Foto de archivo del opositor ruso Alexéi Navalny.

Foto de archivo del opositor ruso Alexéi Navalny. Reuters

EEUU

La Inteligencia de EEUU determina que Putin "probablemente" no ordenó matar a Alexéi Navalny

Biden responsabilizó directamente al presidente ruso de su fallecimiento e incluso su Administración impuso una serie de sanciones a Rusia como represalia.

28 abril, 2024 08:40

El presidente ruso, Vladímir Putin, "probablemente" no ordenó la muerte del opositor ruso Alexéi Navalny. Esa es la conclusión a la que han llegado las agencias de Inteligencia del Gobierno de Estados Unidos, según informaron este fin de semana medios estadounidenses. Sin embargo, sigue sin esclarecerse la causa de su muerte el pasado febrero. 

En el informe de la Inteligencia, distribuido en varias agencias del Gobierno de EEUU, no se exime de culpa a Putin, pero se considera que no fue quien dio la orden de acabar con la vida del opositor.

Cuando trascendió la muerte de Navalny, que cumplía condena en una prisión en el círculo polar Ártico, el presidente de EEUU, Joe Bidenresponsabilizó directamente a Putin de la muerte de Navalny e incluso su Administración impuso una serie de sanciones a Rusia como represalia.

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"No sabemos exactamente qué ha pasado, pero no hay duda de que la muerte de Navalny es consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones", respondió Biden en una rueda de prensa tras ser preguntado si consideraba que la muerte del opositor ruso era un "asesinato".

También, la viuda de Alexéi Navalny, Yulia Navalnaya, acusó tres días después de su fallecimiento al presidente ruso de matar a su marido y prometió que seguirá luchando por la “libertad” de su país.

La versión oficial de los servicios penitenciarios rusos es que Navalny, de 47 años, murió después de sentirse mal tras dar un paseo en la cárcel donde estaba recluido y, a pesar de que los servicios médicos intentaron reanimarlo "durante más de media hora", acabó muriendo.

El líder opositor había sido trasladado el pasado diciembre desde una cárcel en la región de Vladímir, a menos de 200 kilómetros de Moscú, hasta una prisión en Jarp, en el círculo polar Ártico, cerca de la cordillera de los Urales.

Navalny había sobrevivido en 2020 a un intento de envenenamiento con el agente químico Novichok y su salud había sido motivo de creciente preocupación después de que se declarara en huelga de hambre entre marzo y abril de 2021, semanas en las que perdió mucho peso.