Durante los últimos cuatro años o incluso antes el PSPV-PSOE ha intentado por todos los medios trasladar el mensaje de que "Puig se vuelca con Alicante". Pero a la hora de la verdad, nada de nada: ni un centro de salud, ni la conexión del TRAM con la estación de Renfe, la pervivencia de alumnos de colegios públicos en barracones...

Lo último que sabemos del futuro senador territorial ha sido la concesión "post mortem" (política) de subvenciones a entidades soberanistas y catalanistas. Regar de dinero, como ha denunciando Miguel Barrachina, a sus aliados antes de perder la forma en el talonario autonómico. Legal es, pero también es el reflejo de la ética política de quien firma esas subvenciones a minorías excluyentes.

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Como digo, no es nada nuevo. Algunos hemos vivido en primera persona como durante los años del Botánico, el presidente autonómico ha despreciado proyectos vertebradores en favor de homenajes a los suyos. Allá cada cual, pero si el castellonense quiere tutelar el inevitable proceso de renovación de su partido mal hace olvidándose de la segunda provincia de Comunidad Valenciana.

El futuro presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tiene vía libre para devolver a su ciudad y a su provincia al sitio que debe ocupar. Ni más, ni menos. Con más de 1,8 millones de habitantes, Alicante es la quinta provincia de España. Pero es que demás supone más del 37% de la población de la Comunidad Valenciana. Por eso, merece al menos esa cantidad de recursos y ese peso político en el conjunto de la región.

Puig se ha llenado la boca durante años con su expresión "coser la comunidad", pero a la hora de la verdad sólo hay que haber acudido al encuentro anual de empresarios y comerciantes alicantinos -la Noche de la Economía Alicantina de la Cámara de Comercio- para observar cómo se le ha echado en cara el ninguneo continuo a los alicantinos.