El artista Otto.
Otto, cantautor oriolano: "Persistir en los sueños de uno mismo es de lo más valioso que podemos hacer"
El artista actuará junto al grupo Texas en el Multiespacio Rabassa de Alicante el próximo 14 de julio.
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A Otto Ballester le queda muy lejos eso de ser "solo" un músico. Con sus 25 años, este artista oriolano se ha movido con soltura entre la composición, la producción, los directos, el DJing y hasta el periodismo musical.
Y lo hace todo con una naturalidad casi despreocupada, como si no existieran los compartimentos estancos en la industria cultural. Porque para Otto, estar en la música es, simplemente, vivir en ella.
Su último EP, La Mirada (2023), lo consolida como una voz personal dentro del indie nacional. Y mientras termina un máster en Radio Nacional Española, sigue componiendo desde casa, grabando demos y soñando con entrar pronto a estudio.
"Tengo material para un EP, incluso para un álbum", reconoce en una conversación con este periódico. Aunque, eso sí, sin prisas y con mucho filtro: "A lo mejor tengo veinte canciones, pero solo tres que realmente valen la pena".
Criado entre guitarras y cables
Un día en la infancia de Otto le marcó de por vida. Era verano del año 2005 y el artista, de entonces 5 años, asistía al concierto de Little Richard en un festival en Gijón. "Era pequeño pero nunca me olvidaré de ese momento", asegura.
Y es que, además de esta inolvidable actuación, gran parte de su educación musical viene de casa. Literalmente. Nació y creció entre los muros de La Gramola, la emblemática sala de conciertos en Orihuela que forma parte del ADN cultural de la zona.
"Me he criado ahí. Sé que mi identidad musical no sería la misma sin La Gramola", admite. Aunque ahora reside en Madrid, asegura que el local sigue marcando muchas de sus decisiones artísticas: "Siempre está detrás de lo que hago, me influye incluso cuando no me doy cuenta".
El salto de escenario
Entre las múltiples experiencias que acumula, una destaca por inesperada y simbólica: abrir el concierto de Texas en el festival Alma en Alicante el próximo 14 de julio. "Me pilló en clase. Pensaba que era spam, no me lo creía", cuenta entre risas. "Pero a los cinco minutos ya estábamos todos de acuerdo en tocar. Fue muy fácil por todas las partes".
Esa actuación llegó, paradójicamente, en un momento en el que estaba más centrado en los estudios que en los escenarios. "Es curioso. Cuando más lejos estoy de mi música, es cuando surgen estas oportunidades. Es como si la vida me dijera: sigue aquí, todavía hay gente que cree en ti".
Sobre esta ajetreada vida y lo complejo que puede llegar a ser compaginarlo todo, Otto lo tiene claro: "Hay momentos en los que puedo apartar más una faceta mía como la de músico para centrarme en mis estudios, pero procuro nunca abandonar mis sueños, es lo que más me motiva y es lo más valioso que uno puede hacer".
Su evolución sonora también ha sido notoria. Del rock más británico de Limits a las atmósferas más sintéticas y pop de La Mirada. Pero hay algo que nunca ha cambiado: la guitarra. "Aunque el estilo haya virado hacia lo electrónico, todas las canciones se sostienen con guitarra. Es el centro de todo".
Otra transformación importante ha sido el paso del inglés al castellano como lengua para componer. Un reto mayor del que parece. "Es más difícil escribir en castellano. En inglés puedes modular, sintetizar. En español las palabras pesan más, el acento va donde va. Hay que tener mucho más cuidado al escribir".
En cuanto a las temáticas, Otto huye del desamor como eje central. Prefiere hablar de sensaciones más abstractas o de reflexiones personales. "Tengo una canción en la recámara que habla de esa frustración que siento cuando creo algo y pienso: esto ya lo ha hecho alguien. Intento buscar temas distintos, que aporten algo".
British por vocación
Aunque su estilo evoluciona, sus referentes siguen teniendo acento británico. De los clásicos como The Beatles, Oasis o The Smiths, a bandas actuales como Arctic Monkeys, Fontaines D.C., los canadienses Arcade Fire o los americanos LCD Soundsystem.
"El AM de Arctic Monkeys es un disco al que siempre vuelvo. Aprendo de cómo está grabado, de sus detalles técnicos. Y el último de Fontaines D.C., Romance, me parece de lo mejor que se ha hecho últimamente en rock. Será mi disco de referencia los próximos diez años", asegura.
Entre el directo y la experimentación
Ahora que también explora la faceta de DJ, Otto no se plantea abandonar los escenarios. De hecho, sigue tocando en directo con su guitarra siempre que puede, fiel a esa tradición sonora que lo formó.
Y aunque su futuro inmediato es incierto: "No sé ni dónde estaré en tres meses", confiesa entre risas, tiene claro que la música lo seguirá acompañando, sea cual sea el formato.
"No voy a dejar de hacer música. Es lo único que tengo claro. Todo lo demás puede cambiar", concluye el artista.