A última hora de este martes ha trascendido que Ciudadanos dará su apoyo al Gobierno a la cuarta prórroga del estado de alarma. Tras una jornada de intensas negociaciones, los liberales han conseguido poner en valor sus 10 escaños en el Hemiciclo después de la negativa de ERC y lo que parecía una abstención del PNV que tensaba la cuerda.
Frente a la actitud mas dura y exigente de Pablo Casado, Cs desde un principio ha mostrado una predisposición constructiva. Lo cierto es que el hecho de que Inés Arrimadas acuerde con Pedro Sánchez su voto sólo supone un cambio en el tablero político: el Gobierno prescinde de ERC sobre la bocina y abraza a Cs en unos términos con los que Podemos deberá transigir.
Romper una dinámica
El espíritu de lo acordado entre Ejecutivo y Cs pone especial énfasis en las medidas sociolaborales. Y rompe la dinámica de Pedro Sánchez de pactar solo con independentistas y nacionalistas.
El acuerdo también especifica que Gobierno y Cs mantendrán encuentros semanales para consensuar los términos que permitan alcanzar esa "nueva normalidad" en un contexto de sensatez. Se dan los pasos necesarios hacia un pacto más transversal al que el PP tendrá más fácil adherirse.
Aliada potencial
A la espera de cómo vayan evolucionando los acontecimientos, empiezan a darse pasos para centrar la política. Sánchez no debe interpretar como un cheque en blanco el gesto de Arrimadas, que la convierte en aliada potencial.
En la letra de lo firmado se estipula que las medidas acordadas irán más allá de la vigencia del estado de alarma. Ahí deben cimentase las bases de un entendimiento más amplio de las recetas ideológicas de Podemos y que ha de servir para sacar el país adelante.