El presidente de la Generalitat valenciana y líder del PSPV, Ximo Puig, y sus fontaneros (encabezados por Alfred Boix), han perdido en los últimos meses el control del aparato socialista en la provincia de Alicante. Justamente allí donde pueden crecer a costa de sus socios, Compromís y Podemos.

Después de sucumbir frente al sanchista Alejandro Soler en la provincial, ahora apenas controlan tres de las comarcas: Marina Alta, Montaña y L'Alacantí. Y es la ejecutiva provincial la que ha situado a sus afines en la Vega Baja, el Alto y Medio Vinalopó, el Baix Vinalopó y la Marina Baixa.

Especialmente sangrante para los dirigentes del PSPV ha sido la pérdida de la Vega Baja, controlada por los peones de Puig, Manuel Pineda y Miguel López. Y es que Puig ha centrado parte de sus esfuerzos preelectorales en la Vega Baja de Alicante, sobre todo desde la DANA de 2019, con promesas de una lluvia de millones a través del plan Vega Renhace. De nada le ha servido.

El pasado fin de semana el alcalde Dolores, Joaquín Hernández, se hizo con la secretaría comarcal frente al alcalde de Guardamar, José Luis Sáez, en la única votación de toda la provincia. En el resto se llegó a acuerdos para situar al alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, en el Medio y Alto Vinalopó; a José Ramiro, alcalde de Ondara, en la Marina Alta; a Rafa Briet en la Montaña; a la alfasina Mayte García en la Marina Baixa; a Vicente Alberola en el Baix Vinalopó; y a Baltasar Ortiz en l'Alacantí.

Se da la circunstancia de que Pineda, actual diputado autonómico socialista, estuvo amagando con presentarse a la reelección como secretario comarcal hasta el último momento, cuando vio que los números no le acompañaban tras el cónclave provincial. Y fue entonces cuando lanzó a Sáez. Eso no ha sido óbice para que su situación de nulo liderazgo haya quedado patente en el proceso. 

En cualquier caso, los sanchistas ya habían logrado el objetivo prioritario de hacerse fuertes en la ejecutiva provincial, que es la que envía a la federal de Ferraz las propuestas de candidaturas de los municipios de entre 2.000 y 50.000 habitantes, según los cambios introducidos por Pedro Sánchez y el exsecretario de Organización, José Luis Ábalos en los estatutos.

Oficialmente, los socialistas valencianos se consideran en su práctica totalidad "ximistas", pero esa lealtad sólo está sujeta a que el actual presidente de la Generalitat revalide su victoria en 2023. Si no fuese así, los diferentes sectores del partido ya han tomado posiciones. Y la provincial y las comarcales tendrán la última palabra en asuntos como la lista a la Diputación. 

Pineda y los médicos

Manuel Pineda no sólo está perdiendo apoyos dentro del partido. Como representante del PSOE en la Comisión de Sanidad de las Cortes Valencianas ha hecho gala de erráticas defensas de la gestión del Consell durante la pandemia que han sentado muy mal dentro del sector sanitario.

La última tuvo lugar el lunes, cuando en la comisión parlamentaria aseguró que "los médicos y sanitarios que defendemos la sanidad pública estamos afiliados a UGT y CCOO, la mayoría". Despreciaba así a otros sindicatos de un sector muy atomizado que se siente maltratado por la Conselleria. De ahí las denuncias ganadas en los juzgados que se están interponiendo. 

El vídeo de la intervención del diputado está circulando en las redes sociales por toda la Comunidad Valenciana y ya hay referentes socialistas que consideran que no es quien mejor puede vender la gestión del Consell de Ximo Puig a poco más de un año para las elecciones.