Aficionados en la grada de El Hércules durante un partido del equipo.

Aficionados en la grada de El Hércules durante un partido del equipo.

Hércules CF FÚTBOL

Los fracasos deportivos empañaron el año del centenario del Hércules

El Hércules entró en 2022 con buenas sensaciones y una victoria en Marchamalo que le permitió ser campeón de invierno, pero después entró en barrena.

24 diciembre, 2022 14:05
Alicante

Los fracasos deportivos protagonizados por el Hércules la pasada temporada, en la que no pudo lograr el ascenso, y en lo que se lleva disputada de la actual, en la que pese a la revolución que se vivió en la plantilla y el cuerpo técnico ha llegado a estar en zona de descenso, lograron empañar 2022, año especial para el club ya que se conmemoraba su centenario.

El club alicantino confiaba en que el equipo, que compite en Segunda Federación, la cuarta categoría del fútbol español y la más alejada de la élite en la que nunca ha participado, aprovechara el ambiente emotivo y sentimental generado en el entorno del club para repuntar deportivamente, pero todo se vino abajo a partir de febrero.

En el ámbito institucional tampoco hubo paz, ya que se multiplicaron las protestas, marchas y sentadas contra el máximo accionista y su consejo, sobre todo tras el enésimo escándalo judicial de la ‘administración Ortiz’, provocado en esta ocasión por un presunto desvío de los fondos derivados de la cláusula de rescisión del marroquí Abdessamad Ezzalzouli para no tener que hacer frente a la deuda con la Agencia Tributaria.

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El Hércules entró en 2022 con buenas sensaciones y una victoria en Marchamalo que le permitió ser campeón de invierno más de una década después.

Sin embargo, a partir de ese momento el Hércules entró en barrena, sobre todo a domicilio, donde ya no fue capaz de volver a ganar. Su mala dinámica provocó que perdiera el liderato aún en invierno y que quedaba descolgado de la pelea por la primera plaza, la única que concede el ascenso directo, nada más comenzar la primavera.

El equipo entró con malas sensaciones en la promoción, en la que fue incapaz de superar al modestísimo Adarve en la semifinal a pesar de jugar como local en el Rico Pérez. La impensable debacle deportiva oscureció por completo los actos del centenario, que hasta ese momento habían logrado tocar la fibra de la afición con varios actos y homenajes en los que se recordaron los momentos más brillantes de la historia de la entidad.

El fracaso de la temporada 2021-22 provocó la dimisión del entrenador, Sergio Mora, y del director deportivo, Carmelo del Pozo, y generó una nueva ola de rechazo al máximo accionista, Enrique Ortiz, que desembocó en una nueva marcha por la ciudad de miles de aficionados exigiendo su salida del club y la mediación del alcalde y de las fuerzas políticas para salvar al Hércules.

El Hércules encomendó su nuevo proyecto deportivo a Paco Peña, quien apenas se quedó con cuatro de los jugadores de la anterior plantilla. Ángel Rodríguez, que llegaba tras ascender al Pontevedra, fue el elegido para dirigir el equipo, pero la planificación de la temporada arrancó tarde y mal, obligando al club incluso a suspender algún amistoso programado por falta de jugadores.

El club fue incorporando jugadores con cuentagotas de forma asimétrica, por lo que el entrenador tuvo que echar mano del filial o cambiar de posición a jugadores por falta de especialistas. Míchel Herrero, el fichaje estrella, llegó a pocos días de comenzar la competición, mientras que dos centrales se incorporaron ya con el curso iniciado.

Pese a todo, el mensaje del cuerpo técnico fue ambicioso y el único objetivo en la línea de salida era lograr el campeonato del grupo y el ascenso por la vía rápida. El Hércules, al que se le suponía que iría a más según pasaran las jornadas, tuvo un inicio esperanzador. Llegó a estar en disposición de alcanzar el liderato en Teruel en la quinta jornada, pero todo se vino abajo tras aquella derrota (1-0).

El equipo entró en una mala dinámica que le llevó primero a alejarse del liderato y, posteriormente, a caer de los puestos de honor.

En pleno desplome deportivo llegó el 20 de octubre, la fecha en la que el club cumplía 100 años. Durante los días previos prevaleció el brillante pasado más que el doloroso presente y el herculanismo pudo celebrar unido la efeméride, coronada con un partido amistoso entre leyendas del Hércules y de la selección española, así como con varios actos institucionales.

Pero el equipo no acompañó y siguió en caída libre. Una derrota 0-4 ante el Lleida, que provocó incluso el intento de asalto al palco de un grupo de aficionados, y la racha de cinco partidos consecutivos sin ganar llevaron al equipo a los puestos de descenso a Tercera y desencadenaron la destitución del entrenador.

Ya a principios de diciembre aterrizó en el Hércules el técnico Lolo Escobar, quien en sus dos únicos partidos ha logrado despertar al equipo tras sumar cuatro de los seis puntos en juego.

El Hércules despide el que debería ser su año de redención lejos de la cabeza, pero con la esperanza de que la mejoría insinuada en las últimas jornadas y los refuerzos del mercado de invierno le permitan llegar a tiempo de la pelea por el ascenso.

De 2022 solo quedará el recuerdo amable de un centenario que ni siquiera fue suficiente para unir al herculanismo ante la imparable fractura entre gran parte de la afición y los dirigentes del club.