Las restricciones en la pandemia han dado paso al turista francés como uno de los más destacados.

Las restricciones en la pandemia han dado paso al turista francés como uno de los más destacados.

Turismo

El turismo francés busca la Comunitat Valenciana en un año que gasta más: "Son un mercado muy fiel a Alicante"

En el reto de atender a diferentes generaciones que valoran la atención en su idioma frente al inglés, el sector se adapta a la espera de la traducción por IA.

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Alicante
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La Comunitat Valenciana, y Alicante en particular, refuerzan su posición como imán para el turismo francés. El primer mercado en 2021 para la provincia proyecta un aumento significativo en volumen y gasto para 2025 en el Estado, según Turespaña. ¿Cómo se les atiende y cómo les afecta la IA?

Benidorm sitúa a Francia como su tercer mercado internacional, mientras que en la Costa Blanca y Alicante Sur es el segundo. En Castellón, el turismo francés es incluso el primer mercado internacional, lo que destaca la relevancia para el sector.

Los turistas franceses fueron pioneros en la provincia de Alicante desde los años 70, recuerdan desde Hosbec. Llegaban en coche, atraídos por una costa española más asequible y atractiva que la francesa. Es un mercado muy fiel, con generaciones que mantienen esta tradición viajera.

Esta fidelidad se observa en el liderazgo de España en intención de viaje y consideración para 2025, a pesar de haber caído en satisfacción, como alertan desde Turespaña. Si el año pasado éramos los primeros, este se baja hasta la cuarta posición.

A pesar de la coyuntura económica gala y la incertidumbre política interna, la demanda turística francesa hacia España se mantiene al alza. El gasto turístico que aplican en España aumentó un 13,1% en 2024, alcanzando los 11.014 millones de euros.

España rozó los 13 millones de turistas franceses en 2024, un 10,2% más que el año anterior. Un cambio notable es la desestacionalización del mercado, con aumentos de gasto en primavera y otoño superiores a los de verano.

Desde la patronal Hosbec valoran que muchos hoteles en la provincia de Alicante cuentan con personal francófono en recepción, bares y comedores. Diego Ramírez, director del Hotel Calas de Alicante, observa que los turistas franceses "veteranos" son más reticentes a hablar otros idiomas.

Y él tiene que estar bien preparado para ello. Este octubre recibe un evento del país vecino que le ocupará todo el hotel durante una semana. Estos le han solicitado personal bilingüe para su estancia. Ramírez indica que no es fácil encontrar personal con alta competencia en francés hoy en día, ya que el inglés se ha convertido en la primera lengua secundaria demandada.

La fluidez en francés es crucial para la reputación del hotel, según Diego Ramírez. La falta de atención en su idioma puede hacer que el turista se sienta ofendido, generando comentarios negativos en las plataformas de las que luego se depende, como puede ser Booking o Google.

La adaptación al futuro

En Hosbec recuerdan que la formación en idiomas es una constante para el personal turístico, incluyendo francés, inglés y alemán. Pero si eso es aún el presente, ya se tiene la vista muy encima de los auriculares que traducen gracias a la inteligencia artificial.

Los dispositivos de traducción simultánea podrían revolucionar la comunicación, eliminando la necesidad de aprender idiomas. Una posibilidad que Diego Ramírez ve útil, pero de la que también le preocupa la despersonalización en un sector que presume de ofrecer la experiencia personalizada.

Mientras eso llega, lo que también se trabaja es que el flujo de viajeros se mantenga. En 2024 Alicante abría la primera conexión con Niza y aunque solo el 34% de los franceses viajan en avión a España (la carretera es el principal medio), las búsquedas de vuelos a España en Skyscanner son superiores a las de otros destinos.

El turismo francés valora la cercanía y la cultura, pero la masificación es ahora un factor negativo. Turespaña prevé que el crecimiento en el mercado galo para España sea quizás más moderado que en los últimos dos años.

La adaptación a las nuevas generaciones de franceses, que sí manejan el inglés, y la coexistencia con los turistas "veteranos" son desafíos clave. La atención personal en su idioma sigue siendo un distintivo muy valorado.