Un grupo de trabajo liderado por una mujer
Alicante avanza en igualdad salarial, pero las mujeres siguen cobrando menos que los hombres
Según un informe de INECA, las trabajadoras alicantinas ganan solo el 88,4% de lo que perciben los hombres.
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El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha que invita a reflexionar sobre los avances logrados en materia de igualdad de género y a reconocer los retos que aún persisten.
Aunque con el paso de los años se han producido cambios significativos, todavía hay aspectos en los que es necesario seguir trabajando para alcanzar una igualdad real.
En este contexto, el Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (INECA) ha elaborado el informe Evolución de la situación laboral y salarial de la mujer en la provincia de Alicante, que analiza la evolución de los sueldos femeninos y la persistencia de la brecha salarial.
El avance en los salarios femeninos en la provincia de Alicante es una realidad, pero la igualdad aún está lejos de alcanzarse.
En los últimos siete años, la remuneración de las mujeres ha crecido un 26,7%, mientras que la de los hombres ha aumentado un 22,4%, según datos analizados por INECA a partir del Ministerio de Trabajo.
Sin embargo, esta evolución, aunque positiva, sigue siendo insuficiente para eliminar la brecha de género en los sueldos.
A pesar del incremento salarial, las trabajadoras alicantinas siguen cobrando menos que sus compañeros varones. Hasta septiembre de 2024, las mujeres perciben, de media, el 88,4% del salario de los hombres.
Aunque la cifra ha mejorado desde el 85,6% registrado en 2018, el avance es lento: en siete años, la diferencia se ha reducido en apenas 2,8 puntos porcentuales. A nivel nacional, la situación no es mejor, con una mejora de solo 2,5 puntos.
Uno de los factores clave detrás de esta desigualdad es la edad. En el tramo de 25 a 29 años, cuando la mayoría de las personas ya ha completado su formación, la diferencia salarial es menor: las mujeres ganan el 93,5% del sueldo de los hombres.
Sin embargo, a partir de esta etapa, la brecha comienza a ampliarse y no deja de crecer hasta el final de la vida laboral, situándose en su punto más alto entre los 60 y 64 años.
Estos datos reflejan la persistencia de una desigualdad estructural que, si bien ha mostrado ciertos avances, continúa limitando el poder adquisitivo y las oportunidades de las mujeres en la provincia.
La mejora en los salarios es un paso adelante, pero el ritmo actual de reducción de la brecha deja claro que aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar una equiparación real en el mercado laboral.
