El rodaje del documental sobre 'Kivoko' ya está en marcha.

El rodaje del documental sobre 'Kivoko' ya está en marcha. Cedida

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El bar de un pueblo de Alicante que ahora será símbolo de la libertad para toda España: "Harían falta muchos para estar seguros"

Un documental recupera la historia de este local que en los años 80 fue pionero en la diversidad, como reivindican sus directoras en su rodaje.

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Alicante
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"Queríamos que la gente fuera libre". Esta es una de las primeras frases con las que arranca el adelanto del documental Kiboko. El proyecto, ya en marcha, recupera la historia de este bar en la Vila Joiosa para convertirlo en ejemplo del cambio en la diversidad en la España de los años 80

Noelia Fluxá y Julie-Estel Soard son las que se encargan de llevarlo adelante como directoras y productoras ejecutivas. "Hace 40 años Tomás y Kiko abrieron un local sin saber que estaban haciendo historia", cuentan en el vídeo con que promocionan esta historia.

¿Qué es lo que lo hacía tan particular? En esa década, antes de que las personas LGTBI se representaran a través de un colectivo, su bar servía como punto de encuentro para quienes no encajaban, como explican, y que reunía también a mujeres incómodas y juventud desobediente.

La tradición de bares y discotecas que de lugares de ocio se convierten en espacios seguros para ciertos colectivos se recuerda cada junio, a partir de las revueltas de Stonewall en Nueva York. En este caso, Soard señala que sus fundadores crearon "un hogar seguro, respetuoso y abierto"

La capital de la comarca de la Marina Baixa está a miles de kilómetros de distancia, pero la vocación internacional estaba con la difusión de música, como reivindica Fluxá. A eso se añadía la voluntad de diferenciarse también con moda y de recuperar el carnaval, prohibido durante el franquismo.

A todo ello Fluxá añade como clave principal que "fueron los primeros en hacer que por fin, tras tiempos oscuros, la libre expresión y el respeto absoluto hacia la libre sexualidad fuera posible".

De eso se encargaban Quico Martínez Caponet, su copropietario, o Malena, camarera, como referentes locales LGTBI. Para las directoras Kiboko fue un símbolo de libertad y de búsqueda de identidad en una década en la que este movimiento estaba lejos de la repercusión social que tiene hoy día. 

Con el documental pretenden que este ejemplo local se convierta en uno global. "Desde el primer momento nos vimos reflejadas en ese deseo de crear espacios en el que cada persona pueda ser sin miedo ni etiquetas", remarca Soard.

El documental empezó su rodaje a finales de mayo y sigue en marcha con el apoyo del Ayuntamiento de la Vila Joiosa entre otras entidades. Y ahí pretenden abrirlo aún más con una campaña de financiación colectiva que han activado este junio para mejorarlo y que pudiera empujarlo hasta los Goya.

En una semana ya han superado la mitad del objetivo inicial y confían en recabar esos apoyos para que la historia de ese "algo nuevo que rompía las normas", sea ejemplo para nuevas generaciones porque "sentimos una responsabilidad enorme de que estas historias no se olviden", apunta Fluxá.

Los valores que asocian a este bar los contraponen a que "se está perdiendo el respeto y pensamos que harían falta muchos Kibokos para volver a estar seguros".