Detalle del manillar de una puerta.

Detalle del manillar de una puerta. iStock

Hogar y decoración

Esto es lo que debes hacer para dejar los manillares de tus puertas impecables como el primer día

Para limpiarlos solo tendrás que sumergir una bayeta o un estropajo por su cara suave en estos productos caseros que encontrarás en el hogar.

26 diciembre, 2023 17:00

Con el paso del tiempo, los muebles que dan vida a nuestra casa van deteriorándose y pierden su lustre: la madera se pudre, los metales se oxidan y los barnices se caen. Hay elementos del hogar que podemos renovar con mayor facilidad, pero otros, como las puertas, resisten en silencio, aunque hagamos uso de ellas todos los días y sean lo primero que ven nuestros invitados al cruzar la entrada. 

[El fruto seco que acaba con las manchas persistentes en los muebles de madera]

Los manillares son uno de los primeros elementos con los que estos entran en contacto al visitar nuestro hogar, pero cuando están deteriorados pueden llegar a causar una mala impresión, aunque el resto de nuestros muebles estén perfectamente relucientes. Los pomos y las manillas van acumulando polvo, manchas y rastros de suciedad que les hacen perder su brillo original.

Algunos son más delicados que otros, dependiendo de su material, y exigen un tipo de mantenimiento distinto. En primer lugar, nos encontramos con las manillas de acero inoxidable, las más habituales. En principio, para limpiarlas debería bastar con pasar un paño húmedo por encima de las manillas para eliminar las huellas y manchas del día a día.

Cómo limpiar manillas

No obstante, hay ocasiones en las que el acero acaba creando unas manchas más oscuras que crean una falsa sensación de que el material se ha ido cayendo. Afortunadamente, no es así, y su solución puede ser más rápida de lo que crees. Para devolver a los picaportes de acero inoxidable su brillo original, solo hay que utilizar una herramienta de limpieza más áspera, como una esponja por su parte suave.

Lo primero que deberás hacer es humedecerlo con agua tibia y lavavajillas. Asegúrate de que el estropajo que escoges no sea demasiado agresivo y no raye, y procede a frotar el manillar. A continuación, sécalo y aplica cera limpiamuebles para que vuelva a quedar tan brillante como el primer día.

Si el pomo de la puerta es dorado y ha ido perdiendo brillo, también apostar por un ingrediente casero que no encontrarás en tu nevera: el vinagre. Humedece una bayeta de microfibra con un poco de vinagre y frota bien. Verás como la suciedad va desapareciendo y la manilla vuelve a estar como recién comprada.

Si estos son los dos métodos más fáciles a la hora de limpiar manillares, también están los que nunca debes emplear si no quieres que se echen a perder. En este sentido, debes evitar productos abrasivos como la lejía, ya que corroe el metal, así como soluciones alcalinas (amoniaco, carbonato e hidróxido de sodio), estropajos de acero o productos aplicados directamente sin utilizar