La playa del Postiguet en Alicante repleta de gente este domingo.
Los hoteleros alertan del riesgo para Alicante porque "los bolsillos del mercado nacional ya están al límite"
El presidente de Hosbec Fede Fuster avisa de que el auge del mercado internacional "no sería suficiente para compensar la pérdida".
Más información: Los comerciantes de Alicante, divididos ante el turismo masivo: "Miran, tocan, pero no compran"
El puente del 9 d'Octubre deja para los hoteles de la provincia de Alicante un mensaje muy claro. "Se ha cerrado el grifo" del turismo nacional. Fede Fuster, presidente de la patronal hotelera Hosbec, alerta del impacto de esta tendencia sobre la capacidad de gasto del mercado doméstico en la Comunitat Valenciana.
El poder adquisitivo de los españoles es el foco de la preocupación del sector. Y ahí Fuster es contundente afirmando a EL ESPAÑOL que en "el mercado nacional los bolsillos ya han llegado a su límite".
El límite de ese bolsillo, como concede, se debe también a unos precios mayores. Un aumento que justifica en "una inflación tremenda, de un aumento de costes muy importante", y que han impactado en las familias.
Esto ha hecho "más caros los vuelos, los trenes, los restaurantes, los hoteles… Toda la vida en general ha crecido mucho". Y recuerda otro contexto: la Comunitat Valenciana dejó de competir en precios hace tiempo. "Ya no somos un destino low cost, ni muchísimo menos. De hecho, nuestra estrategia pasa por competir por valor añadido", remarca.
El desplome del turismo nacional, que ya alertaban en julio desde Ineca, se ha compensado con el internacional. Este último, como prosigue Fuster, "tiene más capacidad de gasto". Los destinos que trabajan con extranjeros siguen registrando un buen desarrollo. "Aquellos lugares donde trabajan muy bien el mercado internacional aún hay más crecimiento," explica el presidente.
En la provincia de Alicante, además del predominante mercado británico, crecen otras nacionalidades. Fuster menciona a holandeses y belgas junto a un incremento en "el este de Europa, con Polonia" destacada. Todos ellos, reitera, con mayor capacidad adquisitiva.
La entrada del dinero extranjero, aunque bienvenida, no es una solución completa porque el mercado nacional es fundamental para la provincia. Es "prioritario", subraya, con porcentajes de mercado que supera el 50 % en la provincia.
Fuster advierte que el auge internacional "no sería suficiente para poder compensar la pérdida" del mercado nacional. Por eso puntualiza que no se atraviesa una bonanza económica: "No es verdad que estamos ganando más que nunca, no estamos ganando rentabilidad".
Fuster insiste en que la rentabilidad sigue estando por debajo de los niveles históricos. "Hoy tenemos rentabilidades por debajo de las que teníamos antes" de la crisis energética, subraya. Fuster pide cautela sobre el éxito aparente: "Estamos echando demasiado las campanas al vuelo con unos buenos resultados, pero ojo con la rentabilidad".
Costes e impuestos
¿Por qué no hay más rentabilidad? Fuster aprovecha aquí para arremeter contra la política fiscal en España. "Si el aumento de costes sigue descontrolado, si nos siguen subiendo las cuotas sociales, si nos siguen poniendo tasas, impuestos por respirar... Va a llegar un momento en que no vamos a ser competitivos y podemos tener un problema serio".
Y ahí asegura que el sector sufre por normativas innecesarias que incrementan costes. Por ejemplo, critica la obligación de tener "recepcionista de noche" en un hotel de cuatro estrellas, cuando en establecimientos pequeños de interior no sería necesario.
Fuster también menciona requisitos obsoletos como la obligación de tener "una sala de lectura y una sala de televisión" en hoteles de cuatro estrellas superior, espacios que los huéspedes no utilizan. Una muestra del control regulatorio que viven frente a los apartamentos turísticos, donde hay mayor libertad.
"Flexibilidad normativa"
Todos esos factores, como apunta, ha llevado a los hoteles a ajustarse al alza: "Estamos traspasando los costes a los precios en la medida de lo que se puede".
Y hay una solución a ello, Hosbec exige flexibilidad normativa. "Necesitamos tener cierta flexibilidad normativa que nos permita adaptar nuestro producto a las necesidades reales de empresas y de los clientes," concluye.