Daniil Yufa, en una partida de ajedrez.

Daniil Yufa, en una partida de ajedrez.

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Daniil Yuffa, campeón de España de ajedrez: "Después de cada torneo pierdo unos 3 kilos, es un deporte como otro"

El Gran Maestro protagoniza este sábado una partida de ajedrez simultánea en las fiestas de San Gabriel de Alicante.

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Cuando hablamos de deporte, solemos imaginar personas corriendo, saltando o nadando. Sin embargo, existen disciplinas que, aunque no requieren un gran esfuerzo físico, demandan otras cualidades igual de importantes: concentración, estrategia, resistencia mental. Una de ellas es el ajedrez.

Aunque muchos aún dudan de que el ajedrez pueda considerarse un deporte por no implicar actividad física intensa, esta idea resulta reduccionista y no refleja su verdadera naturaleza.

El ajedrez es un deporte mental, reconocido oficialmente por el Comité Olímpico Internacional, y exige disciplina, entrenamiento, estrategia y competencia, al igual que cualquier deporte tradicional.

Así lo confirma el Gran Maestro Daniil Yuffa, campeón de España de ajedrez, en una conversación con EL ESPAÑOL.

El ajedrecista, que protagonizará una partida simultánea este sábado 7 de junio en Alicante, en el contexto de las fiestas de San Gabriel, lo dice claro:

“La gente tiene que saber que el ajedrez es un deporte. Implica mucha preparación física, como cualquier otro”.

Más allá del tablero

El ajedrez requiere una intensa preparación. Los jugadores profesionales entrenan varias horas al día: analizan partidas, estudian aperturas, resuelven problemas tácticos y desarrollan su capacidad de concentración.

Entreno unas tres veces a la semana en el gimnasio, además de pasar varias horas diarias frente al tablero”, comenta Yuffa.

Y es que en las competiciones de alto nivel, los jugadores pueden pasar hasta seis horas en una sola partida, lo que exige una considerable resistencia física y mental.

Algunos estudios han demostrado que durante un torneo importante, un ajedrecista puede llegar a quemar miles de calorías, producto del esfuerzo cognitivo y el estrés de tomar decisiones precisas bajo presión.

La trayectoria de un talento

Nacido en Rusia, Daniil Yuffa empezó a visitar España desde niño, hasta que finalmente decidió establecerse en Altea en 2017.

Actualmente reside en París con su esposa, pero sigue muy vinculado a su ciudad de acogida, desde donde atiende a este medio.

Su relación con el ajedrez comenzó a los tres años, cuando unos amigos de la familia le regalaron su primer tablero.

“Mi abuelo me enseñaba a jugar. Con el paso de los años, me fue apasionando cada vez más”, recuerda.

Viene de una familia con tradición ajedrecística. Su abuelo y su padre poseían grandes conocimientos del juego, muy practicado en la Unión Soviética desde los años 50.

Sin embargo, a pesar de haber crecido en este entorno, no fue hasta la universidad cuando descubrió su gran pasión por este deporte.

“De pequeño me gustaba, pero también quería hacer otras cosas, como jugar al fútbol con mis amigos”.

Desde niño mostró una inteligencia destacada: entró en la escuela con cinco años, cuando la edad habitual en Rusia es de siete. A los 16, ingresó en la universidad para estudiar Economía y Finanzas, carrera que compaginó con el ajedrez, época en la que obtuvo el título de Maestro Internacional.

Aun así, no se consideraba un profesional del ajedrez: “Sabía que me quedaba mucho camino por delante”, afirma.

Su primer gran torneo lo ganó a los 18 años, gracias a una “casualidad afortunada”:

“Iba a estudiar a Canadá, pero me rechazaron el visado. Eso me obligó a quedarme en Rusia, lo que me permitió centrarme aún más en el ajedrez”.

Desde entonces, nada lo detuvo. En 2016 logró el título de Gran Maestro, uno de los más prestigiosos del ajedrez.

Pero su trayectoria no se detuvo ahí. Tras años de experiencia como jugador y comentarista de torneos de alto nivel, en 2024 se consagró como campeón de España.

Nunca estoy satisfecho. Siempre quiero más, siempre siento que puedo mejorar”.

Rumbo a nuevas metas

Yuffa tiene claro su próximo objetivo: representar a España en las Olimpiadas de Ajedrez y obtener el título de Super Gran Maestro. Para ello, deberá superar los 2700 puntos de ELO, el sistema de puntuación que mide la fuerza de los jugadores. Actualmente cuenta con 2657.

Antes de cada torneo, sigue una rutina estricta. Uno de sus rituales imprescindibles es estudiar a sus futuros rivales: analiza sus aperturas y jugadas más frecuentes para poder sorprenderlos con estrategias inesperadas.

En los días previos, puede entrenar hasta siete horas diarias, además de salir a correr, ir al gimnasio o pasear.

“En un torneo, una partida puede durar hasta seis horas. En torneos largos, de diez días con una partida diaria, he llegado a perder tres kilos”, confiesa.

En definitiva, aunque el ajedrez no implique fuerza muscular ni velocidad, cumple con todos los elementos que definen a un deporte: competencia, entrenamiento, disciplina y reglas.

Grandes maestros como Daniil Yuffa son prueba viviente de que el ajedrez es, sin lugar a dudas, un deporte tan exigente como cualquier otro.