Si el próximo 2 de mayo -exactamente dentro de un mes- no hay un candidato con suficientes apoyos como para convertirse en presidente del Gobierno, el rey disolverá las Cortes y convocará elecciones para el 26 de junio. En EL ESPAÑOL hemos puesto en marcha un temporizador en nuestra página, esperando que la visión de la cuenta atrás sirva para alertar de lo mucho que hay en juego. Sería un fracaso colectivo tener que volver a votar después de tres insólitos meses de bloqueo. 

El enorme coste económico de mantener un Gobierno en funciones sin capacidad de tomar decisiones de calado y el desgaste político e institucional que supone perpetuar la actual situación de zozobra deberían haber llevado a los partidos a tener altura de miras y, literalmente, encerrarse hasta alcanzar un pacto. Muy al contrario, tras el acuerdo de gobierno alcanzado hace un mes por Pedro Sánchez y Albert Rivera, los dirigentes políticos se han enrocado en sus posiciones o apenas se han entretenido en gestos y declaraciones de buenas intenciones.

Profunda paradoja

El primer sondeo elaborado por EL ESPAÑOL, a partir de los datos recabados por la empresa Netquest mediante 1.000 entrevistas, revela una profunda paradoja: aunque sólo el 20% de los encuestados quiere que haya elecciones de nuevo, los cuatro pactos hasta ahora barajados serían rechazados por una mayoría rotunda. O dicho de otro modo, más de un 80% de los ciudadanos preferiría algún gobierno de coalición antes que volver a votar, pero cualquiera de las fórmulas planteadas provoca más oposición -en torno el 60% en todos los casos- que la repetición de los comicios.

Las combinaciones posibles por las que hemos preguntado son una gran coalición encabezada por PP con el apoyo de PSOE y C's; el mismo pacto pero encabezado por el PSOE; una alianza PSOE, Podemos y C's; o un gran pacto de izquierdas con respaldo de nacionalistas e independentistas, como reclama Pablo Iglesias cuando pide un "gobierno a la valenciana". Pues bien, aun siendo la gran coalición PP, PSOE y C's la fórmula preferida por el 22,4% de los encuestados, hasta un 59% de los votantes vería mejor repetir las elecciones a un Ejecutivo así. Por lo que atañe al resto de fórmulas posibles, todas salen aun peor paradas

Deterioro de los partidos

Estos datos indican que el inmovilismo de los partidos tiene su correlato en el de los electores, lo cual no obsta para que los votantes castiguen la situación de parálisis. De hecho, desde las elecciones del 20-D, la imagen de todos los partidos se ha deteriorado, aunque el desgaste ha sido mayor para Podemos (61%) y PP (55%) que para Ciudadanos (35%) e IU (22%). Curiosamente PP y Podemos han sido las formaciones que más se han enrocado, mientras que Ciudadanos ha sido el partido que más dispuesto se ha mostrado a facilitar la formación de un Gobierno.

Este domingo informaremos de forma detallada de cómo ha evolucionado la intención de voto, pero lo que no ofrece lugar a dudas es que con un panorama y una actitud así por parte del electorado, la repetición de elecciones podría abocar a España a mayores cotas de frustración. Los españoles están hartos de esperar y son conscientes que de prolongar la actual inestabilidad tiene efectos muy negativos sobre la economía porque la incertidumbre retrae decisiones de consumo, inversión productiva y contrataciones: nuestro economista Daniel Lacalle ha cifrado en 2.000 millones mensuales la factura del desgobierno. Sin embargo, el sondeo de EL ESPAÑOL es paradigmático de una sociedad que, aun siendo consciente de que los partidos deben ponerse de acuerdo para gobernar, se resiste a asumir las transacciones y renuncias que implica la nueva política.