Acuerdo entre Luis Barcala (PP) y Maria Carmen Robledillo (Vox) para aprobar los presupuestos de Alicante.
El momento decisivo del mandato en la provincia de Alicante: aprobar presupuestos y liquidar la legislatura
En Alicante, Barcala ha cumplido con todo lo pactado con Vox y en Elche, Ruz y Rodil han trazado directamente una hoja de ruta conjunta. En el resto de municipios, las experiencias son dispares.
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La aprobación de los presupuestos municipales de 2026 es clave para que los gobiernos en los Ayuntamientos puedan finalizar los proyectos de fin de legislatura. Y es especialmente problemática en aquellos consistorios en los que se necesite una negociación con otro grupo político por gobernar en minoría. Las cuentas de 2027, allí donde no exista esa mayoría, pueden ser prorrogadas fácilmente. Pero de las del año próximo dependerán los logros que luego "vender" a la ciudadanía antes de acudir a las urnas.
El Gobierno municipal de Luis Barcala (PP) en Alicante necesita del apoyo o al menos de la abstención de uno de los grupos de la oposición ya que tiene un concejal por debajo de la mayoría absoluta. Ya trabaja en ello, manteniendo reuniones con Vox que es quien les apoyó para aprobar los de 2025, pero abierto a otros apoyos. En el último año ha sacado adelante ordenanzas con el apoyo de Vox, como la de ZBE; con Compromís, para la de Ocupación de Vía Pública; y hasta con el PSOE, para las Viviendas Turísticas.
La última Comisión de Hacienda marcó lo que puede suceder con los Presupuestos de 2026. Ante una modificación de crédito para inversiones por valor de 5 millones de euros, especialmente en la Zona Norte, el PSOE se opuso, Vox apoyó y Compromís se abstuvo. Por eso, en las últimas semanas el PP está sacando adelante iniciativas que comparte con Vox como los sombrajes de la avenida de la Constitución o la renovación de la flota de vehículos, paso previo a la aprobación de las cuentas.
Además, el equipo de Barcala ha sacado adelante dos controvertidas medidas para la izquierda que procedían del partido de Carmen Robledillo: la petición a las Cortes Valencianas de catalogar a la ciudad como de predominio lingüístico castellano y la Oficina de apoyo a la Maternidad. Nuevamente Barcala quiere reducir el tiempo hasta la aprobación definitiva, que el año pasado se alargó a marzo.
Situación diferente es la de Pablo Ruz en Elche. El líder popular local sí que gobierna con Vox, por lo que los Presupuestos de 2026 los quieren tener aprobados antes de final de año. PP y Vox en Elche no son socios de Gobierno, son "compañeros" y durante todo el mandato han dado buena cuenta de su colaboración. Ruz y Aurora Rodil marcaron la hoja de ruta conjunta y la siguen al margen de las tensiones de los partidos en Madrid. Es más, el alcalde popular no ha tenido ambages en oponerse frontalmente a la llegada de manas a la ciudad, como le pedía el pacto. Quieren sacar adelante unas cuentas de 286 millones.
El alcalde de Elda, el socialista Rubén Alfaro, y su equipo todavía están en una fase muy inicial en la negociación de los Presupuestos de 2026. Este año se aprobaron el 20 de marzo de 2025, con los votos a favor del PSOE y Elda Para Todas, la abstención del PP y el voto en contra de Vox. Por el momento ya se han mantenido las primeras reuniones con todos los grupos (Elda para Todas, PP y Vox) y la sintonía es buena.
En San Vicente, el equipo del popular Pachi Pascual lleva estudiando desde octubre las propuestas de todas las concejalías para elaborar unos presupuestos que garanticen la continuidad de las líneas estratégicas puestas en marcha en anteriores ejercicios, que son priorizar la mejora de los servicios públicos, continuar con las inversiones en infraestructuras, mejora de vías públicas y espacios verdes y ampliar y estabilizar la plantilla municipal. Por eso transmiten que las negociaciones van por buen camino con la intención de que en 2026 se pueda disponer de las mejores cuentas para el municipio.
En Sant Joan, el popular Santiago Román aprobó los de 2025 en un pleno el 29 de agosto de 2025 con la abstención del PSOE, Vox y una concejal de Compromís. Pese a la tardanza, constituyó todo un hito para la ciudad después de tres años prorrogados. Por el momento están intentando dar cumplimiento a las cuentas de apenas hace cuatro meses, pero han empezado a trabajar en las del año próximo.