La virgen de la Soledad, La Marinera, en una procesión.

La virgen de la Soledad, "La Marinera", en una procesión. A.Motos Semana Santa Alicante

Cultura

La Virgen más antigua de Alicante: 400 años protegiendo a condenados, piratas y enfermos

La Virgen de la Soledad, 'La Marinera', ha sobrevivido a dos ataques y lleva desde antes del 1600 velando por los alicantinos.

28 marzo, 2024 06:07
Alicante

De todas las imágenes que conforman la emblemática Semana Santa de Alicante, una Virgen destaca entre las demás por ostentar el título de la más antigua de la ciudad. La figura religiosa que hoy protege a los fieles, veló hace más de 400 años a condenados a muerte, piratas y enfermos.

Las cifras que se manejan son inexactas por la falta de documentos históricos, pero lo que es seguro es que la antigua Virgen es anterior al año 1600. La leyenda cuenta que por aquella época existía una capilla para los reos condenados a la pena capital con una imagen de la Virgen con la advocación de Soledad.

Según la Crónica de Viravens que recoge la revista El Capuchino 2024, era muy venerada: "Los enfermos creían curar al contacto de la toca o del rosario que pendía de sus pequeñas y finas manos; los marineros la invocaban para obtener su protección y no caer cautivos de los piratas. Y, tantos fueron los favores, que aquellas gentes sustituyeron el título de Soledad por el de Nuestra Señora de La Marinera".

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La Virgen tiene el título de la más antigua de la Semana Santa, pero los alicantinos cerca estuvieron de quedarse sin esta reliquia en dos episodios. Durante los cuatro siglos de vida, dos acontecimientos sobresalen por haber producido "graves profanaciones", señala la revista.

La primera vez se salvó de la entrada de los ingleses a la ciudad y fue rescatada de entre las inmundicias un 8 de agosto de 1706. Sin embargo, aún su cara y sus ojos muestran el recuerdo de los hechos sufridos en el último incidente. La Virgen de la Soledad, "La Marinera", fue quemada en las revueltas de 1931 y se pudo recuperar milagrosamente su cabeza de entre los escombros y cenizas.

Tuvo más suerte que otras figuras icónicas que desaparecieron para siempre durante esos agitados años, como la patrona de Elche, la Virgen de la Asunción, cuya imagen original se quemó en 1936.

"Durante la Guerra Civil, la imagen estuvo escondida en casa del Sr. Parreño, (su salvador), en donde la protegió de un futuro incierto, hasta que finalizada la guerra civil pudo devolverla al convento", indica la publicación religiosa.

Convento y paso

El convento donde se guarda tiene su origen a principios del siglo XVII, cuando algunos religiosos y caballeros procuraron juntar en el salón del Ayuntamiento de la ciudad a algunos jurados de ella y a algunos otros caballeros con el propósito de presentarles la preocupación de crear un convento de monjas en la ciudad.

Con ello esperaban "poder cumplir con él sus buenos deseos y no obligarles a salir de la tierra para hacerlo por la dificultad e inconvenientes que en ello solían ofrecerse". La propuesta recibió el visto bueno y se creó el Convento de la Sangre de Cristo de la ciudad de Alicante, aunque "es evidente que la cofradía era anterior a la fundación del convento", recoge El Capuchino. 

Se funda la institución en el 1606 y, aunque se desconoce el año concreto, se sabe que anteriormente había una cofradía que ya realizaban cultos a la Virgen de la Soledad, como se demuestra en la Crónica de Viravens: "Había por los años 1600 un santuario que servía de capilla a los reos condenados a la última pena". 

Aquella organización se refundó en el 1942 bajo el nombre del Cristo del Divino Amor y Virgen de la Soledad, "La Marinera", agrupando a miembros de los Colegios Oficiales de Procuradores, Médicos, Farmacéuticos y Practicantes. Así, además del paso de la Soledad, la Hermandad adquiriría un nuevo paso, un Calvario "de asombrosa ejecución y excepcional realismo", asegura la revista.

Su salida tiene lugar en Miércoles Santo junto a la imagen del Cristo del Divino Amor, que este año han sido acompañadas por un canto de saetas durante su recorrido por las calles de Alicante hasta su regreso a su sede en la plaza de la Santísima Faz.