La peor tragedia del ‘taxi patera’ en Mazarrón: Mansouria y su hija Aya nunca llegarán a Francia
La mujer argelina y su niña de 9 años soñaban con reunirse con el cabeza de familia en el país vecino. EL ESPAÑOL reconstruye en exclusiva el naufragio
1 abril, 2021 03:37El sueño era reunirse con el cabeza de familia en Francia para emprender una nueva vida con un horizonte esperanzador: algo que no les ofrecía Argelia. Y para ello, Mansouria estaba dispuesta a pagar lo que pidiese la red de trata de seres humanos, con tal de lograr un billete en un 'taxi patera' para ella y su preciosa niña, Aya. La aventura comenzó desde una playa de Mostaganem con destino al litoral de la Región de Murcia. Después de hacer tierra en España proseguirían el camino -por carretera- hasta llegar a suelo francés. El viaje terminó en tragedia para madre e hija.
EL ESPAÑOL ha podido saber que Mansouria y Aya forman parte del listado de desaparecidos y fallecidos del trágico naufragio que este sábado sufrió una embarcación con inmigrantes, a unos kilómetros de la playa de Percheles, en el municipio de Mazarrón. "El viernes por la noche partió el 'taxi patera' con catorce o quince tripulantes", tal y como detalla una fuente que ha contactado con familiares de los protagonistas de este drama humanitario ocurrido en el litoral murciano.
"Todos eran argelinos excepto dos marroquíes", apunta una fuente de la Policía Nacional. Las únicas mujeres de la tripulación eran Mansouria, de 29 años, y Aya, una inocente chiquilla, de 9 añitos, de ojos con tonos claros, delicada melena y una sonrisa que irradiaba ternura. Este terrible naufragio tarde o temprano iba a ocurrir en la Región de Murcia porque cerró 2020 con un dato histórico: la actividad de las mafias que trafican con inmigrantes irregulares repuntó un 239%.
"Los familiares de las víctimas dicen que pagaron entre 4.000 y 6.000 euros por el viaje", según esta fuente que ha hablado con allegados de la tripulación. Desde el 'taxi patera', una lancha negra, con un motor de 85 caballos, se comenzó a divisar suelo español el sábado por la tarde. Todos los inmigrantes sonreían porque la odisea estaba a punto de finalizar, pero esas largas horas de viaje solo fueron el prólogo del infierno que vivieron al empeorar las condiciones del mar.
"El oleaje empezó a meter agua en la lancha: al final se hundió o terminó volcando". Lo único que está claro del naufragio es que quince tripulantes acabaron en altamar: comenzaba a fraguarse una tragedia con unos protagonistas con nombres y apellidos, familias, muchos sueños, pero también muchas carencias en sus países de origen que los empujan a embarcarse en viajes para los que el término arriesgado se queda corto.
A 7 kilómetros de tierra
"El temporal a ellos les sorprendió a unos cinco o siete kilómetros de la costa", calcula una fuente de la Policía Nacional. Había un largo trecho a nado, sobre todo para la pequeña Aya a la que Mansouria buscó entre las olas. "La mayoría se agarraron a los bidones de gasolina de la lancha para no ahogarse, madre e hija estaban sujetas a uno que perdía gasolina por lo que se quemaron por la reacción del combustible en contacto con el agua", tal y como relata esta fuente que ha hablado con supervivientes y familiares de las víctimas.
En el puesto que la Guardia Civil tiene en Mazarrón entró este aviso a las 20 horas del sábado: "Alerta sobre posible entrada de patera por la playa de Percheles". De inmediato, en esa zona del litoral que está en la pedanía mazarronera de Cañada Gallego fueron movilizadas patrullas de la Beneméria, Policía Local, Salvamento Marítimo, Protección Civil y Cruz Roja.
"Iban nadando contra el oleaje, buscando tierra, manteniéndose a flote con la ayuda de los bidones, pero la falta de luz hizo que unos de otros perdieran el contacto visual". La situación más que agobiante era luctuosa.
Tres de los tripulantes tuvieron suerte porque a menos de 500 metros de la playa de Percheles, fueron socorridos por unos surfistas y el policía local Andrés Fernández. A partir de ese momento, comenzó el doloroso parte de defunciones: se notificaba el fallecimiento de dos varones argelinos y una lista de desaparecidos para los que las horas jugaban en contra de su vida.
EL ESPAÑOL ha podido saber que el listado de once desaparecidos lo integran Mansouria Belmokhtar (1992); Aya Bekouche (2012); Mohamed Souhil Lebyed (1999); Ben Adda Nour El Dine (1978); Seghir Mohammed (1996); Khadir Zakaria (1990); Mohamed Yachouti (1999); Mohamed Mansour (1997); Abou Cherif (1981); Zitouni Abdelghani (1989) y Dilmi Hicham (1993). No son cifras de la estadística de inmigración del Ministerio del Interior, son personas por las que sus familias en el continente africano están sin pegar ojo desde el sábado.
"Mansouria y Aya viajaban para reunirse con el cabeza de familia en Francia: él también se jugó la vida en patera y había logrado encontrar un trabajo, los familiares de la madre y la hija aseguran que estaba asentado en ese país", resumía la citada fuente. Los únicos supervivientes de esta historia acabaron en distintos centros hospitalarios: dos de ellos fueron trasladados al Hospital Santa Lucía de Cartagena, afectados por hipotermia, y el tercero, el supuesto patrón del 'taxi patera', tuvo que ser evacuado en helicóptero al Hospital Torrecárdenas de Almería.
Investigación policial
El domingo, al pie del cañón, volvieron a estar los de siempre: el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil, Policía Local... "La playa de Percheles se inspeccionó de norte a sur, se realizaron trabajos de buceo remolcado e inmersiones hasta doce metros de profundidad", enumera una fuente que participó en el dispositivo de búsqueda de supervivientes que movilizó al helicóptero del 112, tres motos de agua, cuatro embarcaciones, siete buceadores...
"No había rastro de la patera ni del motor: ese tipo de embarcaciones neumáticas no suelen hundirse, sino que terminan a la deriva". Tal situación abre la posibilidad de que entre la tripulación viajasen dos miembros de la mafia y uno de ellos, a diferencia del patrón, quizá regresó a la lancha porque finalmente el oleaje no la hundió y puso rumbo a Argelia. Esta hipótesis tendrá que aclararla la investigación de la Policía Nacional porque este miércoles seguía sin aparecer la patera.
Otra cuestión a dilucidar es si el importe de los billetes que pagó cada tripulante podría oscilar supuestamente entre 600 y 1.000 euros. De momento, los dos tripulantes que han sobrevivido al naugrafio, según un policía nacional, "van a declarar en calidad de testigos protegidos".
Los investigadores quieren desmantelar esta supuesta mafia, que organizó el viaje a Percheles desde Mostaganem, a través de estos dos tripulantes de la patera. Uno está en el Hotel Cenajo de Moratalla, cumpliendo cuarentena, y el otro sigue hospitalizado en Cartagena.
El patrón a la cárcel
El presunto patrón del 'taxi patera' cambió este martes la cama del Hospital Torrecárdenas de Almería por el banquillo del Juzgado de Instrucción número 2 de Totana. Allí se acogió a su derecho a no declarar. El magistrado acordó su ingreso en prisión provisional y sin fianza porque existía riesgo de fuga. "No es la primera vez que el detenido viene a costas murcianas", asegura un policía nacional. "Parece ser que la mayoría de tripulantes no se conocían entre ellos, a excepción de la madre y la hija".
El 'capitán' de esta tragedia, de entre 25 y 30 años, está investigado por un supuesto delito contra los derechos de ciudadanos extranjeros, segun ha informado el Tribunal Superior de Justicia en Murcia. Todo ello, sin perjuicio de una calificación posterior, con el avance de las diligencias de investigación, en las que se le puede terminar acusando de once delitos de homicidio por imprudencia a la vista del goteo diario de cadáveres.
"Por la situación de la mar los cuerpos podrían ir apareciendo en los próximos días en playas de Águilas y Almería", sostenía un experimentado guardia civil en conversación con este diario. Y no se equivocada porque este martes apareció un cadáver, a las 9.25 horas, flotando a la deriva cerca de una piscifactoría de Culmarex, en la playa aguileña de la Carolina. Solo seis horas después un barco de pesca de Mazarrón que estaba faenando arrastró en sus redes a otro inmigrante sin vida.
Este miércoles un miembro de Emergencias en Almería contaba a este diario que embarcaciones y medios aéreos daban batidas por las playas almerienses para tratar de dar con más tripulantes de la patera del 'caso Percheles'. "Los familiares en Argelia siguen creyendo que están vivos en algún lugar, no pierden la esperanza, pero seguro que han fallecido todos los desaparecidos porque son demasiados días".
Siete fallecidos
En los tres primeros meses del año, en las costas de Almería ya han sido contabilizadas 108 pateras y en la Región de Murcia más de 150 inmigrantes irregulares han tomado tierra. La pandemia de coronavirus no frena a las redes que tratan con seres humanos. "La situación es horrible", denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). "Vamos a razón de más de una patera al día en lo que llevamos de año", alertan desde Justicia Policial (Jupol).
El luctuoso recuento prosiguió este miércoles con la localización de otras tres víctimas mortales de la trata de seres humanos. La cifra total de decesos del 'caso Percheles' se elevaba a siete -a falta de localizar a otros cuatro tripulantes de la lancha que zozobró en Mazarrón-. A las 13.30 aparecía una persona sin vida flotando a la deriva frente al Castillo del Nazareno en Garrucha (Almería).
Pasadas las once de la noche, dos fuentes próximas a los trabajos de búsqueda avanzaron a EL ESPAÑOL que en una playa que hay frente a una gasolinera, entre Garrucha y Mojácar, se había localizado el cadáver de un hombre adulto y de una menor de edad: "Es Aya porque es el cuerpo de una niña de 9 años". Jamás podrá reencontrarse con su padre en Francia porque perdió la vida echándose al mar en el 'taxi patera' de una mafia.