Jorge Testone y Luis Sorolla protagonizan  una escena de 'Oveja perdida'. Foto:  Denisse Van der Ploeg

Jorge Testone y Luis Sorolla protagonizan una escena de 'Oveja perdida'. Foto: Denisse Van der Ploeg

Teatro

'Oveja perdida', una protesta teatral contra la precariedad laboral

Braian Kobla dirige y escribe esta atrevida propuesta en la sala Cuarta Pared para abordar, desde un cuadrilátero, los derechos y la afectividad en el trabajo.

16 mayo, 2024 02:20

Una protesta laboral en 360º. Esta es la atractiva propuesta de la compañía Chamán Producciones, que este jueves regresa a la Cuarta Pared después de haber participado con dos sesiones en el mismo día en su Festival Esencia.

Dirigida y escrita por Braian Kobla (La Plata, 1988), el argentino ha transformado la sala alternativa en un cuadrilátero por el que el público, que permanecerá de pie a lo largo de la función, podrá moverse alrededor de esta historia que indaga en la conexión entre la precariedad y la afectividad en el trabajo.

En Oveja perdida ven sobre mis hombros que hoy no sólo tu pastor soy sino tu pasto también nada es convencional. Ni si quiera este imposible título que, en diálogo con el Barroco, su autor toma prestado de Góngora.

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“Podría ser utilizado tranquilamente como un speech de cualquiera de estos tránsfugas y estafadores hoy tan en boga–comenta Kobla a El Cultural–. Lo asocio a cómo se manejan los coach motivacionales o algunas personas en las empresas con un discurso espiritual que en realidad es una trampa”.

Sobre estas prácticas capitalistas reflexiona precisamente esta obra –premio a la mejor dramaturgia en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires–, que surge cuando empiezan a instalarse las aplicaciones de reparto a domicilio en Argentina. “Me interesaba ver cómo funcionan estas plataformas que median entre la fuerza de trabajo y las comodidades, y qué tipo de relaciones de afectividad se establecen en ellas”.

Trabajar para una nube

A partir de esta idea y del concepto de “trabajador cognitivo” del filósofo italiano Franco ‘Bifo’ Berardi, Oveja perdida indaga, además, en las personas que trabajan para entidades externas. “Son empresas que arman una cadena de empresas dentro de otras en las que como trabajador no tienes claro a quien reclamar tus derechos".

Como dicen en la obra, “trabajamos para espectros sin rostro, para una nube, un cálculo que se hace en el aire, una especulación financiera donde formamos parte de un pequeño eslabón. Hay algo del valor del trabajo, del cuerpo de las personas y de sus afectos que está supeditado a una maquinaria financiera”.

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Protagonizada por Marina Fantini, Jorge Tesone, Luis Sorolla y Esther Saz, esta peculiar protesta laboral se formaliza, además, con una atrevida puesta en escena. “Cuando un horizonte de expectación es fijo, la multiplicidad de puntos de vista se da por la cantidad depersonas que hay. Pero ¿qué pasa si trastocamos esa línea y la transformamosen una expectación de 360º donde el público pueda moverse alrededor? Pensábamos en un espectador multitarea que tenga que estar haciendo varias operaciones durante el transcurso de la obra, que esté involucrado en las mismas dinámicas que los intérpretes”. ¿Se unirá entonces él también a la protesta?