¿El secreto de la longevidad existe? Las razones por las que en los países asiáticos viven más

Existen determinados lugares en los que la esperanza de vida es superior a la del resto del mundo, y lo cierto es que Japón es uno de ellos. Además de ser el país que más centenarios tiene, se sabe que sus habitantes disfrutan de una estupenda calidad de vida, mucho más activa y saludable de lo que suele esperarse en las edades más avanzadas. Los buenos hábitos del país nipón, al igual que en otros muchos del continente asiático. ¿Y si la llave de la 'eterna juventud se encuentra en Asia? ¿Cómo logran vivir tantos años? Te lo contamos en VIVIR.

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No, el secreto de la 'vida eterna' no existe

O, al menos, no hay un solo responsable de esa longevidad tan anhelada por todos. Según un estudio elaborado por la Universidad de Boston y el Centro Médico Tuts, los centenarios podrían tener factores protectores que les permiten superar enfermedades con mayor facilidad y llegar a edades extremas.

De esta manera, los investigadores apuntan a que el perfil inmunitario de los centenarios no sigue las tendencias asociadas con el envejecimiento natural que normalmente tenemos los seres humanos.

Así que no, no podemos hablar de un secreto infalible que nos haga alcanzar la inmortalidad, porque en buena medida todo va determinado por la genética.

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Sin embargo, es cierto que, en determinadas regiones, como Asia, continúan batiendo récords y demostrándonos que, con unos hábitos adecuados, es posible vivir mucho, y hacerlo bien, sin tener que hacer grandes sacrificios. 

¿Por qué los asiáticos viven más?

El estilo de vida de las poblaciones orientales siempre nos ha llamado la atención, ya que sus habitantes suelen gozar de una excelente salud y se mantienen en forma, independientemente de la etapa vital en la que se encuentren. 

Junko Takahashi se encargó, durante años, de recopilar las historias de estos eternos longevos, con la intención de descubrir cuáles son las claves detrás de su larga vida.

En El método japonés para vivir 100 años (Ed. Planeta), la periodista exploró las rutinas que siguen los centenarios en el país y las resumió en varios puntos que te explicamos en VIVIR: 

Un estilo de vida saludable

Al igual que la genética, seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio habitual son parte de la base sobre la que se sustenta el secreto de la longevidad oriental.

Por ejemplo, en Okinawa, la isla con más centenarios del mundo, la comida es una medicina más, y en sus platos no pueden faltar legumbres, verduras y tubérculos como la batata. 

Además, uno de los hallazgos que encontró Takahashi es que los japoneses no comen hasta hartarse, sino que, en su lugar, prefieren frenar antes de estar completamente saciados.

Esto es lo que se conoce comúnmente como Hara Hachi Bu, un método que nos ayuda a comer más despacio y tener conciencia plena de lo que ingerimos. 

Cultivar el alma y disfrutar la rutina

Además de cuidar nuestro cuerpo, también hay que seguir el mismo ejemplo con nuestra mente. Para lograr vivir muchos años, es fundamental entrenar el cerebro por medio de la lectura, el estudio o incluso charlando con los demás. 

Las personas longevas destacan por tener una actitud positiva y entender que las adversidades también forman parte de la vida. Así lo explica otra de las claves del libro, en la que se nos invita a "acepar todo lo que ocurre, dejando que las cosas sigan su curso natural".

Todo eso también se lleva a la vida profesional. Los centenarios que fueron entrevistados coincidían en la importancia de convertir lo que nos gusta en nuestro trabajo, para poder vivir muchos años y ser felices. 

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La importancia de convivir

En las regiones orientales, el sentimiento de pertenencia a una comunidad está muy presente, y parece que esa es una de las razones por las que sus habitantes viven de forma tan plena. Piénsalo: ningún centenario destaca por ser solitario.

En su lugar, suelen ser personas amables, curiosas y muy entregadas a sus familias y amigos. El método japonés para llegar a los 100 años lo confirma, y es que "sentir o recibir el amor de otra persona proporciona un motivo para vivir, mejora la salud y alarga la vida". 

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