Los atisbos de recuperación alcanzados este verano, con un mes de agosto prácticamente al 90 % de ocupación si se compara con el último año prepandemia (2019, un ejercicio récord), contrastan con los temores de los empresarios sobre qué pasará en los próximos meses. La elevada inflación amenaza con provocar una crisis de consumo y la ocupación es incierta a partir del mes de octubre, con una clara tendencia del mercado nacional a contratar a última hora. 

El mejor termómetro para medir la salud del turismo es el número de establecimientos abiertos. Y las fuentes consultadas explican que, aunque es posible que no se llegue a los niveles de hace tres años, sí habrá una mejoría sustancial respecto al año pasado, cuando la variante ómicron del virus hundió las previsiones y solo un 30 % de los negocios permanecieron abiertos.

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En un año normal lo habitual es que el 75 % de los hoteles de Benidorm permanezcan abiertos durante los meses de invierno. Para este ejercicio, la buena noticia es que ha regresado el programa del Imserso, y que los establecimientos valencianos han decidido concurrir pese a sus bajos precios gracias al rescate del Gobierno valenciano, que completará con 6 euros por paquete las tarifas del Gobierno. 

Pero queda encima de la mesa el resto de la oferta, y preocupa especialmente le incremento de la inflación en Reino Unido y las perspectivas de que alcance una subida del 18 % a inicios de 2023. Si eso sucede, la mitad del mercado turístico de Benidorm estará contra la espada y la pared. 

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En esta coyuntura, la única noticia positiva es que, al menos hasta ahora, el cliente nacional ha respondido bien ante los retos económicos, y que los desplazamientos a la Comunidad Valenciana son más económicos que los viajes de larga distancia. Esa competitividad, que lastra la rentabilidad del sector, es quizá su mayor fortaleza en los próximos meses, según señalan las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. 

Los precios crecieron casi un 14 % en agosto

Por otra parte, los precios hoteleros subieron un 13,9 % interanual el pasado mes de agosto en la Comunidad Valenciana, que concentró el 13,4 % del total de las pernoctaciones en establecimientos hoteleros de viajeros residentes en España.

Los precios de los hoteles españoles se encarecieron un 13,3 % interanual durante el pasado mes de agosto, en plena temporada alta estival, y marcaron su menor aumento desde julio del pasado año.

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Por su parte, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros aumentaron un 34,3 % en agosto con respecto al mismo mes del año anterior hasta superar los 46,2 millones, una cifra que aún se mantiene por debajo de los niveles que se alcanzaban antes de la pandemia (47 millones en agosto de 2019).

Los hoteles facturaron 127,6 euros de media por habitación ocupada, lo que supone un aumento anual del 11,4 %, según la Encuesta de Coyuntura Hotelera publicada este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La estancia media aumentó un 8,7 % respecto a agosto de 2021, situándose en 3,6 pernoctaciones por viajero.

Atendiendo a la procedencia, los hospedajes de los viajeros residentes en España superaron los 18,2 millones, lo que representa un 39,3 % del total, mientras que las de los no residentes se situaron por encima de los 28 millones.

Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana fueron los destinos principales para los viajeros residentes en España y acapararon el 23,7 %, 14,9 % y 13,4 % del total de pernoctaciones registradas en agosto.

Los viajeros procedentes del Reino Unido volvieron a liderar las estancias hoteleras de los extranjeros en España durante agosto y por octavo mes consecutivo fueron el primer mercado emisor, con 7,1 millones de noches, el 26,6 % del total.