Algunos de los ejemplares de la tortuga Geoemyda spengleri.
Intervienen en Gandía un envío ilegal de tortugas exóticas ocultas en peluches y calcetines al borde de la muerte
Los ejemplares que aún permanecían con vida fueron trasladados de urgencia a Terra Natura Benidorm, especializado en la conservación de fauna exótica.
Más información: El tráfico ilegal de especies silvestres no se reduce y causa "daños incalculables" a la naturaleza, alerta la ONU
La Guardia Civil de Gandía, a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), ha interceptado esta semana un envío ilegal que contenía 20 ejemplares de la tortuga Geoemyda spengleri, conocida comúnmente como tortuga hoja de vientre negro.
Esta especie, considerada una de las más pequeñas del mundo y listada en el Apéndice II del Convenio CITES, estaba siendo transportada sin la documentación necesaria.
El paquete, que había sido enviado desde China, presentaba condiciones lamentables: los animales fueron hallados ocultos entre muñecos de peluche y calcetines, en un estado de salud crítico. Algunos ejemplares ya habían muerto debido al estrés, las malas condiciones de manipulación y la duración del trayecto.
La Geoemyda spengleri es una tortuga originaria del sudeste asiático que, en su etapa adulta, no supera los 15 centímetros. Su comercio está estrictamente regulado por la normativa internacional, por lo que la importación sin permisos constituye una infracción grave, con posibles repercusiones penales.
Tras la incautación, los ejemplares que aún permanecían con vida fueron trasladados de urgencia al parque Terra Natura Benidorm, especializado en la conservación de fauna exótica. Allí, un equipo de expertos activó de inmediato un protocolo de atención veterinaria urgente. Las tortugas fueron sometidas a procesos de rehidratación intensiva y otros cuidados críticos para intentar revertir los efectos del transporte en condiciones inadecuadas.
Se ha iniciado una investigación contra un ciudadano español de 53 años, presuntamente relacionado con este delito de tráfico de especies protegidas. Las autoridades no descartan que más personas estén implicadas.
En Terra Natura Benidorm, el equipo técnico ha comenzado con exámenes sanitarios y análisis de heces para detectar posibles parásitos o enfermedades adquiridas en su contacto con fauna salvaje. Cada tortuga ha sido identificada con un microchip y permanece en cuarentena bajo vigilancia constante. Además, se ha solicitado apoyo externo para reforzar el tratamiento clínico en caso necesario.
Uno de los principales retos que enfrenta el personal especializado es la alimentación de los ejemplares. Al tratarse de una especie omnívora con requerimientos dietéticos muy específicos, los veterinarios trabajan intensamente para encontrar alternativas viables en cautividad que aseguren su recuperación y eviten complicaciones por malnutrición.
David Martí, herpetólogo de Terra Natura Benidorm, advierte sobre la gravedad de este tipo de delitos ambientales. “Este caso refleja claramente las consecuencias del tráfico ilegal de fauna silvestre, una práctica que no solo vulnera la legislación internacional, sino que también pone en grave riesgo la biodiversidad y la supervivencia de muchas especies”, señala.
Desde el Seprona se anima a la ciudadanía a colaborar denunciando cualquier indicio de comercio ilegal de especies protegidas, y a respaldar la labor de centros especializados como Terra Natura Benidorm, que desempeñan un papel clave en la conservación de la vida silvestre.