"¿Quién le iba a decir a él que 40 años después iba a estar recordando el 23F desde Abu Dabi?". Así se lamenta uno de los amigos de Juan Carlos I de su llamada corte gallega cuando le preguntamos por cómo el ex Jefe del Estado va a pasar este aniversario tan señalado en la historia de su reinado y de su vida.
Los compañeros de tripulación, que guardan su sitio en el barco al El Patrón -como le llaman todos allí y que es el mismo apelativo con el que le llaman sus hijos, el Rey Felipe y sus hermanas, Elena y Cristina- son las personas con las que el Emérito se desahoga cada día por teléfono. "Si no llama a uno, llama al otro. Luego nosotros lo comentamos cuando nos juntamos en el náutico, así estamos todos al día de cómo se encuentra y de cómo está de ánimo", añade.
Y será con ellos con los que hablará este 23-F para contarles su estado de ánimo en el 40 aniversario de una fecha que nadie puede olvidar. Es cierto que todos recordamos el mensaje televisado de Su Majestad y el mensaje que se envió desde Zarzuela a Milans del Bosch, que ya había sacado sus tropas en Valencia. "Cualquier golpe de Estado no podrá escudarse en el Rey. Es contra el Rey. Te ordeno que retires todas las unidades que hayas movido. Te ordeno que digas a Tejero que deponga inmediatamente su actitud. Juro que ni abdicaré de la Corona ni abandonaré España".
¿Quién le iba a decir que cuatro décadas después ya habría abdicado y que habría abandonado el país? "En nuestras cenas y comidas le hemos preguntado mucho por ese día y siempre que termina de contarlo alguien grita un ¡Viva el Rey! Y ahora fíjate que no dejan ni que vuelva. Ya con la vacuna y todo ya puesta y no hay manera de que le dejen regresar", se queja el amigo marinero de Juan Carlos.
Lo cierto es que Juan Carlos I está ahora a 7.562 kilómetros de distancia de donde se encontraba el 23 de febrero de 1981, pero sigue siendo una fuente permanente de noticias. Hace 10 días saltaron las alarmas cuando a las redacciones llegaban noticias desde Emiratos Árabes asegurando que el padre de Felipe VI estaba enfermo.
Al día siguiente, Pilar Eyre aseguraba que el emérito estaba muy grave en Abu Dabi. Ante semejante anuncio, Zarzuela, que normalmente se niega a afirmar o desmentir ninguna noticia referente al ex Jefe del Estado, enviaba un SMS a los periodistas que habitualmente cubren Casa Real con el siguiente mensaje: "Ante algunas supuestas informaciones sobre el estado de salud de Su Majestad el Rey Juan Carlos fuentes de la Casa de SM el Rey señalan que no tienen ningún fundamento".
Y por si la aclaración oficial fuera poco para desmentir a la periodista catalana, el propio Emérito cogió el teléfono a su amigo Carlos Herrera para decir en la Cope que se encontraba perfectamente: "Estoy como un oso. Haciendo dos horas de gimnasia al día", aseguraba con una potente voz al otro lado del inalámbrico.
Atención médica
Pero el ex Jefe del Estado no estaba siendo del todo sincero. Es verdad que no estuvo grave, pero ese viernes 12 de febrero, y al día siguiente, el sábado 14, los médicos tuvieron que atenderle "porque sufrió los efectos de la segunda dosis de la vacuna de la Covid-19 que se ha puesto allí. Se encontraba fatal, se puso delicado. Cierto que nadie se puso en lo peor, pero a nosotros nos contó que estaba fastidiado. Además, acababa de cambiarse de lugar de residencia, así que se le juntó un poco todo. Grave no, pachucho sí", cuenta el mismo compañero de navegación por las rías gallegas.
Fueron muchos los que se preguntaron la razón del empeño de Juan Carlos por demostrar que se encontraba como un "oso". Tras seis meses sin verle, salvo en aquella imagen en la que aparecía llevado en volandas por dos de sus personas de seguridad, de repente pudimos ver varias instantáneas de Su Majestad en su nueva villa. "Es que él odia que se hable de que se va a morir. Lleva meses escuchando de todo, a ver, tiene una edad y mucha paliza encima, pero es que lo de que estaba grave ya le llegó al alma y decidió que ya estaba bien. Tiro de los muchos amigos que todavía le quedan en los medios y dejó claro que se encuentra bien", aclara la misma fuente a este periódico.
A pesar de que el padre de Felipe VI ya está inmunizado contra el coronavirus, al haberse puesto las dos dosis contra el coronavirus,fuentes cercanas al Emérito aseguran que se ha inmunizado con la vacuna china Sinopharm, la misma que se ha puesto su anfitrión en el país árabe, el emir de Abu Dabi el jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan y una tercera parte de la población del país. El rey de Marruecos, Mohamed VI, también ha usado la misma vacuna. Sin embargo, Juan Carlos no tiene planes de regreso inmediato a España. No obstante, se apunta que Zarzuela y el Gobierno están examinando esta posibilidad, para evaluar si es conveniente. Por ahora, la respuesta desde Madrid ha sido: "Que espere un poco. Que las cosas tienen que mejorar", cuentan desde Galicia.
Ante la perspectiva de que se alargue su estancia en el desierto, el padre del Rey decidió aceptar la oferta de su amigo, el empresario británico con el que pasó la Nochebuena acompañado de su familia, de aceptar una de las mansiones que tiene en propiedad en la isla de Nurai, a 15 kilómetros de la capital de Emiratos, y donde él pasa largas temporadas. "Estaba cansado del hotel. De ir de la villa al gimnasio, al fisio, a la piscina… En la casa está mucho más feliz, siente que tiene mucha más intimidad. Aprovechando la visita de sus dos hijas, la infanta Elena y Cristina, hace unas semanas, decidió mudarse a su nuevo hogar", aclara el amigo del ex Jefe del Estado.
¿Y cómo es la mansión en la que Juan Carlos va a pasar el 40 aniversario del 23F? La casa, con vistas al mar y piscina, cuenta con 1.050 metros cuadrados construidos y 4.150 de parcela. Se trata de una mansión con dos plantas, con seis dormitorios, siete baños y dos amplios salones. El nuevo hogar del Emérito cuenta con todo tipo de comodidades. Está situada en un lujoso resort, tiene una mesa de billar, futbolín y una sala de cine con capacidad para 18 personas.
Este 23 de febrero será un día más en la rutina del padre de Felipe VI en Abu Dabi. Tras desayunar, acudirá a su encuentro con el fisioterapeuta que le está atendiendo en el país árabe. No esta previsto que este, el doctor Manuel Sánchez, quien se desplaza frecuentemente a Abu Dabi. Después de dos horas de ejercicios en el gimnasio, Juan Carlos disfrutará de su comida en la zona de la piscina, donde tiene un porche perfecto para esa hora de la tarde porque da sobra y no hace tanto calor. "Se queja un poco del calor (y eso que dice que ahora ha mejorado mucho) y de la comida, que era muy especiada en el hotel. Ahora en su cocina le han puesto a un cocinero de origen español y está más contento".
"Después de comer, se echa una pequeña siesta y cuando se levanta recibe, si tiene, alguna visita o aprovecha para hacer sus llamadas diarias a los amigos, a su abogado y a sus hijas. Y siempre termina el día en la sala de cine disfrutando de su género favorito de largometrajes, los antiguos wéstern".
"No creo que tenga ganas de celebrar nada. Y ya está, ahora solo le queda esperar a que le den permiso para volver y retomar su vida y sus regatas en mares de Galicia. La verdad es que ya está cansado de tanto desierto, tanto dátil y tanto mar tan azul, que dice que es un tono mucho más feo que el de nuestra ría", sentencia su amigo.
La diferencia horaria con Abu Dabi es de tres horas. El acto, este martes, en el Congreso de los Diputados, comienza a las 13 horas, las cuatro de la tarde allí. La hora de la siesta. La interrumpirá.
Puede que este martes Juan Carlos I no termine la jornada, a más de siete mil kilómetros, con una película de indios y vaqueros y se decante por alguno de los muchos documentales que hablan del papel que jugó aquella noche en la que el destino de España estuvo en sus manos.