López Urdiales junto a la cápsula espacial.

López Urdiales junto a la cápsula espacial. Imagen cedida.

Reportajes

La traición a Mariano López: le robaron la idea de los viajes turísticos al espacio y casi se arruina

Si cumple su sueño, subirá a 36 kilómetros de distancia desde la Tierra una cápsula con dos pilotos y cuatro turistas espaciales. 

29 abril, 2024 02:45

Hace más de dos décadas, José Mariano López Urdiales comenzó a meditar la idea de llevar turistas al espacio. Algo que cada vez está más en boga. Este ingeniero aeronáutico abrió un camino seguido después por otros. Unos 15 años al frente de Zero 2 Infinity le han hecho creer en la solidez del proyecto: elevar una cápsula de 400 kilos que transporte a cuatro pasajeros y dos pilotos a unos 36 kilómetros de distancia desde el suelo para contemplar la curvatura de la Tierra durante unas dos horas.

López siempre tuvo una relación especial con el espacio. Su padre, astrofísico del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España, siempre le mostraba las misiones espaciales en las que trabajaba. "Crecí en un entorno en el que el acceso al espacio era algo más habitual que en la mayoría de las familias", relata. Eso le llevó a estudiar ingeniería aeronáutica, donde consiguió el primer premio nacional fin de carrera y una beca para proseguir sus estudios en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Después de haber hablado con muchos astronautas ya sabía que una de las cosas que más llamaban la atención era poder ver la curvatura de la Tierra. "Me contaban que eso era una experiencia inolvidable", apuntilla. Apenas había comenzado el siglo XXI, pero en la cabeza de López bullían las ideas. Pensaba, por ejemplo, subir gente al espacio con globos. En 2002 presentó el primer estudio científico de algo así. Lo hizo en Houston, siete años antes de embarcarse en la aventura empresarial.

López Urdiales dentro de la cápsula.

López Urdiales dentro de la cápsula. Imagen cedida.

"En torno a 2009 comencé con Zero 2 Infinity gracias a algunos recursos propios. Era un momento en el que, con la crisis financiera, era más fácil, entre comillas, contratar gente y atraer talento, así que conseguí que formar un buen equipo para poner en marcha la compañía", explica el protagonista de esta historia.

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De los inicios a los ensayos

Desde entonces, Zero 2 Infinity ha realizado hasta medio centenar de vuelos controlados, aunque todavía no ha llegado a lograrlo con personas, aunque sí ha volado los prototipos de vehículos que, en un futuro y financiación mediante, harán realidad el sueño que todos hemos tenido de niños: subir al espacio. En su caso, han decidido que el vehículo sea una cápsula presurizada que se elevará unos 30 kilómetros desde el suelo.

La primera de ellas la volaron en 2011, en Aragón, y un año después repitieron la experiencia desde León, concretamente desde la base militar Virgen del Camino gracias al apoyo importante, pero también inesperado, que les brindó el Ejército del Aire. Volaron dicha cápsula, de 400 kilos, con un robot en su interior, y ahora se exhibe en el Museo de la Movilidad de Zaragoza. Estos vuelos han permitido también tomar datos de la atmósfera que difícilmente se pueden hallar de otro modo.

López Urdiales con un traje de astronauta.

López Urdiales con un traje de astronauta. Imagen cedida.

La falta de financiación privada, insuficiente para poder llevar a personas al espacio, como la escasa financiación pública dirigida a proyectos ecológicos, "y el nuestro lo es porque es 0 emisiones", recalca López, han hecho que la idea quede algo parada durante estos últimos años. De todas formas, en Zero 2 Infinity siguen andando el camino: "Hemos creado muchos puestos de trabajo, hemos conseguido que talento español en el extranjero retornara al país y hemos invertido mucho en la formación de nuestros equipos. De aquí han salido emprendedores que han creado decenas de empresas", se explaya el CEO de la compañía.

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La financiación como mayor problema

La empresa, en estos momentos, está en una "dificultad financiera", según afirma su fundador. "Yo sigo convencido de que muchas personas quieren experimentar la experiencia de ver la Tierra desde el espacio, y la forma más económica y sostenible de hacerlo es con globos", se reafirma el propio López. Para ello no están solos. Desde el principio y también en esta época más difícil han contado con el apoyo de la empresa Ultramagic, ubicada en la ciudad barcelonesa de Igualada, líder industrial en vuelos con globos. Al fin y al cabo, cuenta López, los procesos de seguros, certificación y permisos se realizan con las mismas entidades, por lo que el camino estaba algo más allanado.

Por su parte, López sigue soñando: "Yo lo que quiero es ofrecer la vista de la Tierra desde donde el cielo es negro de día, lo suficientemente alto para ver la curvatura del planeta y las estrellas de día. Alcanzaremos los 36 kilómetros de altura". En este sentido, aunque algo parada tamaña hazaña, desde Zero 2 Infinity no han dejado de trabajar. "Tenemos diferentes diseños, patentes, una ambición que va más allá de este proyecto en concreto. Por ejemplo, hemos patentado un lanzador de pequeños satélites que utiliza un globo en su primera etapa de subida", comenta al respecto.

López Urdiales con una cápsula espacial.

López Urdiales con una cápsula espacial. Imagen cedida.

Aun así, la empresa quiere lograr el globo y la cápsula que ponga a las personas en el espacio, y lo quiere lograr superando algunos impedimentos que repercutan en la viabilidad del proyecto: "Elon Musk, dueño de Tesla y X, tiene su propio prototipo, al igual que Jeff Bezos, dueño de Amazon, pero no son proyectos sostenibles económicamente de por sí y tienen un impacto ambiental significativo, además de que para el cliente es bastante incómodo y está muy poco tiempo en el espacio", valora el fundador de Zero 2 Infinity.

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El menú para degustar en el espacio

En cambio, su globo podrá estar unas dos horas a más de 30 kilómetros del suelo tras un ascenso que tarda entre dos horas y dos horas y media. En la cápsula, con forma de donut, tal y como la describe el mismo López, habrá grandes ventanales al exterior, un aseo y asientos espaciosos para cuatro pasajeros, que irán acompañados de dos pilotos.

"Puedes levantarte y caminar, ir al servicio, e incluso personalizar tu experiencia por si quieres tomar un menú especial mientras vuelas. La gente también podrá llevar telescopios para ver algunos cuerpos astronómicos que difícilmente se pueden apreciar desde la Tierra", especifica. Una vez finalizada la experiencia, el globo con helio descenderá separado de la cápsula que, en su caso, bajará con un paracaídas guiado muy grande. "Todo esto yo ya lo escribía en mi 'paper' de 2002 que presenté en Houston", incide López.

Por otro lado, desde Zero 2 Infinity han realizado 50 vuelos de prueba de diferentes elementos. Todavía no han llegado a llevar turistas al espacio, pero sí han invertido lo suficiente para seguir acercándose a su meta. "Estos otros vuelos nos ayudan a madurar subsistemas de la cápsula que transportará personas. Por ejemplo, puedes subir las radios o un componente de separación para ver cómo responderán cuando llegue el momento", ilustra el fundador de la compañía.

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Apropiación ajena de la idea

Al igual que en tantas otras ocasiones, la financiación en este tipo de proyectos juega un papel esencial. López, interesado en conseguirla, sufrió una mala pasada en 2019. "Se me acercó un hombre y me dijo que se dedicaba a conseguir inversión para compañías, y que tenía muy buenos contactos, y me lo demostró, además de que también estaba ligado con una consultora de prestigio", inicia el relato.

Retrato de López Urdiales.

Retrato de López Urdiales. Imagen cedida.

Tras conseguir a los inversores, el conseguidor, la consultora y Zero 2 Infinity firmaron un contrato con artículos de confidencialidad altamente estrictos. La comisión para el intermediario era del 10%. "La sorpresa llegó cuando, una vez conseguido el dinero, en lugar de meterlo en mi empresa, deciden crear una compañía fantasma y meterlo todo ahí, lo que casi nos llevó a la bancarrota porque todo esto pasó antes de la época de la Covid, momento en que se pararon muchos proyectos con Airbus y otros clientes", se explaya el CEO de Zero 2 Infinity.

Denunció lo ocurrido, pero quienes estaban detrás de la nueva empresa volvieron a crear otra, en este momento con cierto renombre dentro del negocio del turismo espacial. "Recibieron 6 millones de euros que provienen de un trabajo que yo llevaba desempeñando desde hace una década. Ahora, hay un juez en Madrid que ha visto indicios de delito por revelación de secretos", apunta el afectado. Al fin y al cabo, concluye, "lo que me molesta no es que me copien, porque eso significa que estoy haciendo bien las cosas, sino que se firmen acuerdos de confidencialidad y no competición y, después, compitan".