Varios días después de haber pedido sanciones para las comunidades autónomas que rebajasen impuestos, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, hizo esta semana su propia propuesta de rebaja fiscal. Sin concreción, pero con un amplio eco en los medios de comunicación nacionales. Tanto que parece haber forzado al Gobierno central a hacer una propuesta alternativa.

Aseguran los líderes de sus socios de Gobierno, Compromís y Podemos, que estaban avisados. Pero eso no disminuyó su enfado inicial y sus amenazas de romper los acuerdos, después. Hasta que el viernes supimos por boca de la vicepresidenta del Consell, Aitana Mas (Compromís), que la propuesta necesitará el consenso del todo el Botánico.

¿No les resulta curioso que apenas dos días después del anuncio de Puig se postulase como candidato de Compromís el diputado nacional Joan Baldoví? Cinco meses antes de las hipotéticas Primarias que deben refrendar esa decisión personal. Pero los apoyos ya los tiene. Yolanda Díaz, Íñigo Errejón, el propio Puig, Joan Ribó...

¿Se está preparando Compromís por si Puig se la vuelve a jugar, como en 2019, y convoca las elecciones de forma anticipada este mismo otoño? Este es un rumor que corría por las bancadas de las Cortes Valencianas durante toda la semana. ¿Qué necesidad tenía Baldoví de ponerse a la cabeza del proyecto con Mónica Oltra todavía pendiente de su procesamiento definitivo acusada de encubrir desde su Conselleria los abusos sexuales a una menor de su exmarido, con quien todavía convivía?

Son muchos los factores que debería considerar Puig para anticipar los comicios autonómicos. Las encuestas (para el 9 de octubre se espera una); el desgaste de su Gobierno, y el de Pedro Sánchez; el efecto Feijóo; su propia imagen; la situación de sus socios.

Hasta ahora habíamos pensado que a Puig no le convenían unas elecciones en las que él fuese el foco mediático nacional. En ocho años, la Comunidad Valenciana no ha sido precisamente ejemplo de desarrollo ni de libertad, más bien al contrario. El sitio con más deuda, donde más impuestos se pagan o donde más restricciones hubo en pandemia. 

Pero ahora Puig trata de aparecer como "moderado" lanzando sus mensajes de rebajas fiscales y derivaciones de la sanidad pública a la privada para eliminar las listas de espera. Después de que sus políticas sanitarias hayan terminado por mandar a la cola de asistencia sanitaria el departamento de salud que mejor funcionaba en la Comunidad con gestión público-privada, Torrevieja. 

¿Le conviene al presidente valenciano una campaña ahora o dentro ocho meses con Isabel Díaz Ayuso como su gran antagonista? ¿Está Puig en disposición de recoger ahora todo el voto que las encuestas auguran que van a perder Compromís y Podemos en los próximos comicios?

El próximo mes de enero el presidente valenciano cumplirá 64 años y casi dos legislaturas al frente de la Generalitat. También habrá sumado 40 años en su carrera política, desde que fue elegido para las Cortes Valencianas en 1983. Desde luego, es algo que tiene que sopesar.