Los números, un día más, apabullan. Este viernes, Sanidad ha informado de 1.895 nuevos casos de Covid-19, la cifra más alta en semanas y eso que, según el Gobierno, los datos de Aragón no se han incluido "por problemas técnicos", lo que añade aún mayor incertidumbre.
En cifras oficiales, ya hay 314.362 positivos mientras permanecen activos 580 brotes. Con esta progresión, no es descabellado pensar que pronto se tomen medidas drásticas. Hasta la BBC nos ha sacado los colores con un gráfico que muestra a España como la apestada de Europa. Todo un nuevo desafío a la capacidad de nuestro sistema de Salud.
Guerra de cifras
Que estemos en récord de infectados no parece ser un freno para la estéril guerra de cifras y de criterios entre Administraciones. Si el jueves la consejera de Sanidad del Gobierno Vasco, Nekane Murga, confirmaba que estábamos ante una "segunda ola" de la epidemia, poco después era contestada por Fernando Simón, para quien hablar de una segunda ola supone ahondar en cuestiones semánticas.
Todas estas discrepancias entre las autoridades -este viernes la Comunidad de Madrid y el Gobierno han vuelto a enzarzarse a costa de los asintomáticos- redundan en un problema del que alertamos al principio de la crisis: falta de claridad en las estadísticas. Y no olvidemos que el virus, mutable, cada vez afecta a personas de menor edad, lo que hace más compleja la fotografía exacta de la epidemia.
La desconfianza
Es comprensible que el ciudadano, al que se le han dado no sólo informaciones erróneas, sino protocolos anticontagio contradictorios -un ejemplo, la normativa autonómica sobre las mascarillas-, empiece a desconfiar de los políticos. Acaso porque siente que todo es una burla cuando lo que se precisa es fiabilidad y confianza.
Que nadie olvide que la segunda ola puede ser dramática. En una entrevista con EL ESPAÑOL, el director médico del Ramón y Cajal, Agustín Utrilla, asegura que "hay que frenar el crecimiento exponencial" de la epidemia, y aunque "no se llegue a la locura y el espanto de marzo", su hospital ya está tomando medidas en previsión. No se trata de alarmismo, sino de responsabilidad y de concienciación.